Capitulo 18: De nadie

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Camino por la casa en busca de alguien y escucho las voces, dudo unos segundos pero finalmente se acerco a la puerta de la sala, que estaba entreabierta y se quedo junto a ella, apoyada en la pared.


-¡No tiene derecho a ello! -Duncan golpeo la mesa furioso


-Si la tiene -Niara suspiro -Es el Rey


-¡No mi rey! .- el apretó la mandíbula -¡Esas tierras son tuyas! ¡Eran de tu padre y ahora son tuyas! ¡Y serán de nuestro hijo!


-No esta quitándoosla -Mail frunció el ceño


-Es solo el principio -Alexander se cruzo de brazos -Exige el doble de impuestos, mañana será el triple, cuatro veces más, intentara ir ganando terreno, hasta que logre que las tierras pertenezcan a algún aristócrata.


-¡Iremos a la guerra si es necesario!


-¿Crees que podríamos con su ejército? -Mail negó con la cabeza


-Por eso odio la aristocracia -Mail se levanto de su lugar, hablando furioso -Y todo lo que tiene que ver con ella.


-Eara no es como ellos -Niara lo miro molesta.


-Pero pertenece a ese mundo -el la miro a los ojos -Nos guste o no, forma parte de el.




Cerró los ojos con fuerza, sintiendo como sus palabras la atravesaban, el aire dejaba sus pulmones y su mundo se cerraba en torno a ella. Apoyándose en la pared, camino hasta llegar a la puerta de la casa y salió al exterior. Sintió la lluvia mojar su piel y alzo el rostro al cielo, dejando que sus lagrimas se mezclaran con las gotas de agua que caían del cielo.


Rodeo la casa, intentado alejarse del patio principal, donde alguien pudiera verla.


Se adentro entre los setos, buscando la privacidad que el jardín podía darle, buscando un lugar donde llorar tranquila.


Por primera vez, desde que había tomado la decisión de arriesgarse, de ir a por él, todo parecía no servir para nada.


Alexander no la aceptaría jamás, si no lo hacía ahora que pensaba que tenía relación con la aristocracia, ¿que pasaría cuando supiera quién era realmente? No bastaría, el amor que ella pudiera lograr que surgiera entre ambos, no bastaría. Porque él no quería que bastara.


-Mi señora -se sobresalto al escuchar la voz y se giro hacia el dueño de ella -Estáis llorando.


-¿Julius? -lo miro sorprendida -¿Que hacéis aquí?


-Vuestro tío siempre me ha pedido que os cuide -se acerco a ella, mirándola de una forma intensa -Y eso hago mi señora.


El CondeWhere stories live. Discover now