Competition [BSE II] | Harry Styles

"Hazza" y secretos

El beso se vuelve amenazadoramente caliente. Siento la erección de Harry contra mi propio y húmedo sexo y lo único que nos separa es nuestra maldita ropa. Él parece sentirlo también porque gime sobre mis labios.

Yo no puedo más. Mi mente va a mil por hora.

Plan A: me bajo de sus fuertes y musculosos brazos y me voy corriendo.

Plan B: me hago la muerta y cuando me suelte escapo.

Plan C: disfruto y me dejo llevar.

Me decido rápidamente por el plan C, en parte porque los demás no tienen mucho fundamento y porque sus jodidos labios no dejan de torturarme.

-Puede entrar alguien –murmuro mordisqueando su labio inferior. Tal vez así él sea el que tenga cabeza y detenga esto porque yo, sé perfectamente, que ahora, ya no soy capaz.

-Para de hacer eso…

Le miro y alzo una ceja.

-¿A qué te refieres? –en el lavabo solo se oyen nuestras respiraciones agitadas. Sus ojos me escanean lentamente y tras unos segundos eternos me sujeta solo con solo un brazo para poder quitarme un mechón de pelo con a otra.

-Deja de morderme el labio o te aseguro que no voy a poder parar, esta vez no.

Sonrío pícara, no debería de haberme dejado a mí la decisión final. Sin dejar de mirarle los ojos me froto contra su dura e imponente erección mientras lentamente paso mi lengua por su labio. Ambos gemimos.

-____ -dice en tono de aviso. Yo le miro y sonrío. No quiero parar.

-Hazza…

-Suficiente –suelta justo antes de juntar de nuevo nuestros labios. Esta vez me besa con posesión, con pasión y necesidad. No vamos a poder parar y me da igual.

Sin separar nuestros labios ni bajar la intensidad del beso, me lleva hacia un cubículo. Cierra la puerta con el pie y, tras dejar mi chaqueta y mochila en el suelo y apoyar mi espalda contra la pared, me pregunta mientras me mira con esos, ahora más oscuros, ojos escarlatas:

-¿Y eso de Hazza? –mientras espera mi respuesta comienza a mordisquear el lóbulo de mi oreja y mete sus grandes y suaves manos por debajo de mi camiseta. Yo gimo. Estamos muy cerca y cómo no encuentro mi voz para contestarle le beso de nuevo.

A Harry no parece importarle que no responda porque junta mi lengua con la suya y éstas comienzan a moverse frenéticamente la una contra la otra. Cansada de su exceso de ropa, me bajo de él y le quito el abrigo. Él alza una ceja. Sin dejar de mirarnos meto mis manos debajo de su camiseta y le acaricio el torso.

No puedo hacerlo durante mucho rato porque me coge la mano, la aparta y se saca la camiseta rápidamente. Olvido todo: que estamos en la universidad, que en cualquier momento puede entrar alguien, que aún “estoy” con Aaron… solo lo quiero a él dentro de mí y, a ser posible, rapidito.

-Quítame la camiseta –jadeo chupándole los labios. Él asiente y lo hace tan rápido como la suya segundos atrás. Nos quedamos varios segundos contemplándonos. Sigo su mirada y veo que ha visto mi tatuaje.

-¿Por qué? –me pregunta señalándolo. Yo hago una sonrisa triste.

-Cuando murió mi madre siempre tenía pesadillas sobre accidente. Durante el verano que pasé contigo esas pesadillas se hicieron casi inexistentes pero cuando nos separamos volvieron de nuevo. Cuando cumplí 18 años decidí tatuármelo –digo mirando el gran atrapa-sueños que tengo en la derecha de mi vientre.- Pensé que de alguna manera me ayudaría a no tener pesadillas y a recordarla siempre.