Servicios De Su Alteza Real [Death Note (LightxL & NearxMello) Yaoi Fanfic]

Quarante-quatre

[Narra Nate]

Jamás pensé que podría sentirme así.... Jamás pensé que me atrevería a volver a disfrutar de esta sensación... Pero lo estoy disfrutando con la persona a la que amo con toda mi alma, no tengo un motivo por el que sentirme culpable, tampoco tengo razones para preocuparme porque sé que Mihael nunca me haría daño, que no querría verme sufriendo, que no querría hacerme llorar. Al revés, apuesto a que lo que quiere es secar mis lágrimas.

Este placer, esta sensación tan agradable y excitante que me está otorgando... ¿Esto es lo que se siente al hacer el amor? Es una idea muy diferente de la que me había dado Adrien... Bueno, era de suponer, quiero decir, Adrien era un puto violador, normal que le tuviese miedo.

Sin embargo, no quiero volver a llamar a nadie amo ni pedirle más a alguien que no sea Mihael. Después de todo, él es mi novio, sólo él tiene derecho a que le llame así.

Cuando él se está bajando los pantalones, me paro a pensar durante unos segundos sobre cómo me encuentro. Mi rostro está empapado de sudor, por eso mis cabellos se pegan a mi frente y a mi nuca, mis mejillas están teñidas de un rojo muy fuerte y la mano que he entrelazado con Mihael tiembla. Mis labios están entreabiertos y de ellos salen gemidos, suspiros y jadeos, todo ocurre mientras Mihael introduce lentamente su miembro en mi entrada.

En cualquier momento me vendré otra vez, no lo podré evitar, Mihael es demasiado bueno para tener la edad que tiene... Empiezo a pensar que en su mente debe de tener muchísimos pensamientos sucios o indecentes, sobre cosas que había planeado antes de que todo esto ocurriera y sobre cosas que hará conmigo en el futuro... Quiero conservar mi inocencia por un poco más.

Los engranajes de mi mente dejan de funcionar cuando Mihael ya ha entrado por completo en mí, arqueo mi espalda y suelto un pequeño chillido. Me vuelvo a tapar la boca, avergonzado, espero que Elle no me haya oído desde el cuarto de al lado, porque entonces Light matará a Mihael y yo no quiero eso. Mihael comienza a embestirme lenta pero profundamente, teniendo cuidado de no hacerme daño, me trata como si fuera una frágil figura de porcelana que no quiere romper.

Poco a poco, las embestidas de Mihael comienzan a ser más bruscas, pero no me molesta ni me importa, de hecho las disfruto aún más. El rubio dirige todas sus embestidas hasta el mismo punto, haciéndome gemir cada vez más fuerte y con más frecuencia, se siente tan bien... Es imposible resistirse ante semejante placer, soy incapaz de decir que no. Suelta mi mano y la lleva a mi cadera junto con la otra, comienza un vaivén del que disfruto plenamente, no pienso en nada, mi mente está completamente en blanco.

–¿Te duele? –pregunta Mihael.

–No... ¡Ah! ¡No pares! –replico moviendo mis caderas para sentir su pene completamente dentro de mí.

Mihael sonríe ampliamente y comienza a penetrarme con más fuerza todavía, rompiéndome, follándome, gritos de placer desgarran mi garganta, afortunadamente consigo controlarme un poco para que no se me escuche tanto, pero me es muy difícil contener esos sonidos tan lascivos que hacen que mi novio siga con lo suyo.

Finalmente, me corro de nuevo, y Mihael no tarda en hacerlo tampoco, sólo que él lo hace en mi interior, ambos llegamos al clímax juntos y gritamos de placer a la vez, nuestros gritos se apagan cuando él se acerca a mí para besarme en los labios. Le correspondo y rodeo mi cuello con sus brazos, acercándolo más a mí, su cuerpo cae sobre el mío y nuestras entrepiernas se rozan de nuevo, excitándonos a ambos otra vez.

Quiero decirle que no, que estoy reventado, pero ese placer es más adictivo que cualquier droga. ¿Qué puedo hacer? Estoy muy cansado como para otra ronda... ¡Ya sé!

De un brusco movimiento, quedo encima de Mihael, este me mira sorprendido pero sonríe conforme voy besando su cuello y su pecho, bajando por su abdomen, hasta llegar a su miembro. Mis manos comienzan a toquetearlo mientras paso mi lengua por mis labios para humedecerlos, luego me lo muerdo al ver que el miembro del rubio está igual que antes. Sonrío y miro a Mihael con deseo y le digo: