Pues desde que comí con Jimin el otro día, no hablamos mucho más. Lo normal. Nos hemos saludado por los pasillos, obviamente. Hemos intercambiado alguna que otra mirada y me ha mandado unos mensajes para preguntarme qué tal estoy. Pero nada importante. Será porque dentro de poco empiezan los exámenes, así que todos estamos un poco incomunicados, ya que estamos estudiando duramente para obtener unos resultados decentes.
En las horas libres voy a la cafetería con Suni y Haru y las tres estudiamos juntas. Nos explicamos las cosas que no entendemos las unas a las otras y así nos ayudamos mutuamente.
Siempre observamos cómo Jimin y Taehyung se sientan en la mesa de en frente y Jimin me mira mucho y cuando ve que me doy cuenta me saluda agitando su mano o me sonríe; todo eso sin discreción, lo hace siempre, a todas horas. Pero al fin y al cabo, esto es normal. No debo olvidar que le gusto. Que él me lo dijo. Que empezó hablándome por mensajes para que yo misma descubriera que era él ese chico misterioso que tanto tiempo y esfuerzo me costó encontrar aún teniéndolo justo delante de mis narices.
Aún así, ahora que lo pienso, esto es muy aburrido. Porque aunque no es que pasara demasiado tiempo con Jimin nunca, hace unos días estaba más con él. Y me gusta estar con él. Así que voy a preguntarle si quiere estar conmigo en las horas libres hoy.
Pasé a su lado mientras caminaba por el pasillo y lo paré.
Yo: Hey, Jimin.
Jimin: ¿Qué pasa, Iseul?
Yo: Me gustaría que estuvieras conmigo en las horas libres hoy...
Me costó un poco decirle esto... Realmente me dio corte hacerlo...
Jimin: Por supuesto. Nos vemos dentro de una hora entonces.
Yo sólo asentí y nos dirigimos a clase.
La clase se me pasó rápido, hoy no hicimos mucha cosa.
Busqué a Jimin entre la multitud. Estaba con unos chicos, riendo.
Él también me buscó con la mirada y luego me sonrió de una forma, que la verdad, es que creo que casi me da algo, pero no en el buen sentido, si es que lo tiene, sino, que casi me peta un pulmón. Mi cara empezó a hervir y creo que nunca me puse tan roja en mi vida. Y claro, aún por encima de esto, varias miradas de la gente que había alrededor, se posaron sobre mí.
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Durante unos segundos, lo maldecí.
Luego recé para que saliera de allí pronto y pudiésemos escapar de allí lo antes posible. Y por suerte no tardó demasiado. Nada más verme y eso, desaparecidos de la clase y salimos al jardín del instituto.
Yo: Ah, Jimin. ¿Por qué hiciste eso?
Jimin: ¿Qué se supone que hice?
Me miró con inocencia.
Yo: Todo el mundo me ha mirado y me ha dado mucha, mucha vergüenza... Me he puesto muy nerviosa.
Jimin: Pero no entiendo. ¿Cuándo y por qué?
Yo: Cuando me has mirado y todo eso...
Jimin: Oh... Pues lo siento... No quería que te sintieras avergonzada...
Yo: Es que cómo se te ocurre. Tú sabes lo roja que...
Me calle cuando me di cuenta de lo que estaba diciendo.
Jimin sonrió.
Jimin: Así que te pusiste nerviosa por eso.
Yo: Sí.
Jimin dio un gran paso, quedando a centímetros de mí.
Jimin: Entonces que haya hecho esto te pondrá aún más nerviosa.
Me he puesto súper ultra colorada.
Jimin: Y lo que voy a hacer ahora ya ni te cuento.
Él sonrió ampliamente.
Miré a Jimin casi con ojos de terror.
¿Qué vas a hacer, Park Jimin?
Me abrazó.
Rodeó mi cintura con sus brazos y me abrazó, apretándome ligeramente y colocando su mentón sobre mi cabeza.
Yo, sin pensarlo, le correspondí el abrazo. Eso sin quitar que aún tenía las mejillas rojas.
