Capítulo X

8.2K 1K 317
                                    

Capítulo X
Destino

Bastián

La soledad se puede convertir en el mayor miedo de cualquiera, en mi caso es mi mayor fobia, pero no esa soledad física, si no la soledad emocional es a la que debes temer; esa que te desgarra el alma poco a poco, aquella que te hace pensar en idioteces.

Cuando sientes la soledad de esta manera llega a un punto dónde puedes tener muchas personas rodeándote y amándote, pero si tú corazón se siente solo es difícil salir de ese lugar oscuro, simplemente te hundes cada vez más; no ves luz. 

Por alguna loca razón desde pequeño ese siempre ha sido mi mayor miedo. Sentirme solo me aterraba, pero de alguna manera tuve personas que nunca me dejaron llegar a ese estado; sobretodo Alexandra, no es sano decir que era dependiente ha una persona, pero esa es la verdad.

Desde el accidente nunca estuve solo, mamá y papá se encargaban de hacerme compañía. Sin embargo también está Abby que me hace  reír incontable cantidad de veces; se puede decir que ella ha sido mi impulso por todos estos años, quizás sin ella ya no estuviera en el presente.

Muchas veces llegué a pensar que soy exagerado, porque hay personas en este mundo que han perdido mucho más que yo y han logrado salir adelante, ¿Por qué sigo sintiéndome vacío? No logro entender porque no puedo seguir adelante completamente.

Según mi psicólogo, todo esto que siento se debe al no perdonarme a mí mismo por lo que pasó el día del accidente, todos estos sentimientos que reprimo en mi interior son los que me causan este hundimiento interno que tengo y siento; ¿Cómo me perdono si se que fue mi culpa?

Nunca creí que mi vida se convertiría en una farsa dónde la mayor parte del tiempo simulaba ser feliz; los únicos momentos que podía llamar felices eran los que compartía con mi hija, que poco a poco se parecía más a su madre. No estoy seguro si también era un castigo del cielo para recordarla eternamente.

Los años se fueron yendo delante de mis ojos lentamente, el dolor siguió siempre presente a pesar del tiempo; si, no dolía como el primer día, pero seguía doliendo. Podemos compararla con una astilla clavada en el dedo: molesta, asde y escoce, pero cuando intentas sacarla solo se clava más en tu piel.

Durante los años siguientes me sentí muchas veces ahogado, como si el aire no entrará de manera correcta en mis pulmones, pero me pasaba sobretodo en los momentos de supuesta felicidad: navidades, cumpleaños; momentos dónde debía reír aunque no lo sintiera de verdad. Odio similar.

Durante todos estos años he intentando ser el hombre que Alex dejó alguna vez, ese que ella le gustaba y amaba, al principio fue difícil luego aprendí a actuar. Creo que me he convertido en una representación viviente de lo que alguna vez fuí y quizás nunca vuelva a ser, pero solo yo lo sabré.

Después de su pérdida desarrolle otro miedo que me ha consumido poco a poco. El miedo al olvido; es increíble cómo el mundo sigue como si nada cuando mueres. Alex se fue, y nada se detuvo; la vida siguió para todos menos para mí al parecer. Tengo miedo a olvidarla.

Ver crecer a Abby ha sido lo más maravilloso que me ha pasado después de que mi vida se reinicio. Ella parece siempre tener una sonrisa para mí y cuando el pozo oscuro se siente nuevamente cerca solo ella evita que caiga nuevamente en él.

Mi hija tiene el súper poder de abrazarme y hacerme sentir que la vida va a cambiar y que en algún momento todo estará bien.

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora