Capítulo 1

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Era de noche, todo estaba a obscura, lo único que iluminaba la habitación era una lámpara al lado de la cama. Cerré los ojos y escuche como uno de los interruptores era encendido, no era el de mi habitación o el de la sala, era la del baño, estaba recostado en la cama después de haberme bañado, mi cabello estaba mojado y un poco desordenado, pero no impidió que me recostara en la enorme cama.

Figue mi vista en el baño y note la figura de Lance desvestirse con lentitud. Su cuerpo me tentaba a acercarme a él y bañarme otra vez. Escuche como la regadera era abierta, el sonido de las gotas sobre su cuerpo hacían que sintiera envidia por no poder tocarlo en ese mismo momento.

Me acuerdo de aquella vez que lo sorprendí en el baño, me entre a la ducha con él y yo dejaba caer el jabón al suelo solo para que él lo recogiera.

— ¡Keith, aún no entiendo por qué compraste esa "pijamas"!– grito desde la ducha.

— ¡Es que me atraía la idea de verte vestido de corderillo!– respondí de la misma manera pero con una sonrisa en mis labios.

Me levante lentamente de la cama, apague la lámpara, preferí encender el bobillo, me puse mi "pijama" de lobo, la cual nunca le quise mostrar, porque conociéndolo sabía que lo iba a querer más y no se iba a cansar hasta tenerlo.

El agua dejo de caer, sabía que ya había terminado, me quede expectante a su salida para verlo con el traje que le había comprado, de reojo pude ver que lo único que lo cubría eran las toallas, pero ante mis ojos el ya estaba desnudo, en ese mismo instante tome las cobijas y me las tire encima, no podía dejar que me viera con el de lobo cuando le había dicho que los compre iguales.

— ¿Por qué no estás vestido con tu pijama? ¿Acaso estas desnudo, pervertido?– dijo al verme. Sonreí ante sus acusaciones.

— No estoy desnudo y deja de llamarme pervertido...– no me dejo continuar. Le iba a preguntar sobre su pijama.

— Es porque eres un pervertido, pervertido- dijo haciendo una especie de puchero.

Se veía tan adorable que no pude evitar acercarme más a él, pose mi vista en su cuerpo desnudo y cuando él se percato de mis actos se puso un poco rojo.

— ¿Por qué no traes puesto tu pijama?- pregunté al verlo callado y sonrojado.

— ¿Por qué estás desnudo? –volvió a preguntar.

— ¡Qué no estoy desnudo!– dije casi en un grito.

— ¿A sí?, quítate las cobijas de encima– dijo cómo orden.

— Ponte tu pijama primero– respondí.

— Está bien, pero si estás desnudo dormirás en el sofá por pervertido– sentenció. Yo solo sonreí.

Él se fue al armario, no sabía que lo tenía ahí, no lo había notado en ningún momento, lo desengancho y se lo colocó en el hombro, todo eso sin apartar la vista de mí. Dando pasos cortos se dirigió al baño otra vez.

— ¡Sin bóxers!– grite.

— ¡Pervertido!– respondió de la misma manera.

No paso ni un minuto y ya Lance tenía puesto su traje de cordero, miraba hacia el suelo, estaba nervioso y un sonrojo más notorio lo delataba..

— Ya quítate esas cobijas– dijo señalándome.

Lentamente deje que las cobijas descendieran quedando en el suelo, él me mira un poco enojado y asombrado.

— ¡Me mentiste! – Exclamo– ¡Dijiste que los compraste iguales!

— Es porque tú eres mi presa– respondí.

Me acerqué a él acorralándolo contra la pared, le tome de las muñecas y las sostuve con un poco de fuerza sobre su cabeza. Puse una de mis piernas entre las suyas y empecé a frotarlas contra él. Lance llegaba a soltar uno que otro jadeo, mientras yo solo sonreía.

Empecé a bajar el sierre lentamente, quería torturarlo, pero más me torturaba a mí. Le bese en la boca, él al principio no quería, se rehusaba a dejarme entrar, así que empecé a pasar mi lengua por sus labios, pero no lo aguante más y con mis manos apreté su virilidad, él soltó un leve gemido y así pude entrar mi lengua en su cavidad bucal.

Cuando nos separamos por la falta de aire, pude ver mejor la cara sonrojada de Lance.

— Pervertido– dijo con la respiración agitada.

— No creo ser el único pervertido en esta habitación– dije señalando su erección.

— ¡Cállate!– respondió.

Le baje un poco más el sierre y empecé a dejarle marcas en el cuello y pecho, uno que otro gemido se le escapaba; Lance empezó a bajar el sierre del mío, lo levante apretando de sus nalgas y lo empecé a cargar para llevarlo a la cama.

Ya quedando encima de él, me posiciones entre sus piernas, él se levanta un poco para poder besarme, y en un momento de descuido aprisiona mi pene entre sus manos. No puedo evitar gemir ante su toque.

— Y me dices pervertido, Lance– dije intentando no gemir.

Tome sus manos y junte nuestras erecciones, ambos empezamos a gemir por el placer que nos provocábamos, empecé a jugar con sus pezones y a besarlo en todas parte, deje de usar mis manos en las erecciones cuando Lance no la quería soltar, la fricción que provocaban nuestros cuerpos uno encima del otro hizo que nos corriéramos al mismo tiempo.

— Keith...– dijo en un suspiro.

— Aún no terminamos.

Con mi pulgar empecé a rozar sus labios para que él la abriera y así poder introducir mis dedos, sentía como movía su lengua en formas diferentes.

Saque mis dedos de su boca cuando los sentí lo suficientemente mojado, me mordí el labio inferior ante la vista de un sonrojado Lance, termine de quitarnos las pijamas he introduje uno de mis dedos en su entrada, lentamente empecé a moverlo dentro de él, y a medida que se iba acostumbrando le metía otro dedo más hasta llegar a los tres. Antes de sacar mis dedos simule pequeñas embestidas, haciendo que Lance gimiera un poco más.

— ¡Aah!... Keith, alto... te quiero a ti– dijo entre jadeos y gemidos.

No espere a más ruegos, saque mis dedos y me posiciones en su entrada.

— Voy a entrar– avise.

Lentamente me introduje en su interior, él intentaba retener los gemidos que le provocaba, y yo solo sonreía para luego acercarme y besarlo. Sus labios tan rosados me encantan, siempre tienen un sabor a chocolate que me fascina.

— Eres mío– dije y empecé a dejar más marcas en su piel.

Lance empezaba a jadear entre mis embestidas, intentando recuperar el aire. Me le quede viendo un momento pero sin dejar de moverme, sin darme cuenta mis embestidas iban subiendo de intensidad y sentía como Lance me apretaba, él pasaba sus brazos por mi espalda intentando aferrase a mí con todas sus fuerzas. Me di cuenta que mis embestidas le daban en aquel punto que lo vuelve loco cuando dejó escapar sus gemidos y jadeos pidiendo más de mi.

— Tan... Pro-fundo– dijo y se retorció debajo de mí.

Lamí su oreja al escuchar esas palabras, sentí como al hacer eso tembló por completo. Note como por mis movimientos arqueaba la espalda y me soltaba para aferrarse a las sabanas.

Parecía un lobo hambriento, no podía saciarme con facilidad, abrace a Lance y me senté para que el quedara encima de mí, él se agarro de mis hombros y por instinto se empezó a mover las caderas. Cuando lo sentía más apretado me di cuenta que pronto se correría. Termino por correrse entre nosotros y yo dentro de él.

Lo bese otra vez. Un beso largo que casi nos dejos sin aire. Me aparte lentamente de él viendo como un fino hilo de saliva nos unían todavía.

Continuamos haciéndolo así toda la noche, hasta que agotados nos quedamos dormidos, pero antes de que yo me quedara completamente dormido, tome las sabanas y nos cubrí a los dos para después abrazarlo.

Puedes ser un pequeño cordero, pero yo siempre seré, el lobo hambriento– dije en un susurro mientras lentamente cerraba mis ojos.

Mi presa [Yaoi]Where stories live. Discover now