Capítulo 15

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Solté el móvil y escuché como había golpeado contra el suelo. Había tanto silencio en la habitación que el ruido provocado parecía haber sido de una bomba.

Harry estaba ahí, parado mirándome, me miraba fijamente y la verdad es que no podía descifrar su mirada. Era dura, seria, fría...Casi podría decir que me estaba haciendo pedacitos en su mente, pero luego bajó la mirada y yo me quedé en el mismo lugar, no moví ni un músculo.

—¿Más malditas mentiras? —preguntó al aire. —Confié en ti Nicole, y de nuevo me sales con tus mierdas, jugaste con mi mente otra vez.

Su voz era ronca, y parecía forzado al hablar, como si realmente lo único que él deseara en ese momento fuera llorar...
Se me rompió el corazón, pero él tenía razón.

—Sí Harry, es verdad, pero... —no pude terminar porque me interrumpió.

—¡A la mierda!, ¡estoy harto de tus malditas mentiras!, ¡estoy harto de que te burles de mi de esa forma!

Su rostro palideció y la sangre me hirvió.

—¿Mis mentiras nada más? —escupí sin ningún arrepentimiento. —Tú fuiste el idiota que se hizo el muerto y me mintió todo este tiempo, yo no. —¿Quieres echar en cara las mentiras?, Pues ahí te van Styles, fingiste tu muerte para protegerme y no sé qué, ¿en serio?, porque yo no te creo ni una mierda, fuiste un cobarde, eres un cobarde.

Lo dicho, dicho estaba. Sin embargo en cuanto terminé de hablar, sentí un horrible punzón en el pecho, había sido muy cruel.
Los ojos de Harry parecían más profundos, torció la mandíbula y se arregló el cuello de la camisa.

—Bien, entonces lárgate, no te preocupes por mí, sí me muero sería lo mejor que podría pasarme.

Iba a decirle algo, iba a disculparme, mi enojo había sido más fuerte que yo, y eso realmente hasta a mí me había dolido decirlo. Pero él no me dejó hablar, se adelantó.

—Dales la dirección de este lugar para que vengan a buscarme, no me moveré de aquí, y espero tu plan haya sido cumplido, adiós.

Se dio la vuelta y se fue de la habitación dando un portazo.

Caí de rodillas al suelo sintiendo mis lágrimas calientes resbalar por mis mejillas, ni siquiera me había dado cuenta que estaba llorando de tan mal que me sentía conmigo misma. Lo había jodido todo, esta vez realmente había sido mi culpa, toda mi culpa, y no había nada más que hacer. Harry estará bien, siempre se las arregla para estar bien, y yo igual lo estaré, ambos estuvimos bien todo este tiempo sin estar juntos, simplemente olvidaremos todo y nos alejaremos para siempre. Él debía desaparecer de mi mapa, y yo del suyo, sólo así podría detener todo lo que estúpidamente había planeado, este era el fin de los dos, y se sentía horrible, es como si te arrancaran cada una de tus venas, ¿así se sentía desprenderse de alguien que amas?, Pues era una mierda, el amor es una mierda, y Harry también.

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Lo primero que sentí cuando abrí los ojos fue la cinta en mi boca. Y por alguna razón no entré en pánico, me sentía adormilada y débil, con nada de fuerzas como para gritar. Intenté levantar una mano pero ambas de ellas estaban atadas a mi espalda.

¿Cómo demonios había terminado así?

Alcé la vista y como pude intenté identificar el lugar, pero no me era posible, veía todo borroso, y ni siquiera podía abrir bien los ojos. La cabeza me dolía y la luz de la habitación en la que me encontraba no ayudaba en nada a reducir mi dolor.

Siempre fuiste tú. «H.S.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora