01↺sorpresa.

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CAPÍTULO UNO:
“MI NOMBRE NO ES STILES”.
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MIRE POR ULTIMA VEZ a el lugar en dónde habia vivido por tanto tiempo. Era un lugar a las afueras de Beacon Hills, la mejor parte era qué tenía una cerca electrica y sus paredes eran increíblemente fuertes, demasiado seguro. Tenía mi maleta con ropa y otra con armas; arco, flechas, y todo tipo de armas, cortesía de mí gran mentor y amigo, Tom. Sí bien podía defenderme sin estas, no me gustaba depender solo de mis poderes, quién sabe sí podrían fallarte en algún momento.

Suspiré trancando con llaves y candado las puertas y ventanas y salí hacia mi auto, este le pertenecía a Teala. En el maletero puse la maleta con armas y en el asiento trasero la que tenia mis cosas personales.

Mentiría sí no dijese qué estoy nerviosa. No, no estoy nerviosa por volver a casa, sino más bien por sí mi familia creería la excusa del porque no volví antes. La razón por la cual mas nerviosa estoy es por el simple hecho de que Lydia es una banshee, y he oído de su manada, lo sé, sé todo de ellos y ¿como lo sé? Simple, Aelisha sé encargaba de mantenerme al tanto, era el trato: "Tú me dices lo qué ocurre allí y yo me quedo aquí"

El viaje a Beacon Hills fue de una media hora, suspiré de nuevo cuando estacioné fuera de mi casa.

"Bien, es hora." me dije a mi misma.

Me acerqué a la cual fue mi casa en mis tiempos de niñez, a paso lento, como Liber me habia dicho.

"Cuando vuelvas no lo hagas por obligación, hazlo porqué te sientes lista, cuando puedas afrontar la situación"

Puedo afrontar la situación.

Paré justamente en la puerta y me arreglé mi cabello pelirrojo, a diferencia de mi hermana ya qué el de ella era de un color rubio-fresa, el mio era de un rojizo más potente.

La buen imagen ante todo. ¿No?

Toqué la puerta y esperé. Dentro sé sintieron unos pasos y la puerta sé abrió.

—Stiles ya vet...— escuché una voz malhumorada. Reconocí ese tono al instante, mi hermana quedó muda. Me asombraba verla, debía admitir qué Lydia Martin tenia su encanto, es preciosa, no dudo qué haya sido popular en su escuela.

—No me llamo Stiles, pero mi nombre también empieza con "S"— murmuré divertida. Lágrimas bajaban de los ojos de Lydia, estaba en shock, al parecer.

—Lydia, ¿quién es?— estoy segura de qué esa es mamá. Una mujer sé acercó y al verme soltó el vaso qué llevaba en manos para después llevar estás a su boca, en señal de asombro.

Hice una mueca para luego mirarlas a ambas.

—Creí qué iban a abrazarme o algo así, ya saben, una bienvenida más acogedora.— me encogí de hombros y seguido de eso sentí los brazos de Lydia rodearme. Le hice señas a mi madre para qué también sé acercara a abrazarme, haciendo qué las tres nos fundieramos en un abrazo.

Sentí mi camiseta mojada, mierda, la había estrenado hoy.

Me hicieron pasar y sentarme dentro, era increíble lo grande qué era esta casa, no la recordaba mucho.

—Scarlett, por dios. ¿Estás bien? ¿Dónde estuviste?— Lydia no paraba de bombardear con preguntas, y mamá me miraba como sí no creyese qué yo estuviera ahí.

Me replantee la idea de decir aquella excusa, y no pude, no podía mentirles ahora.

—No puedo hablar de eso ahora, y mucho menos decir dónde estuve, pero algún día les contaré, lo prometo.— ellas me miraron preocupadas y emseguida agregue —No me hicieron daño, nada de eso, ellos me cuidaron.

Quería tranquilizarlas, que supiesen que estoy bien.

—¿ellos?— asentí. Lydia estaba dispuesta a hablar otra vez pero mamá le puso una mano en el hombro con una mirada de advertencia. Sonreí.
Como en los viejos tiempos.

—Te acompañaré a tú habitación, está justo como la dejaste, solo entraba a quitarle el polvo.— sé paró —Mañana iremos a comprarte ropa y todo lo que quieras.

—No es necesario, tengo una maleta con ropa en mi auto.— Lydia sé acercó a la ventana.

—Mi ex novio tiene un auto igual a ese, le costó mucho dinero...—susurró aún mirando hacia afuera.

—Fue un regalo, no era mio hasta hace unos días.

Di por finalizada la conversación cuando salí por la puerta a buscar las maletas, claramente yo lleve la qué tenia armas ya qué era más pesada y no quería qué ocurriera nada grave, mamá tomo la otra y fui a mi habitación.

🔹🔹🔹

Todo estaba listo en mi habitación, quite las frazadas de princesas y otras cosas, hasta cambie de lugar los muebles. Lo único qué sé mantenía igual era el color verde pastel de las paredes, tampoco tenía pensado cambiarlo, me gustaba así.

—Permiso.— vi a mi mamá mirarme con una sonrisa —Aún no creo que estés aquí, te he extrañado tanto.

Sé sentó junto a mi en la cama y me observó.

—Lydia aún está sorprendida, pero seguramente está feliz de verte.— le sonreí y me apoyé en su hombro.

—Es raro volver.— murmuré sin mirarla y sentí su mano acariciarme el cabello.

—Lo sé, pero luego no te salvas eh.— me dio un codazo amistoso —Tienes que volver a el instituto, rehacer la vida, poco a poco. Solo dime cuando te sientas lista.

—Quiero tener el día de mañana libre sí es posible, podré reintegrarme al otro día, estoy lista.— respondí con entusiasmo.

Mamá rio, no tenia problema, me gustaba estudiar aunque no lo crean, más me gustaba el arte y literatura, me fascina.

Mamá me dio un beso en la cabeza y sé despidió. Me cambie por mi pijama qué consistía en una camiseta de Liber y un short. Apague la luz y me dispuse a dormir cuando sentí un ruido.

Me di la vuelta y vi a Lydia entrando a mi habitación.

—¿Puedo dormir aquí?— susurró y yo le abrí los brazos en señal de qué era bienvenida a dormir conmigo.

Me sentí bien, me sentí como en casa.

elementary; teen wolfحيث تعيش القصص. اكتشف الآن