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No sé si tomarlo como coincidencia o destino, pero el hecho de que mi amigo me llamara justo cuando estaba llegando al país me salvó de muchas dificultades, sin él no hubiera sabido que tenía que comprar una tarjeta para casi todos los transportes en la ciudad porque, aunque los taxis son económicos, hay suficientes rutas de bus y metro que pueden evitarme el gasto innecesario, y más aún, no hubiera podido comunicarme con alguien en el lugar, pocos hablaban inglés, eso era más que obvio.

Me llevó a su casa, un lindo departamento en el 3er. piso de un edificio con fachada de ladrillos, y según el letrero antes de entrar en las pequeñas calles, el barrio se llamaba "Itaekwon". El edificio tenía unas cuantas plantas colocadas en cada ventana y un pequeño callejón que conectaba con otros edificios; moderno pero acogedor entre todas esas casas lujosas y enormes, porque sí, Taehyung vivía en una zona la cual no podría considerarse "exclusiva" pero no todos podrían darse el lujo de vivir en tal lugar.

Durante el trayecto conversamos sobre cosas sin sentido, sobre las cosas más raras que ambos habíamos encontrado en Japón y sobre su último trabajo, burlándose de cuán difícil había sido trabajar conmigo durante el proyecto que tuvimos meses atrás; así llegamos a casa, con una plática amena entre dos personas que tenían tiempo sin verse y saber de sí. Era extraño, porque Tae me brindaba esa paz y comodidad que sólo los amigos de años o familiares te dan, con él me sentía capaz de decir todo sin pena alguna.

-Y dime, ¿por qué Corea de entre todos los lugares?- Preguntó mientras buscaba unas tazas de la alacena.

-Me quedaba cerca, no había venido JAMÁS, te extrañaba... son muchos motivos.

-¿Él también es un motivo?- Preguntó mientras vertía agua caliente en un par de tazas con  sobres de té negro instantaneo.

-¿Quién?- Quise hacerme la desentendida y fingir que no sabía de quien hablaba, pero lo sabía y eso no pintaba para algo bueno.

-Ya sabes...- se encogió de hombros - Yoongi.

¡Y lo dijo! ¡DAAAAMN TAEHYUNG! ¡DÉJAME LLEGAR SIQUIERA! ¿Recuerdas esos programas de concursos viejos donde arrojaban una pelota a una diana para hacer caer a alguien dentro de un cubo de agua y ganaban unos cuantos dólares? Esas personas corrían la peor suerte del mundo, caían con sólo segundos de participar y no ganaban nada. Así me sentí en ese momento.

-Ah... No. Jamás lo fue- mentí.

-Creí que si lo era, ¿sabes?... Jamás creí que tocaría este tema. En Japón no quise preguntar porque temía que te molestara y me dejaras de hablar, pero ya que estás en mi casa...- me dedicó un guiño y después me dio una taza de té caliente. Era reconfortante la tibieza del líquido en mis manos heladas, la solución correcta a mis nervios alterados -... No hay escapatoria, tienes que hablar.

-No es nada, de verdad. Es alguien que conocí cuando niña...- Tratando de parecer calmada y muy cool, empecé con mi historia -¿Te ha dicho que vivió en París y fue mi vecino?- abrió los ojos como platos ante esa confesión. No, no lo sabía -bueno, vivió allá, también fuimos amigos de la infancia, y compañeros de la escuela hasta que dejó el país y le perdí la pista, una simple historia de vecinos y compañeros de escuela, lo común. 

Tomé un sorbo del té y mire al chico, quien trataba conectar algo en su cabeza, o al menos así parecía, con su mirada perdida en el techo y haciendo muecas.

-¡Okay!- Dijo casi un minuto después, agarrándome con la guardia baja bebiendo cómodamente de la taza de té -digamos que te creo. Pero, si es una razón o no, tendrás que verlo, porque viene a visitarme... hoy.

De nuevo el balde de agua helada, uno más y quedaría fuera del juego, sin mi premio y sin dignidad.

-Oh... ¿Viene seguido a visitarte?

Blossoms in the Dark || Min Yoongi ||Where stories live. Discover now