No podía continuar corriendo, sentía que el alma se salía de mi cuerpo.
¡Maldita sea! Grité en mi interior. ¿Cómo era posible tanta mala suerte en uno sólo?
Me había despertado unos minutos tarde, no llegaba a tiempo al estudio. Los nervios me cerraron el estómago y tuve que salir sin siquiera pensar en desayunar. La mañana estaba horrible. Había un viento feroz que parecía querer arrancar los propios árboles de sus lugares. No podía casi moverme contra el viento, me arrastraba aunque quisiera avanzar. El bus estaba llegando a su parada y me estaba desesperando. Iba a irse, sin mi. Iba a irse y yo iba a perder mi única oportunidad de audicionar.
- ¡¡Carajo!! -grité al notar que el bus se había ido.
No me resigné. Decidí caminar hasta el estudio, eran unas veinte cuadras aproximadamente... Tampoco era tanto, ¿no?
Si lo era. Con este viento, esas cuadras se multiplicaban por dos. Lo que me daba... ¡Cuarenta cuadras caminando contra el viento! Aghhh.
- ¡Me lleva la mierda! - grité.
Tomé mis auriculares y me dispuse a pasar este mal humor con un poco de música, tal vez así aliviaba este viaje. Continúe mi camino, parecía nunca acabar.
Al llegar al destino, por fin, entré como si de ello dependiera mi vida. Aunque en verdad si lo hacía, ya que necesitaba conseguir pasar esta audición para comenzar a ser trainee, así poder tener un buen trabajo en un futuro y poder sobrevivir el resto de mi vida.
- Buenos días. -saludé a la chica de recepción.
- Buenos días, ángel. ¿En qué puedo ayudarte? -respondió con una suave voz. Mis mejillas enrojecieron.
- Vengo a la audición...
- Oh cariño... -dijo algo preocupada.- Ya han cerrado las puertas. Lo siento mucho... Puedes volver en un mes si lo deseas, pero llega temprano esta vez. El jefe es muy estricto con el horario, ¿sabes? Si no llegas a horario, entonces llegarás tarde a tus prácticas también...
- Entiendo... -respondí agachando la cabeza.- Muchas gracias.
Sonreí vagamente y salí del edificio. Continúe caminando hasta llegar a una plaza cercana. Tomé asiento en un columpio y dejé la mochila en el sueño. Me sentía devastado.
- Me lleva la gran mierda. -susurré.
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- No quiero salir. -respondí en modo de queja.
- Me importa un carajo,Jimin. Saldremos a pasear y tú cambiarás esa cara de culo que llevas hace días.
-Hobi... - decía sin ganas mientras era arrastrado de los pies hacia fuera de la cama.
- Que me importa un carajo dije.
Logró sacarme. Me puso una campera y me empujó hacia afuera de la habitación. Tomó las llaves y me llevó del brazo hacia la calle. Caminamos unas cuadras, en completo silencio, hasta que llegamos a una pequeña plaza.
-Sientate por ahí, iré al puesto de allí a comprar una bebida. Espérame aquí...
Asentí sin ganas y me dirigí a un banco de cemento. Me senté, mirando al suelo, con ganas de deprimirme en ese lugar. Había un ruido realmente molesto que provenía de los columpios, rechinaba cada vez que se movía. Levanté la vista, irritado ya, y me quedé observando sin poder creerlo.
- Toma. -dijo Hobi sacándome de mi momento mientras se sentaba a mi lado y me entregaba una lata de coca cola.- ¿Qué observas?
-¿No es familiar ese chico de allí? -susurré.
- Oh... Ahora que lo dices... Creo que sí. - entre cerró los ojos, como si éstos hicieran zoom a la imagen.- ¿No es el chico del colegio que todos golpeaban?
- Sí, creo que lo es... Pero no recuerdo bien su rostro. Sólo me parece conocida su postura y su cabello negro.
- No recuerdo el nombre. Siempre me ha dado lástima, ¿sabes? Estaba sólo todo el tiempo, no tenía a nadie y todo aquel que se acercaba lo terminaba dañando...
- Lo sé...¿Y por qué no te acercaste tú, entonces?
- Buena pregunta, Jiminnie.. -puso cara de soñador,como si recordara esos momentos.- No quería que me temiera, que pensara que iba a acercarme para golpearlo. Estaba siempre con vos y tal vez creía que iba a molestarlo. Debería haberlo hecho, pero me doy cuenta recién ahora. Me ha cambiado la mente.
- Entiendo... Y... ¿Y por qué no vamos ahora? -pregunté sin pensar.
Hobi sonrió y se levantó suavemente. Yo lo seguí. Llegamos hasta él.
- Hey... -dije despacio.- ¿Te encuentras bien?
No respondió.
- Oye... -habló Hobi mientras se sentaba a su lado. Yo me agache frente al chico y quise asomarme para verlo.
- ¿Qué quieren? -preguntó con voz ronca.
Por los cielos. El chico levantó lentamente la cabeza hacia donde estaba yo. Estaba atontado... Su rostro... ¿Cómo explicarlo? Tenía unos ojos felinos bien marcados, brillaban por las lágrimas acumuladas en ellos. Eran marrones y profundos. Su nariz, pequeña, brillosa y redonda como un pompom. Sus labios eran jodidamente perfectos, rosados como la nariz de un pequeño gato. Su cabello negro adornaba su frente, resaltando su pálida piel.
- ¿Qué quieres? -volvió a preguntar.
- Queríamos... V-ver si estabas bien. -respondí con dificultad. Dios, era precioso.
- Ahora te preocupa, ¿verdad? Pues no, no lo estoy.
- ¿N-necesitas que te ayudemos en... En algo?
- Ya es tarde para eso. -se levantó, tomó su bolso y se fue de allí.
Me quede arrodillado frente al columpio durante unos largos minutos. Hobi permanecía callado también. Creo que nos había dejado sin palabras a ambos.
KAMU SEDANG MEMBACA
Only You - •Yoonmin•
Fiksi Penggemar' El amor puede ser el sentimiento más buscado por la humanidad, el tan esperado enamoramiento pone estúpido hasta al más cruel. Sin embargo, el amor es traicionero, te hace perder el sentido e incluso tu propia dignidad cuando estás enamorado de qu...
