Capítulo XV

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Capítulo XV
Atreverse

Samantha

Voy jodidamente tarde, bueno no tan tarde, pero si lo suficiente como para sentirme incómoda; la impuntualidad me desagrada, pero por alguna razón mi alarma no sonó y tuve que bañarme volando y terminé decidiendo que me arreglaría durante el viaje, nada profesional de mi parte, pero no hay otra opción.

Cuando por fin llegó al helipuerto, Bastián me está esperando y tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no detenerme a observarlo, está en toda su gloria vestido de traje haciendo que se vea  guapísimo y unos lentes de sol que le dan un aire de misterios que simplemente provoca… mejor no diré que es lo que me provoca.

El me saluda de forma normal y en poco tiempo estamos en el aire, me arreglo mientras trato de no morir de los nervios. Hoy estoy viviendo un sueño, uno que no creí cumplir de forma inmediata, pero sinceramente no me quejo aunque los nervios me están matando.

Durante el viaje hablamos un poco, pero la verdad me siento distraída y he pasado la mayor parte del tiempo repasando mi presentación una y otra vez en mi mente.

No es un cliente fácil, se trata de la milicia, estaré rodeada de un mundo completamente de hombres y debo lograr atraparlos completamente.

《Espero no meter la pata, y lograr el objetivo.》

Estar en el aire tampoco me tranquiliza mucho, más bien le suma un poco más de estrés a mi agitado día, pero cuando  por fin aterrizamos puedo respirar un poco mejor, solo que ahora viene la parte más difícil.

Mi jefe me guía a través del lugar donde hemos llegado, al parecer daré la charla en la sala de conferencias de un hotel de lujo porque los pasillos se ven super bonitos y modernos, cosa que también me pone más inquieta.

Siento que el nerviosismo me consumirá.

Cuando llegamos a la puerta del lugar de presentación tomó solo dos segundos antes de entrar para tomar aire y calmarme.

《Podemos con esto, eres buena, eres capaz, nadie puede decir lo contrario.》

Siento que al entrar a este lugar soy otra persona, mi andar es diferente —más confiado— y es porque sé que puedo con esto y mucho más.

Pasa no sé cuánto tiempo hasta que hacen las presentaciones pertinentes y luego me toca a mi hacer mi presentación; cuando me paro al frente de toda esa gente siento que voy a desfallecer por un segundo, pero de un momento a otro algo me posee y mi boca empieza a moverse por sí sola mientras doy lo que creo que es la mejor presentación de producto de mi vida.

Me siento en mi ámbito, confiada y poderosa, ninguno de los presentes me quita la mirada de encima; de alguna manera sé que están en sintonía conmigo y eso me hace sentir más orgullosa porque es un logro.

Lo estoy haciendo bien.

Cuando terminó la presentación es que noto que mis manos están algo temblorosas, pero todo ha valido la pena, me siento bien con mi trabajo, a pesar del poco tiempo se que fue de las mejores.

Hay otra empresa presentando otro producto por ello la conferencia dura hasta las tres de la tarde, pero cuando por fin nos dicen que hemos logrado el objetivo simplemente no puedo dejar de sonreír.

Lo hice, mierda, lo logré.

La sonrisa en los labios de Bastián es el mejor pago, me siento como en una nube de la cual no me quiero bajar.

—Felicidades señorita Durán hizo un buen trabajo. —El alago llega a mi corazón, mi jefe es una persona que nunca hace este tipo de comentarios por muy simple que sean y oírlos me hace sentir un calorcito en el pecho.

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