- Es tarde – interrumpió el rubio que parecía ser más pacífico y ansioso por terminar el encuentro – Tal vez quieran hacerle unas preguntas en estos días. Que tenga buenas noches.

II

Quiso acercarse a él pero por más rápido que intentó hacerlo, no pudo, Remus la había alcanzado y rodeaba su cintura con los brazos detrás de ella.

- ¡¡No!! ¡¿Qué están haciendo?! – vociferó mientras intentaba zafarse, a lo que Remus no tuvo otra opción que sujetarle las muñecas. Cinco magos sujetaban a Sirius mientras este seguía riendo. La ministra de magia se acercó a Isadora y comenzó a negar con la cabeza como decepcionada.

- ¿Cómo no pudiste notarlo, Isadora? – le preguntó.

- ¡¿De qué habla?! ¡¡SIRIUS!! – chilló ella nuevamente con los ojos llenos de lágrimas.

- ¡Es un mortífago Isadora! – exclamó la mujer – Le dijo a Quién-tú-sabes dónde estaban James y Lily. Mató a estas personas y a Peter Pettigrew.

- ¡¡Es mentira!! Peter era el guardián – la ministra negó con la cabeza nuevamente, parecía sentir lástima de la muchacha.

Isadora escuchaba pedazos de la historia mientras la gente los relataba, quiso aproximarse a Sirius, pero con Remus sosteniéndola apenas podía avanzar.

Barty Crouch Sr. Se aproximó a ella y le indicó a los otros magos que hicieran avanzar a Sirius quién parecía un auténtico maniático...

Cuando el sonido del golpeteo en la puerta principal la despertó, la risa de Sirius aún hacía eco en sus oídos. Se frotó el cuello ya que se había quedado dormida en el sillón de la sala de estar en una posición demasiado incómoda y alzó una mano para encender la chimenea mientras caminaba hacia la entrada. El frío invernal la despabiló en cuanto abrió la puerta, todo el jardín delantero estaba cubierto de una espesa capa de nieve y a unos pasos del umbral Remus sonreía tímidamente cubierto con su raída túnica gris y sosteniendo una botella de hidromiel.

- ¡Remus! – exclamó Isadora que aún tenía en la cabeza el horrible sueño de unos segundos atrás – Pensé que te quedarías en Hogwarts – concluyó dándole un breve abrazo.

- Bueno, decidí que no quería fallarte, hace al menos trece años que no pasamos navidad juntos; de todos modos debo irme temprano. Hoy hay luna llena. – dijo esto último con pesadez. – espero no molestar, pero vine temprano porque supuse que como no me esperabas tendríamos que cocinar algo.

- Y acertaste – respondió Isadora con una media sonrisa– No es que haya celebrado muchas navidades desde... tú sabes. – se encogió de hombros y Remus la observó con desánimo.

- Creí que seguías hablándote con tus abuelos – comentó Remus como si tal cosa mientras dejaba la botella encima de la mesa – Y que tenías una tía en no sé dónde.

- No te avisé, pero ellos fallecieron hace unos años... y la hermana de mi papá... bueno, no nos llevamos exactamente bien, la última vez que la vi creo que ni siquiera había comenzado a estudiar en Hogwarts.

- Lamento haber sacado el tema, Sky... - comenzó a disculparse pero Isadora le interrumpió.

- No tenías por qué saberlo... Oye, hace mucho que no escuchaba ese nombre, Lunático – Remus sonrió con nostalgia.

- Sirius sugirió ese nombre cuando nos descubriste y nos enteramos que tú también eras una animaga. – a ella se le hizo un nudo en la garganta de sólo recordar ese momento, apartó su mirada y Remus lo notó. – Cielos, lo lamento. Parezco incapaz de dejar de meter la pata. – con un gesto pidió permiso a Isadora para utilizar a cocina.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now