Servicios De Su Alteza Real [Death Note (LightxL & NearxMello) Yaoi Fanfic]

Dix-sept

[Narra Mihael]

-Nate -lo llamo mientras camino hacia él-, ¿puedo hablar contigo?

-Ya te he dicho que no quiero hacerlo -replica el albino retrocediendo un poco.

Mierda... Desde que hablé sobre intentar tener sexo con él nada es lo mismo. Debería haberme callado la boca.

-No es eso, déjame hablar -replico tomándole del brazo para que no escape-. Va a venir Maïlys Guey dentro de poco.

Nate me mira sorprendido, asustado; lo entiendo, desde aquella vez que nos vio a esa puta y a mí besándonos "Maïlys" es una palabra tabú entre nosotros.

Agacha la cabeza, pero sonríe con tristeza.

-Está bien, confío en ti -dice, mirándome-. Sólo... No hagas nada estúpido, ¿vale?

Lo abrazo con fuerza, qué novio tan bueno tengo.

No te preocupes, Nate, no volveré a caer en las tentaciones de esa puta. Todo irá bien. No voy a besarla, ni tocarla, nada. Evitaré cualquier tipo de contacto físico entre ella y yo.

O lo intentaré, al menos. Esa chica es muy astuta.

[...]

Ya está aquí. La zorra.

–Buenas tardes, Alteza –dice ella haciendo una pequeña reverencia con una sonrisa.

–Hola, Maïlys –sonrío falsamente ante ella–. Tengo que hablar contigo. Pero no en mi habitación, demos una vuelta por el jardín.

Así Nate podrá vigilarnos.

Ella asiente y me sigue hasta que salimos fuera. Empezamos a caminar sin prisas, con tranquilidad, por el jardin royale. Tengo que buscar alguna forma de decirle esto sin que me reclame.

Voy a decirle lo mismo que le he dicho a mi padre.

–Bueno, madame Maïlys... –desvío la mirada–. Tengo que decirte algo.

Ella deja de caminar, yo me detengo a su lado y giro mi cabeza para mirarla. Tiene una sonrisa en los labios, seguro que espera que le diga que quiero casarme con ella.

–Yo... No quise decirte esto el otro día porque no quería hacerte daño –suspiro–. Yo estoy enamorado de alguien más, de otra chica.

Alzo mi mirada disimuladamente y veo que Nate nos está mirando por la ventana de mi cuarto, fingiendo limpiarla.

Vuelvo a mirar hacia abajo para encontrarme con el rostro de Maïlys empapado por las lágrimas y con los puños apretados.

Algo me dice que me va a mandar a la mierda. Sinceramente, me da igual.

–¿De quién? –pregunta con la voz quebrada–. ¿Quién le ha robado el corazón, Mikaël?

–De... Chloé Leon-Mur –digo sin dejar de mirarla, manteniéndome firme ante ella–. La chica morena cuyo padre...

–¡Es una puta! ¡Se ha enamorado de una puta, Mikaël!

No, una puta se ha enamorado de mí. Y esa eres tú. Ojalá pudiera decirlo en voz alta.

–No te permitiré que la insultes, y menos que digas esas cosas en el palacio –replico defendiendo a Chloé como si de verdad estuviera enamorado de ella–. Acepta mi decisión, por favor.

–¿Qué le ha ofrecido a cambio de su mano? ¿Su cuerpo durante una noche? Porque si es así, yo me vendo por una semana.

¿Quién es la puta ahora?