Estando a tu lado ©

Capítulo Nueve: Liberación

JUDAH

Los celos son un sentimiento del cual parecemos no poder deshacernos jamás por más que tratemos con todas nuestras fuerzas no sentirlo. Pero es imposible, hierve en nuestra sangre con todo su esplendor haciéndonos sentir un remolino hecho por millones de sentimientos los cuales no podemos ocultar. Aquel enojo que brilla en nuestras pupilas cuando vemos al villano acercarse a nuestra posesión más preciada, y saber que no puedes hacer nada para evitarlo. 

Todos esos sentimientos mezclados pueden ser apreciados en los ojos de Derek, quien no ha parado de mirar ni por un solo segundo la conversación entre su esposa y su amigo. La palabra mejor dejó de ser utilizada entre ellos después de que el mellizo le mirase como una amenaza a su relación. 

El timbre de la casa suena y el pequeño Gino corre a abrir sin pensarlo mucho, mi pequeña leona corriendo detrás de él. Abro la boca al ver con quién regresan, y él también imita mi acto, sus ojos abriéndose de par en par. Se encuentra mucho más varonil desde la última vez que lo vi, mostrando su edad. Tiene una barba de dos semanas y ha ganado muchos músculos desde la última vez que lo vi hace siete años.

—Eres un... —Mike me rodea con sus brazos cuando yo hago lo mismo —. Y pensar que creí que me estaban mintiendo.

—Soy pura realidad —le bromeo. Gia corre hacia mí y la cargo, depositando un beso en su mejilla —. Mi bebé, te amo.

—Pero si son dos gotas de agua, joder —comenta. Despeina el cabello dorado de mi princesa, quien suelta varias carcajadas —. Los leones juntos después de mucho tiempo, quién lo diría.

Doy un último beso en su mejilla antes de dejarle ir a jugar con su primo. Le pido al castaño que me informe de muchas de las cosas que han estado pasando por el Domo desde mi accidente, contándome que Hache se volvió el líder del grupo pero que ha renunciado al título ahora que estoy de regreso. No había pensado en volver a correr carreras ilegales, pero necesito dinero, y hasta que encuentre trabajo como fotógrafo en alguna empresa, no me quedará de otra más que regresar.

La bella harmonía de la cocina se ve interrumpida cuando mi mejor amigo entra hecho una furia poseída por el mismo diablo. Su pecho sube y baja con fuerza y sus ojos se ven llenos de enojo, todo indicando su fastidio con la forma en que su esposa socializa con Seth. Entiendo el hecho de que sea inseguro y de que sus celos lo cieguen por momentos, porque yo me encuentro en la misma situación.

—La amo —dice al aire, negando con la cabeza. Coloco una mano en su hombro, mostrándole mi apoyo —. Me hierve la sangre cada vez que los miro abrazados. Me recuerda a que... —se detiene, apretando sus puños.

—Derek —le dice Mike, ofreciéndole una sonrisa —, sabes muy bien la clase de persona que es Seth. Él jamás se metería en una relación con un hijo, además, Claudia lo detendría si otras intenciones aparecieran. 

—Y lo sé —admite —, es solo que... 

—Chicos, vamos a ir al supermercado por víveres para el almuerzo —Mi mejor amigo se ve interrumpido por la castaña.