CHAPTER SEVENTEEN | HELP

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Capítulo diecisiete: Ayuda

Bea se recostó en el sillón del auto de Flash Thompson en lo que pensaba una forma de poder ayudar al castaño aún así el estuviera a varios metros arriba ella. Pensó un buen rato hasta que se le ocurrió la idea de llamar a Ned mediante videollamada. 

─Ned─dijo la castaña una vez que su amigo le respondió.─¿Dónde estás?─preguntó ella. 

─Bueno, es una larga historia pero la profesora de Matemáticas está llamando a mi madre.─Bea abrió los ojos extrañada.─Le dije que estaba viendo porno.─dijo él aclarando a la castaña. 

─¿Andas con una laptop a mano?─le pregunta ella en lo que, con dificultad, se pasa al asiento del conductor. 

─Emm, no Bea, ¿por?─Bea suspiró y golpeó su cabeza contra el espaldar. 

─Necesito contactar a Pet... FLASH TIENE UNA LAPTOP EN SU CARRO.─gritó ella contra el celular haciendo que su amigo se sobresaltara.─Ahora, ¿dónde estará?─se preguntó ella. Ned estaba a punto de colgar y, como si la castaña supiera de ello, le reclamó.─NO CUELGUES NED. 

Bea, con dolor, se puso en busca de la laptop hasta que dio con ella. Era una MAC PRO que Flash siempre dejaba en el carro en caso de que se le olvidara la de él en la casa. A ese niño le sobraba el dinero se dijo Bea mentalmente. 

─Okay Ned, necesito que me des el número de Peter ahora mismo.─decía Bea en lo que abría una página muy conocida para ella. 

Ned dudó pero al final terminó por dárselo. Bea introdujo el número y sonrió al ver que, por lo visto, el Señor Toomes aún seguía con el celular de Peter. 

─Ned, necesito que, cuando te diga, llames a la policía y los envíe a la locación que te mande. 

─Bea, ¿en que andas metida?─pregunta el filipense preocupado. 

─Será cliché o cursi pero, si Peter está en problemas, yo también lo estoy.─dijo ella en lo que encendía el carro.─Te mandaré una dirección y necesito que la rastrees y, cuando pare, me digas donde están y llamas a la policía de paso. 

─¿Peter? Espera, ¿acaso sabes que...

─¿Qué Peter es Spider-Man? Si Ned, ya lo sé. Lo supe desde ayer cuando me salvó en el restaurante.─después de unos segundos de silencio, habló.─Gracias por eso. Me salvaste. 

─Peter fue quien te rescató, Bea.

─Pero tu lo llamaste.─dijo ella contra el teléfono.─Eres un héroe, Ned. No lo dudes. 

─Vaya Bea, me sonrojas.─la castaña soltó una risa divertida.─Sabes, después de esto tendremos que ir a Caso Cerrado y demandar al Buitre villano de Peter.─dijo Ned de repente haciendo que la castaña soltara una risa escandalosa.─Nadie mejor que la Dr. Ana María Polo y lo sabes, Bea. 

─Mejor rastreemos a Peter, Ned.─dijo ella.─Okay Ned, pasaré por ti a la escuela. Espérame en la entrada. Al parecer esos dos quieren un poco de diversión por lo que veo.

Ned colgó y Bea encendió el auto en dirección a la escuela con un poco de dificultad debido a su pierna adolorida. 

Cuando llegó, encontró a su amigo con un par de cosas en la mano lo cual le sorprendió. Ned entró al auto explicando que aquello era una bomba con cloroformo para poder dormir al Buitre en caso de ser necesario. Bea, sorprendida, le dijo que la idea era, más que genial, increíble y alagó a su amigo por su inteligencia. 

En el camino Ned se encontraba rastreando el celular de Peter el cual, por lo que ambos podían ver, acabarían en un parque de diversiones. 

Al llegar a tal lugar lo que vieron fue caos. En primer lugar habían muchas cajas en el piso con artefactos muy extraños, reactores de Iron Man y tecnología avanzada. Luego de eso había fuego por el lugar y lo que pareciera ser un avión destruido. 

Ned y Bea salieron del auto en busca de su amigo. La castaña se llevó una mano a la boca al ver como el chico que le gustaba era aplastado por el Buitre una y otra vez. Bea reprimió un sollozo. 

─¡Peter!─gritó su nombre haciendo que la garganta le doliera debido a ello. El Buitre al escucharla, dejó al arácnido y sonrió al ver que ella estaba acá. 

─Beatrice, que torpe al venir hasta acá. No puedo dejar testigos se supone.─tomó a Bea del cuello asfixiándola y la alzó hasta tenerla a su altura.─Esto es lo que pasa por meterte en mi camino, Beatrice.─le dijo apretando su agarre.

─Disfrutaré llevarte con la Dr. Ana María Polo, Sr. Toomes.─dijo ella con el poco aire que le quedaba. El villano hizo un gesto de no entender pero era tarde. Ned había tirado al bomba de cloroformo haciendo que el villano empezara a adormecerse y con ello dejara a Bea caer el piso de forma escandalosa causando un estruendo. 

Cuando Bea cayó, el duro suelo la abrazó y con ello un dolor inmenso en el cuerpo entero. Sentía como el aire volvía a ella pero aquello era insignificante con el dolor que sentía en aquellos instante. 

Comenzó a ver borroso y no podía escuchar algo, solo un pitido horroroso. Sabía que Ned estaba a su lado pues veía su silueta pero más allá de él, era todo un solo color. De repente, Ned fue empujado con agilidad de donde ella y Bea fue alzada otra vez aunque ella no sabía que pasaba del todo. El dolor podía con ella y estaba a punto de dar de si. 

Peter, al ver que el Buitre tenía otra vez a Bea, fue a donde él y lo atacó por la espalda causando que este tambaleara y dejara, nuevamente, caer a Bea aunque el castaño fue más rápido y atrapó a la castaña en brazos. 

Bea abrió un poco los ojos y observó a Peter una ultima vez antes de cerrar los ojos. Veía borroso, pero sabía que era él por el color rojo que sobresalía del azul. Cuando Beatrice cerró los ojos, Peter posó una mano en su mejilla y la acarició. Ned se acercó a la pareja y tomó la mano de Bea. El pulso de ella estaba débil y debían de llevarla pronto al hospital. 

En lo que Ned llevaba a Bea al carro, Peter se encargaba de acabar con el villano y dejó una nota para que la policía atrapara al Buitre y, junto a su mejor amigo, se dirigieron a un hospital. 

Ned manejaba en lo que Peter iba en la parte trasera junto a Bea, la cual descansaba en su pecho y piernas. Ni siquiera se molestó en preguntarle a su amigo que desde cuando sabía manejar; estaba preocupado por Bea. 

La castaña se había sacrificado por él de cierta forma. Gracias a ambos (Ned y Bea), pudo, de cierta forma, acabar con el Sr. Toomes pero ahora le preocupaba la salud de Bea, de aquella castaña que la volvía loco. Dejó un beso en la frente de la castaña y rezaba porque todo estuviera bien con ella. 

THAT BOY ─ PETER PARKER | EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now