-Excelente – le mostré mi tatuaje – no me golpees por favor.

-No lo haré, por lo menos es lindo y original ¿en que idioma está?

-Griego ¿quieres saber que dice?

-Claro – dijo prestándome toda su atención.

-“Que es cielo sea nuestro límite” – ella sonrió y de ahí me miró a los ojos – no me mires así, no de nuevo – Antes de conocer a Lauren, Lucy era la única que podía desnudarme con la mirada.

-Me cuesta crees que estas tan bien, tan llena de vida, con tantas esperanzas cuando las dos sabemos que…

-Moriré.

-No lo digas como si fuera lo mas normal del mundo.

-Es normal Lucy, las personas mueren diariamente – hubo otro silencio.

-Hay noches en las que me acuesto pensando en como será el día en que me despierte y tu ya no estés – se formó un nudo en mi garganta – como sería mi primer desayuno sin ti, mi primer camino a la universidad sin ti, llegar y que tu no estés ¿Te has imaginado como sería entrar a nuestra clase favorita y no verte sentada a mi lado?

-Lucy…

-y ahora… ahora estás acá frente a mí con todas esas malditas ganas de que tan solo tu tiempo no se agote, que te den tan solo algunos minutos mas o a lo mejor horas, quizás años – sonreí y deje escapar una lágrima – no es justo Mila.

-¿Sabes que has sido muy fuerte verdad? – Las mejillas de Lucy estaban cubiertas de lágrimas – llevas una gran carga sobre tus hombros.

-Prometí no decir nada – dijo mirando nuestras manas entrelazadas – y las promesas entre mejores amigas se cumplen. Solo espero que cuando llegue el momento se lo digas a Lauren.

-LO haré pero no ahora, ni mañana, ni pasado.

-Ni siquiera sabes si tienes un mañana seguro – Aush, eso dolió pero era la verdad – hay veces en que me acuesto en el pecho de Vero, escucho su corazón y sé que no podría vivir si no volviera a escuchar ese sonido ¿te has preguntado si a Lauren le pasa lo mismo? – negué con la cabeza – deberíamos salir algún día todas juntas, una cena triple – sonreí.

-No es mala idea – me sequé las lágrimas – deberíamos volver ¿no crees?

-Si, tengo ganas de besar a Vero – sonreí y salimos entrelazadas de las manos, caminamos por el campus sonriendo hasta que vi a mis padres.

-Lucy – mis padres la saludaron – nos vemos en el almuerzo del sábado.

-¿No era cena?

-Si pero tu madre quiso almuerzo – sonreímos – amor nos tienes que acompañar.

-¿A dónde? – miré a mi padre y lo entendí  - ¡Oh! – luego miré a Lucy.

-Tranquila, todo estará bien – me sonrió.

-¡Camila! – miré hacía atrás y era Lauren, sonreí como idiota – Dios te he buscado todo el receso – estaba sin aire – Buenas tardes – saludo a mis padres.

-Buenas tardes Lauren, Camila te esperamos afuera – dijo mi padre.

-Creo que volveré con Vero, las dejo parejita – sonreí.

-¿Y a esta que le pasa? No que te odiaba.

-Creo que arreglamos todo – entrelacé mis dedos con los de ella.

-¿Qué querían tus padres?

-Nada, me retiran tenemos que ir a ver algunas cosas de su trabajo – mentiras  y mas mentiras – pero puedo que vuelva, te aviso.

Amor entre LibrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora