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Me muevo sobre la cama dándome la vuelta y abro los ojos. La habitación está un poco iluminada por la luz del día y cierro los ojos para tratar de dormir de nuevo pero no puedo. El recuerdo de lo pasado anoche vuelve y me siento sobre la cama para no seguir con ello en mi cabeza.

Retiro las cobijas de mi cuerpo y me levanto perezosamente de la cama. Agradezco que hoy era sábado y no tenía que ir a la universidad.

Mis perritos me miran aún acostados sobre mi cama y les lanzo un beso.

—Buenos días, bebés.

A pesar de lo que pasó ayer hoy quería comenzar bien el día. No tenía muchos ánimos pero estaba de buen humor. Tomo una toalla y me doy una ducha rápida, sin darme el tiempo de pensar en lo de ayer.

Al salir del baño, me visto lo más cómoda que puedo y voy a la cocina. No tengo ganas de cocinar nada así que abro el refrigerador y tomo un yogurth y le echo un poco de granola. Me siento en el sofá y lo como.

Boony llega y se sienta a mi lado, llevo una de mis manos a su cabeza y con la otra dejo el frasco de yoghurt vacío sobre la mesita de centro.

¿Debería llamar a Michael o al menos dejarle un mensaje? ¿Al menos se tomaría la molestia de responder?

Paso mi mano sobre mi cara y suspiro. No seré yo quien le envíe el mensaje o lo llame. Me levanto del sofá siendo seguida por la mirada de mi perrita decidida a limpiar, tal vez eso me ayude un poco y me distraiga. Ato mi cabello en una coleta no muy bien y voy hacia mi habitación. Pongo música en mi celular y comienzo haciendo la cama. Lo siento perritos.

Una vez que termino en mi habitación tomo mi celular y mis audífonos y camino hacia la cocina. Una vez que la canción que elegí comienza subo el volumen y comienzo con mis labores. Lavo los pocos platos que hay y sacudo muebles al igual que en la sala de estar. Barro, trapeo, sacudo mientras escucho música.

Voy a mi habitación y tomo la ropa sucia que tengo para lavarla. Le hablo a mis perros para que coman y ellos vienen detrás de mí, se ponen a comer y yo voy a lavar mi ropa.

Mientras mi ropa se lava yo me siento en el sofá y utilizo mi celular aún escuchando música. Cero llamadas, cero mensajes de Michael.

No seré tan orgullosa y le enviaré un mensaje. Entro a nuestro chat y le dejo un simple “Hey” seguido de un “¿Quieres hablar?”

Será mejor que hablemos las cosas.

***

El día pasa demasiado rápido para mi gusto. Almuerzo un sándwich para después ver una película en compañía de mis mascotas. Pero al final termino aburrida y decidí salir a dar una vuelta.

El frío estaba comenzando un poco, aún era tolerable estar con ropa de verano. Me pongo un suéter y le pongo la correa a cada perro para después salir a dar un pequeño paseo. Casi eran las seis de la tarde y ya estaba oscureciendo pero aún así salí.

Pasé por un parque y dejé que mis perros jugaran mientras yo los observaba. Mi estómago gruño y miré a mi alrededor buscando qué comprar de comida. Había pequeños puestos de raspados, helados y esas cosas, pero me se antojaba algo calentito.

Había un puesto de donas, churros y esas cosas y decidí comprar allí. Mi celular anuncia un mensaje mientras me dirijo al puesto y lo saco de mi bolsillo para mirar. Era un mensaje de Michael: “Brooklyn, sabes que si hablamos esto terminará mal de nuevo. Es mejor no hacerlo.”

El apetito desapareció.

Suspiro y sigo caminando, compraría un café de todas formas. Cuando ya tuve mi café les coloqué las correas a cada uno de mis perros y camino un poco más.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora