Competition [BSE II] | Harry Styles

¿Preparados?

No puede ser. No me puede estar haciendo esto... Releo el mensaje de nuevo;

____,

No podré ir con vosotras a la fiesta. Mañana por la mañana tengo que ir a la oficina. Espero verte después.

Pásatelo bien con Nerea.

Xx, A.

¿En serio? ¿Quién trabaja un sábado 28 de diciembre? Él.

Esto no puede ir peor. Ir de fiesta un sábado sola con Nerea. Omitiendo el hecho que mi sexto sentido me indica que trama algo. Algo malo para mí.

Miro mi reloj aburrida. Son las siete de la tarde. Nerea me ha levantado a las diez de la mañana. Ahora que no tiene resaca se levanta pronto...

—¿Has elegido la ropa? —pregunta, dándome un susto de muerte, mientras asoma la cabeza por la puerta de mi cuarto.

—¡Joder Nerea!

Ella ríe mientras entra a mi habitación con cuatro vestidos entre los brazos.

—Perdón —se disculpa dejando los vestidos sobre la cama y sentándose sobre ella. Miro por última vez mi foto recién retocada antes de apagar mi ordenador—. ¿Cómo van las fotos?

Para el 8 de enero tengo que llevar fotos a la compañía porque van a hacer una exposición llamada; El invierno en Seattle.

Lo sé... más original imposible.

—Mal. Tengo que ponerme las pilas. ¿Crees que nevará pronto? —pregunto sentándome en la cama y acariciando el vestido favorito de mi amiga.

—Pues debería. Cuando llegamos nos dijeron que pasaríamos un invierno frío y cubierto de nieve.

—A ver si es verdad. En parte, es eso lo que estoy esperando.

Ella me sonríe y mira como acaricio su vestido.

—¿Has elegido la ropa o no? —insiste. Yo niego mientras mastico mi chicle distraídamente. Ella alza una ceja—. ¿Y a qué esperas?

—Pues... no lo sé. Son las siete, ¿a qué hora nos vamos?

—A las ocho salimos. —Abro los ojos y frunzo el ceño.

—¿Y a qué hora volvemos?

—Tarde.

Madre mía. Hoy no vuelvo a casa hasta bien tarde.

—Me das miedo.

Nerea me guiña un ojo, se levanta de la cama y se dirige a mi armario.

—Hoy tienes que estar radiante —dice abriéndolo y mirándolo todo.

—¿Por qué? —pregunto confundida—. ¿Qué tiene de especial hoy?

—Pues, ¡no lo sé!

Finalmente se decide por varios vestidos y los deja al lado de mí.

Yo los miro. Son los más cortos del armario. La miro y levanto una ceja. Ella ríe.

—¿Qué pasa?

—Nada, nada. Solo que, ¿no son un poco cortitos?

—¿Qué te hace pensar eso? —pregunta irónicamente.

—¿Tengo que elegir entre uno de estos? —Ella asiente mirándome intensamente–. Pues... este mismo.

—Perfecto, ¡vamos a prepararnos!