Prologo

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Ni Kendall ni yo podíamos pararnos, shots de tequila y vodka no son una buena mezcla. Todos estaban en la fiesta. Todos mis amigos y enemigos. Misma, la novia de Kendall, Summer. Calor y borrachera me llevo a mi a ir arriba a un cuarto donde hubiera aire acondicionado.

Cuartos vacíos era lo que faltaba, todos estaban llenos con personas haciendo vaya a saber que. La casa del anfitrión era gigante, pero parecían estar todas las habitaciones ocupadas. El pasillo era infinito, y no parecía terminar nunca.

Ya llegando al final me encontré con una pareja que salía de una. Veía doble y no estaba segura de quienes eran.

-Epaaa! -Alguien gritó largamente, me pareció reconocer esa voz. La voz de Kendall, pero borracho.

-Tambaleante como en Mexico, Ash? -Y esa era la voz de Summer, también pasada de copas.

Esto era seguro. Los había encontrado en un Walk of Shame. Que lindo no? Encontrarse a tu amante luego de joder con su novia. Una mezcla de odio, gracia, y celos vinieron a mi. Lo único que puede hacer fue devolverle una sonrisa forzada antes de entrar a la habitación que ellos acababan de usar.

Al entrar y ver la cama deshecha y las sabanas tiradas, me dieron ganas de vomitar. Sera que esto me afectaba porque me había enamorado de él? Sacudí mi cabeza. No, por dios Ashley, no era eso.

Todo daba vueltas y vueltas. Los últimos shots no habían sido buena idea. Tenía calor, estaba sudando mucho. Me saqué la remera y los zapatos. Me quedé en corpiño y con el short de cuero que tenía. Me faltaba el aire, y sin más me cai tendida en la cama culpable.

Todo era negro, oscuro, y negro. Cada tanto me agarraban nauseas, pero seguía dormida, cuando, de pronto, sentí unas manos calientes en mi cintura. Con fuerzas abrí mis ojos. Veía doble. Todo daba vueltas. Con un gran esfuerzo supe figurar el rostro de quien era.

Kendall. 

-Hola hermosa, todo bien por aca? -Decía mientras acariciaba mis piernas, sentado al costado de la cama. Sonreí.

-Hola.-pronuncie despacio pero con un tono lujurioso.

-Te encuentras bien? -Me preguntaba mientras comenzaba a besarme.

-Ahora mucho mejor.- Respondí entre besos. Besos que se fortalecieron. Sus besos eran impecables, candentes y apasionados. Como si fueran los últimos por mucho tiempo. Los besos fueron bajando hasta mi cuello. Él sabía donde yo amaba los besos,  y mas si eran de él.

Su lengua bailaba con la mía. Sus manos subían y bajaban, por todo mi cuerpo. Acariciaba mi trasero y mientras tanto besaba mis pechos. Lentamente le fui sacando su camisa blanca, botón por botón. Me tome un momento para apreciar lo en forma que estaba su torso. Era precioso.

De un segundo al otro mis shorts se deslizaron junto con sus pantalones. Ambos estábamos en ropa interior, como tantas veces habíamos estado. Pero había algo diferente esta vez, me sentía vulnerable, pudorosa mejor dicho. Por lo visto, Kendall también. Le sonreí, y él a mi. Y con un beso en los labios seguimos.

Me quito las bragas y el brasier de encaje blanco, y yo a él su boxer negro. Con una cara confortable me embistió. Una y otra vez, yo gritaba y él gruñía, ambos con el placer absoluto de tenernos el uno al otro.

Mis uñas presionaban contra su espalda mientras él me sujetaba por detrás. Gemiamos con unismo, y justo antes de llegar al orgasmo, ambos, casi como si fuera un guion de teatro dijimos:

-Te amo!

Nos miramos fijos. Aun con las respiraciones entrecortadas y agitadas. No podia creer que lo había dicho. Esto se suponía que era sin sentimientos, como que "Te amo"? Sacudí mi cabeza. Esto no podía pasar. No. No podía pasar. De ninguna manera.

SOLO BESAME!Where stories live. Discover now