—Gracias —digo antes de colocar algo de brillo labial en los labios, decidí no maquillarme, mostrar mis pecas he notado que es algo que le gusta de mi.

—¿Vas a salir con él, cierto? —Suspiro porque se que a mamá no le gusta la idea ella tiene miedo que salga lastimada, y la entiendo yo también estoy asustada, pero necesito enfrentar este miedo, de verdad lo necesito seguir adelante y volver a la vida que perdí.

—Sí mamá, se que te preocupa, pero él es una buena persona. —Me volteo a verla y ella asiente,lo ha notado en las pocas visitas que nos ha hecho, pero aún así su instinto de madre desea cuidarme.

—Lo sé, pero es mucho mayor que tú mi niña y sabe muchas cosas que tu no, simplemente no quiero verte llorar — una sonrisa sincera aparece en mis labios y sin pensarlo mucho me acerco a ella y la abrazó con fuerza demostrándole que la amo y lo agradecida que estoy de haber despertado como su hija.

—No me veras así mamá, todo va a salir bien. —Ella suspira, pero termina sonriendo justo en el momento que suena el timbré de la casa. 

—Ha llegado tu príncipe anciano —menciona mamá alejando de mí, riendo de su propia ocurrencia.

—¡Mamá! —Me es inevitable no reír con ella.

(...)

El espectáculo fue hermoso tal como lo es siempre que vengo al lugar, pero tener la compañía de Bastian le dió ese toque especial que no han tenido las otras visitas.

Estamos saliendo del planetario tomados de la mano, aún me parece tan loco que me sostenga pero me encanta, aunque durante la presentación no hablamos no hizo falta palabras la compañía del otro lo decía todo. Fue perfecto.

De camino a su auto me invita a almorzar a su casa, dónde nos acompañará Abby, cosa que me emociona y aceptó encantada, quiero tanto conocerla, saber todo sobre mi hi… ¿Está bien pensar en ella como mi hija?

—¿Desde cuando te gusta tanto la galaxia?  —Me pregunta mientras enciende el auto, el motivo él lo sabe, y me da miedo contárselo, pero a la vez deseo hacer un experimento para ver su reacción.

—Cuando estaba pequeña mi mejor amigo estaba obsesionado con los planetas, de hecho su cuarto estaba decorado con galaxias, una vez me regaló de esas estrellitas que brillan en la oscuridad y las pegue en mi habitación, era tan lindo que pude entender porque le gustaban tanto —dice con cautela mirándolo, su ceño se arruga tratando de canalizar mis palabras, como si recordara algo, pero finalmente parece negar para sí mismo y emprender el recorrido a casa.

—Creo que tu amigo Adrián y yo teníamos algo en común de pequeños. —Sonrió de manera forzada y asiento, "claro, Adrián"

(...)

Es miércoles ¿Mencioné alguna vez que te odio los miércoles? Pues los odio, no están ni tan al principio de la semana que a todos nos molesta, ni en el añorado fin de semana que todos amamos, es más como la nada. Por eso odio los miércoles

Me duele la espalda, el día de ayer me acosté a las tres de la mañana haciendo un trabajo de la universidad, bueno si lo pienso bien fue hoy cuando me acosté a las tres de la mañana, jodido miércoles de la nada. Me duele la espalda, tengo sueño, mis ojeras se notan a tres cuadras de donde estoy, y simplemente apenas comienza el día.

Hoy será un jodido día lleno de cosas, debo salir a las dos de la tarde para ir a la universidad y tengo mucho trabajo pendiente. 

Reviso el correo y respondo algunos mensajes, para luego seguir trabajando en la campaña que realizó junto a Esteban —ha sido el infierno trabajar con él pero debo ser profesional— mis dedos se mueven sobre el teclado de manera rápida mientras trato de plasmar la idea que ha surgido  en mi mente.

RenacerWhere stories live. Discover now