➴「Capítulo 3」

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Las clases transcurrieron con normalidad, aunque ahora estaba detestando el momento en el que me había puesto a hacer una video llamada con HoSeok -uno de mis mejores amigos- a mitad de la explicación de matemáticas; por culpa de eso mañana tendría que quedarme a limpiar el patio como castigo por infligir las normas, un poco más y parecía colegio de monjas. Lo típico, pura apariencia ya que en el fondo más que convento era un juntadero de zorras, o como me gusta llamarle "El burdel de YoonJi-Moomy".

Con la bandeja de nuestro almuerzo tomamos asiento en la cafetería de la secundaria. JiMin pareció haberse quedado dormido en clases ya que llevaba minutos sentado a mi lado y sus labios seguían abuchonados mientras que su mirada estaba perdida en quien sabe que galaxia o mundo imaginario.

— ¿Estás emocionado? — Cuestioné tomando con la cuchara un poco de la crema que se había comprado y se la arrime a su boca.

— Mh. ¡Muy emocionado! — Chilló aceptando el bocado de su postre con pereza, automáticamente sus ojos se cerraron en el momento que comencé a acariciar su cabello con la mano que tenía disponible.

Le entregué la cuchara para que continuara solo mientras yo comía mi sandwich.
Jimin asistía a clases de baile y los lunes cada tres semanas se hacían actividades con amigos; los estudiantes de danza llevaban un compañero a la clase y compartían un baile juntos, obviamente con un motivo detrás y no es más que para promocionar la estúpida escuela, aun así como se trataba de JiMin no podía negarme. Estos días eran sus favoritos.

— Eso es, cómetela toda. — Dije expectante mientras terminaba de comer su crema.

— Pagué por ella, obviamente me la como toda. — Comentó sin comprender el doble sentido de mis palabras, a lo mejor porque estaba muy entretenido en lamer la cuchara.

Saque mi celular entrando a Google y teclee "¿Cómo ser una cuchara? @YahooRespuestas."
— Oye JiMin, de ahora en adelante llámame cuchara-Mommy. Estaré a tus servicios. — Dejando de lado la inútil búsqueda le guiñe un ojo al menor que al haberlo captado dejó el objeto ya limpio de crema sobre la bandeja para verme con enfado.

— ¿Por qué cada semana se te antoja ser un cubierto diferente? — Se quejó. — Venga, vámonos o llegaremos tarde como la vez pasada. — Su mirada me quería hacer sentir culpable -y lo era- pero tenía un gran motivo para haber querido volver a casa antes de ir a su clase de danza.

— Eso porque tú siempre llevas el pene contigo. Yo no, y hay veces me olvido de meterlo en la mochila. — Me defendí levantándome del banco, tomé mi mochila y me estiré en lo que el contrario terminaba su jugo de frutilla.

— Pero no tiene sentido llevar tu pene a clases de baile. —

— Claro que lo tiene. ¿Ya viste lo buena que está tu profesora? Si ese día lo hubiera llevado probablemente hubiese tenido uno de los mejores polvos de mi vida. Las bailarinas son la gloria en la cama. —

Ambos satisfechos emprendimos la caminata fuera de la secundaria en dirección a la escuela de danza, no sólo tenía que bailar, sino que también tenía que caminar hasta allí, yo sí tenía motivos para odiar los lunes.

— Yo también soy bailarín. — Respondió.

— ¿Me estas pidiendo que te folle? — Una risita escapo de mis labios mientras le miraba tentado a hacerlo.

— Es estúpido que lleves tu pene a todos lados. — Evadió mi pregunta y terminó de dar por finalizado el tema.

• • •


— ¡Tan solo diez minutos más! — Anunció la profesora volviendo a su lugar junto a el resto de sus compañeras de trabajo, cabe mencionar que ni siquiera estaban participando de la actividad.

my mommy yoonji  :  yoonmin.Where stories live. Discover now