Dia 8: Doctor y enfermero

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--Listo señores, hemos acabado con nuestra misión— El alivio y orgullo se reflejó en el rostro de cada uno de los integrantes del equipo médico de aquel hospital encabezado por uno de los médicos cirujanos más reconocidos, Osomatsu Matsuno, quien exhaló exhausto luego de bajarse la mascarilla y sacarse los guantes para desecharlos para salir hacia la sala de espera donde la familia aguardaba nerviosa el resultado de su trabajo, una sencilla una limpieza estomacal más cirugía plástica abdominal costó más de lo que parece, para el joven profesional que gustaba de mujeres estilizadas no encontró otra vocación más que la cirugía plástica, en otras palabras, el moldeaba a las bellezas que luego se cogía en ocasiones.

“Quiero un rostro más fino”

¡Concedido!

“Necesito verme más delgada”

¡A la orden!

“Desearía unos pechos más grandes”

¡No se diga más! ¿Cómo globos o bolas de boliche~?

“Quiero verme más joven”

¡Señora! ¡Van a separarla en carne y plástico para su funeral!

Bueno, la última vez recibió una cachetada por eso ¿Qué culpa tenía? Enterrar cosas que no sean biodegradables era incorrecto después de todo. Pero el caso de esta chica era complicado, el nivel de obstrucción estomacal era peligroso y perfectamente pudo haber entrado en coma por ello ¿Quién la manda a tragar algodón para bajar de peso? Ya era delgada y linda ¿Por qué más?

La belleza era el diablo cuando quería, muchas personas hacían lo que fuera por verse mejor y no conocía a nadie conforme consigo mismo; las cirugías solo eran una vía a cumplir sus supuestos sueños, pero al igual que una droga no le sorprendía ya ver más de 3 o 4 veces a los mismos pacientes con otras “disconformidades” y al igual que ellos tenía una, quizás se vería mejor con un cuerpo más fornido pero como era un vago de primera la pereza le ganaba cada vez que podía ir a un gimnasio. Pero aparte de eso a su parecer estaba bien tal cual era, no por nada se encontraba con hermosas mujeres dos o tres veces por semana para unos buenos revolcones.

¡Sexo, alcohol y rock ´n roll sin problemas! ¡O si!

Lo que tenía de inteligente lo tenía de idiota también, según él, lo más importante aprendido en la universidad fue las lecciones de sexo seguro, en eso era experto, era joven y pensar en una pareja estable e hijos era realmente una molestia ¡Al diablo con lo que querían sus padres!

--Buen trabajo Osomatsu, te luciste ahí dentro— Si bien todo ese ambiente profesional dentro de las paredes blancas le era aburrido había gente que sin duda le hacía más ameno estar allí, Karamatsu era uno de ellos, el enfermero había sido su compañero desde la preparatoria y desde que se conocieron eran como uña y mugre, el de ojos azules sí que sabía cómo hacerle reír con sus bromas y comentarios dolorosos, cortesía del club de teatro.

Una duda existencial que le estuvo carcomiendo la cabeza por mucho tiempo era por qué existía gente loca que tenía encuentro casual con su amigo siendo que por lo que lo ha visto siendo rechazada más de alguna vez por las señoritas debido a su comportamiento doloroso ¿La respuesta? Fue inesperada, supo el secreto de su éxito amoroso cuando escuchó hablar a un grupo de enfermeras afirmándoles a las ignorantes que el oji-azul era una verdadera bestia en la cama. Apenas aguantó contenerse la risa en aquella ocasión ¿¡El doloroso bueno en el sexo!? Debía ser una broma, por él le tiraría de segundo virgen al mando después de su amigo en común el Choropajerovski, quien trabajaba en las aerolíneas del país.

Reto de los 30 días (OsoKara version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora