Capítulo 15

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"Juliette"

Le estaba ayudando a Max a vestirse en lo que llegaba su madre por él. La promesa que le hice pudo hacerse realidad gracias a Gabriel. Durante todo este tiempo jamás habíamos visto a su madre, pues siempre venía cuando no había nadie en guardia.

— Estoy muy emocionado.

— Lo sé.

— ¿Ya estás listo? — le preguntó Gabriel con una leve sonrisa.

— Más que nunca.

Nos observó detenidamente intentando descifrar algo.

— ¿Puedo hacerles una pregunta?.

— Claro — le respondí yo.

— ¿Ustedes son novios?

Dejé de hacer lo que hacía alarmada ante esa pregunta tan incómoda. Gabriel comenzó a toser como loco y negó varias veces.

— No, no, no — me miró y volvió a negar — nunca.

— Creí que sí, siempre están juntos.

— Es sólo trabajo, Max.

— Además de que yo tengo novio.

— Ya veo.

Asintió levemente no muy convencido de lo que decíamos. Pero en cierta forma no mentía en que siempre estábamos juntos, pero era por trabajo y nada más.

Una mujer de cabello negro y grandes ojos azules entró a la habitación. Venía distraída con el teléfono en mano, se sorprendió bastante cuando nos vio frente a ella.

— Oh — guardó su teléfono — disculpen — nos sonrió avergonzada.

— No se preocupe — me acerqué a ella — soy la Dra. Vega — le tendí la mano.

— Mucho gusto — me estrechó la mano — soy Lauren Pettersen, la madre de Max.

— ¡Mami! — el pequeño saltó de la camilla y se abalanzó sobre su madre.

— Hola cariño.

— ¿Ya podemos irnos?

— ¿Podemos? — nos preguntó con timidez.

— Claro, sólo no olviden volver el lunes — ella asintió.

— No lo haremos.

— ¡Nos vemos! — se despidió Max antes de desaparecer por la puerta.

Mis ojos se encontraron con los de Gabriel y no pude evitar sonrojarme.

— Iré a inspeccionar otras áreas — asintió levemente.

Tomé una de las tabletas de pacientes que se me habían asignado y justo cuando iba a salir a hacer mi deber mi madre se interpuso en el camino.

— ¿Pasa algo mamá? — pregunté confundida.

— Tú vienes conmigo ahora mismo — me tomó por la muñeca y me arrastro con ella por el pasillo.

— Mamá tengo trabajo — me quejé.

Entramos a su consultorio y cerro la puerta tras ella, me soltó y buscó algo en uno de sus cajones.

— Jessey me llamó para decirme que no te haz sentido bien últimamente y que no te haz alimentado bien — saco lo esencial para sacarme sangre.

— Estoy bien mamá.

— Mientes.

— Mamá...

Bad LiarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora