Fijé la mirada en él. Liviano como un copo de nieve, pero desde luego no frío. Frágil cual cigarrillo consumiéndose, pero desde luego no ardiendo. Danzaba y danzaba, con la melodía del viento y el susurro del silencio. Una gota de lluvia cayó. Lo aplastó. Lo rompió. Se quebró. Lloró.
¿Has visto alguna vez un pétalo de flor de cerezo llorar? No lo hagas.
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Micro-relato seleccionado para ser publicado por Diversidad Literaria. Si queréis comprar el libro entero os paso el link.
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Historias ocultas tras el objetivo de una cámara
Short Story«Relatos cortos y no tan cortos que una vez mi mente una vez perdió y volvió a encontrar tiempo después.» En octubre de 2010, una yo muy despistada pero feliz empezó un curso de escritura -casi- sin saberlo. (Yo creía que era un club de lectura pero...