—Ray —hablé, extrañada porque me estuviera hablando. Mi primo y yo no habíamos vuelto a hablar, me seguía evitando a toda costa y el que me llamara repentinamente tal vez se debía a alguna emergencia.
No sé porque ahora susurraba. Caminé hacia una puerta y me encerré en una habitación a oscuras, parecía ser una clase de armario.
—Grace —escuché su voz del otro lado de la linea. Sonaba... diferente.
—¿Qué pasa?
—La abuela, ella... no respira.
La sangre se me debió de ir hasta el suelo. Podía escuchar los sollozos ahogados de Ray y su agitada y dificultosa respiración.
—No sé qué hacer... —volvió a hablar, sacándome de mis pensamientos.
—¿Dónde están mis padres? —hablé, repentinamente ansiosa, sentí una sensación de hormigueo apoderarse de mi abdomen, y algo subir por mi garganta.
—Todos salieron, no hay nadie en casa más que ella y yo —parecía un niño asustadizo.
—¿¡Qué estás esperando!? ¡Llama al 911!
—Ya lo hice... —su voz sonaba tan lejana, tan ausente —. No tardan en venir.
Mi nerviosa respiración junto a la de él es todo lo que se escuchaba.
—Grace, ya llamé a mis padres, pero por favor, ven... Tengo mucho miedo...
No sé desde cuándo me encontraba sollozando. Repentinamente sentí la necesidad de estar allí, junto a Raymond, ahora mismo.
Asentí con la cabeza frenéticamente.
—Voy para allá —le hice saber.
—Por favor, no tardes.
Inmediatamente colgué y salí de mi escondite, chocando con Christopher, quien me vio extrañado.
—Grace... ¿Qué sucede? —frunció el entrecejo, tomándome de los hombros.
—Mi abuela, ella... se está muriendo —se me escapó un sollozo—. Por favor, llévame a casa.
[...]
NARRA OWEN:
—¿Ethan? —su nombre salió de mis labios, con voz empañada.
Éste me observaba, con lágrimas traicioneras deslizándose por sus mejillas.
—¿Qué ocurre? —odio ser insistente en temas que no me conciernen, pero aquí estábamos, él y yo, nada más. Actuar como si nada estuviera sucediendo sería algo muy impropio de parte de cualquiera que estuvierse en una situación similar.
El pelinegro me miró dolido, y su rostro volvió a desfigurarse. ¿Qué es lo que podía tener? Sólo sabía una cosa, y era el que odiaba verlo así. Lo odiaba en verdad. Éste no es el Ethan que conozco en lo absoluto.
—Oye, salgamos de aquí —traté de convencerlo, antes de que algo muy estúpido sucediera. Las pocas veces que Ethan y yo terminábamos solos, los dos juntos, ocurrían cosas... malas.
—No —musitó.
—¿Qué?
—¡No! —repitió, desesperado —. Perdóname, Owen —sorbió su nariz, viéndome con ojos cristalizados.
—No entiendo... —susurré, viendo el estado de Ethan. No estaba bien, había bebido demasiado.
—¡Perdoname, Owen! —habló, con un deje de frustración en su voz —. Perdóname por todo lo que te he hecho. No quería hacerlo, yo... —desvió su mirada perdida hacia el suelo —. Perdóname... Por golpearte, por lastimarte, por humillarte, por insultarte, tocarte —me miró a los ojos —. Yo... Es sólo que... La extraño tanto que... ya no sé qué hacer —arrastraba las palabras.
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S U M E R G I D A
Teen Fiction¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...
.。.:*☆ 30 - Parte 2 ☆*:.。.
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