Dia 10: Sugar daddy

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La ciudad de Akatsuka, un bonito lugar donde vivir o visitar, los vecindarios por lo general son bastante pacíficos y la gente agradable, el aire es limpio y jamás dejarás de encontrar algo que hacer allá, ya sea expediciones por sus verdes montes o visitar la playa donde puedes bucear, surfear o simplemente bañarte, sin dudas es el paraíso si consideramos la realidad del resto de Japón.

Mas como toda ciudad paradisiaca, el siquiera entrar a visitar tiene un alto costo, por supuesto que la maravillosa vida allí solo era vista por quienes pudieran pagar una buena suma de dinero ¿O acaso creen que todo es color de rosa? Pues no, aunque sea injusto el dinero lo mueve todo y sus habitantes con  bolsillos de oro son privilegiados en estar allí. También cabe destacar que rodeando tan hermosa ciudad se encontraban casas y campamentos de gente con menos recursos aspirando a obtener algún beneficio y poder estar a la par con sus jefes, aunque estos solo los aceptaran allí sin correrlos de donde vivían por hacer los trabajos que los ricos no querían hacer.

Por supuesto que para el millonario Osomatsu Matsuno tendría en la mira dicho lugar para asentarse como es debido, su soberbia era demasiada como para conformarse con una ciudad tan poblada como lo era Tokio, y para ser sinceros, el estar entre tanta gente le desagradaba al punto de querer iniciar un tiroteo como el ocurrido en las Vegas

Las Vegas…

Quizás la ciudad favorita del joven empresario, su exitosa vida comenzó con un viaje a la ciudad del pecado, donde el dinero, el alcohol y el sexo cautivaros su cuerpo de tan solo 18 años, un buen viaje cortesía de sus padres para celebrar su llegada a la adultez junto a sus 5 hermanos menores. Obviamente que al ser una familia de clase media, afortunadamente sin sufrir carencia en su corta vida, no hubo palabras para expresar la sorpresa y la felicidad que se produjo cuando ganaron su primer millón de dólares en uno de los tantos juegos de azar de por ahí.

¿Suerte? Tal vez, pero con 5 idiotas con los que compartir cada día y apostar si querían arreglarse entre ellos ¿Cómo no saber sobre ello?

Quizás la primera vez cuando Ichimatsu jaló de la palanca dándole al trío de oro fue un golpe de suerte, aun recordaban el impacto en sus rostros al ver la enorme cantidad de billetes verdes que cayeron al suelo, por suerte la objetividad de Choromatsu estaba allí para que el idiota que tenían de hermano mayor no se enviciara demasiado.

Cuando se fueron a meter a uno de los centros de póker más famosos de la ciudad no hubo dudas para el primer, segundo y sexto hermano en ganarle a un magnate del petróleo que confió de la supuesta inexperiencia que tenían para burlarse, pero gracias a las distracciones del carismático hermano mayor y la frialdad con la que jugaban los otros dos fue suficiente para comprarse la vida, bien acabado su viaje no desperdiciaron ni un centavo al volver, tanto Choro como Kara convencieron al de rojo en invertir aquel valioso dinero para su beneficio ¿Y qué otra cosa sería más conveniente que comprar casinos? Digo, para hacerle honores a la razón de su triunfo. Al pasar el tiempo fueron apoderándose de los principales casinos de todo el país incluyendo algunas acciones exitosas en el extranjero y convenios con varias empresas ¿Qué más podían pedir? ¡Ya lo tenían todo!

Lo mejor fue que, como el mayor, Osomatsu no desaprovechó la oportunidad de ser proclamado “el dueño” de todo, aunque pareciese injusto sus hermanos lo aceptaron mientras los tuviera bajo su cuidado. Sin embargo su primer hermano menor, Karamatsu; no se conformó por ello y decidió administrar cierta parte de las propiedades por su cuenta. No era algo que le agradara demasiado a Osomatsu pero lo aceptó con la condición de seguir bajo su mando. La cercanía ente ambos fue inevitable al salir constantemente a reuniones o citas con socios y su relación fue mejorando a pasos agigantados hasta llegar a ser algo más.

En un inicio fue por curiosidad mezclada con varias botellas de licor cuando se acostaron en una habitación del hotel en donde atendieron una junta, pero para sorpresa de ambos el encuentro fue tan gratificante que quisieron repetirlo una y otra vez hasta considerarse amantes.

Reto de los 30 días (OsoKara version)Where stories live. Discover now