Capítulo 7| ¿Amigos?

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Al día siguiente me caí de la cama por el grito que pegó Ylenia desde su habitación. Me paré y fui corriendo donde estaba ella cuando entró veo a Adonis tirado en el piso riendo y a Ylenia en su cama cubierta de hielos gritando.

—¡Adonis me las pagarás! —me acerque a la cama de Ylenia y la ayude a ponerse en pie.

—Tendrías que haber visto tu cara —Adonis continuaba en el piso riendo.

—Ustedes dos están locos —salí negando de la habitación para dejarlos pelear.

Entre al baño para tomar una ducha mientras cantaba me gusta cantar bajo el agua de la lluvia artificial. Al salir me sequé y me vestí con algo cómodo un short negro y un top rosa claro de mangas cortas. En el Olimpo tengo que usar siempre vestido porque una princesa siempre está lista para la ocasión. En la cabaña no había nadie por lo cual fui a la cafetería del campamento para desayunar. Tomé un emparedado y un café yendo a la primera mesa libre que encontré para sentarme y poder desayunar en paz. Mi paz duró poco porque divise que venía Damián hacia mi mesa.

—Hola preciosa —dejó su bandeja sobre mi mesa para sentarse a mi lado

—Hola Damián —mis mejillas tomaron un calor intenso al pensar en el beso de ayer. Una princesa no hace eso.

—No te pongas nerviosa por lo de ayer, me gustó si querías saber —me guiño un ojo coqueto.

—Está bien —mordí mi emparedado para no decir ninguna tontería.

—Somos amigos tranquila —lo observé moviendo su desayuno con su tenedor.

—¿Amigos? —moví la cuchara de mi café.

—Solo si tú quieres —sentí sus ojos sobre mí.

—Sí me parece mucho mejor así — me sentí más calmada sabiendo que somos amigos. Aun así, no podía evitar sonrojarme. Podría jurar que escuchó a mi mamá en mi cabeza diciendo que una princesa jamás se sonroja.

—Hola chicos, buenos días —apareció Helen sentándose en la mesa con su bandeja del desayuno.

—Hola buenos días Helen —saludo a la platinada con una sonrisa.

—Buenos días, enana —contestó Damián besando su frente —¿Has visto a Penny? —miró a su hermana para luego comer un poco de su desayuno.

—No, aún no es raro —contestó Helen metiendo algo de su desayuno en la boca.

—¿Por qué preguntas? —Note Penny venía hacia nosotros poniendo un dedo en sus labios para que no dijera nada.

—Le hice una broma a su novio y la dejé hablando sola anoche —Penny levantó un cubo con un contenido que no podía ver. Se posicionó detrás de Damián.

—Y pagarás por eso —Penny le tiró el contenido del balde que era pintura azul.

—¡Penny! —grito poniéndose en pie Damián la pintura choteaba por su cara.

—Aún no terminó —ella se reía rodeando su abdomen con sus brazos —¡Ahora! —grito dos chicas aparecieron de la nada con unos baldes la primera chica le tiró plumas y la otra, polvos de colores.

—¡Estás muerta Penélope! —Damián comenzó a correr detrás de ella, las risas en la cafetería no se hicieron esperar.

—¿Son así siempre? —me puse en pie y caminé hasta donde estaba Helen mirando a sus hermanos.

—Sí, son así siempre —saco su celular del bolsillo grabando como Penny escapaba de Damián. En la cafetería entró Agatha y los dos se pusieron a correr alrededor de ella.

La hija de Zeus y Hera [1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora