Capítulo 40

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Tres días antes del inicio de las vacaciones de Navidad Elizabeth fue enviada desde San Mungo al colegio Hogwarts a llevar un frasco de la poción crece-huesos, en realidad se había ofrecido para ir en cuanto le dijeron a su compañera Sarah que se había negado rotundamente; se apareció en el pueblo de Hogsmeade y siguiendo las indicaciones de un mago que pasaba por ahí encontró la verja que limitaba el castillo y cruzó las puertas; cuando llegó a los jardínes del castillo eran ya las 5 de la tarde, se paseó entre los alumnos que la miraban con curiosidad e ingresó al castillo.

Caminó en búsqueda de la enfermería sin pedir indicación alguna; no tenía ninguna prisa por entregar la poción sino que esperaba encontrar a su hermano para que le diera un recorrido por el castillo;en los pasillos había alumnos por doquier que le abrían paso a la curiosa visitante que veía cada rincón con fascinación, se detenía en cada pintura y armadura que entonces tenían velas dentro del casco, incluso se llevó un pequeño sobresalto cuando una se movió; había ramos de muérdago a intervalos regulares en donde se apiñaban parejitas, Elizabeth se descubrió pensando en cierto pelirrojo, se rió y apartó el pensamiento, ya tendría tiempo para estar con Fred más tarde; por el momento quería disfrutar su visita.

Llegó a unas escaleras que tenían guirnaldas de acebo y espumillones enroscados en los pasamanos; comenzó a subirlas mirando los cuadros cuando una mano la detuvo bruscamente; volteó extrañada encontrándose con una tupida melena castaña y unos profundos ojos cafés.

-Hermione- saludó extrañada por el brusco jalón

-Hola- respondió la castaña desanimada

-Por qué-

-El escalón desaparece- interrumpió Hermione señalando el escalón que Elizabeth estaba a punto de pisar

-Gracias, ¿ocurre algo Hermione?- preguntó Elizabeth notando que la castaña tenía los ojos enrojecidos

-No es nada- respondió evitando la mirada- ¿qué haces aquí?-

-Me mandaron de San Mungo para entregar una poción- respondió Elizabeth levantando la bolsa en la que la llevaba

-No es en esa dirección, si quieres te llevo para que puedas irte-

-¿Estás corriendome?-

-No- respondió Hermione con las mejillas teñidas de rojo, no quería dar a entender eso, estaba molesta pero la chica delante de ella no tenía la culpa- lo digo por si tienes prisa o algo más importante que hacer-

-¿Estás bromeando? ¡siempre quise estar aquí! no pienso desperdiciar la que probablemente será mi única oportunidad- respondió Elizabeth y emocionada devolvió el saludo a un cuadro que se encontraba a su lado; Hermione observó ese gesto que le causó cierta ternura, la muchacha se encontraba realmente emocionada

-¿Quieres que te muestre el castillo?-

-¿No interfiero con tus actividades?- preguntó Elizabeth que internamente rogaba a Merlín que la castaña dijera que no, en serio deseaba recorrer todo el castillo

-Ya no tengo clases y he adelantado mis deberes, así que-

-¿Por dónde empezamos?- interrumpió emocionada Elizabeth, Hermione sonrió y comenzó el recorrido, le recitó el libro de Historia de Hogwarts y le contaba sus vivencias junto a sus amigos en el castillo, incluso le mostró la entrada a la cámara de los secretos indicando que Harry era el único que podía abrirla en el colegio al hablar parsel; Elizabeth escuchaba con atención cada palabra y hacía algunas preguntas que la castaña respondía gustosa; se dió cuenta de que a su guía le flaqueaba la voz cuando mencionaba a cierto pelirrojo pero decidió no preguntar; continuaron el recorrido evitando la enfermería hasta que llegaron de nuevo a los jardines, entraron de al castillo y se sentaron en una banca a descansar.

Nuestro castigo, su castigo : su boda (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora