Capitulo 4: De caza

34.1K 4.3K 202
                                    


Estaba asomada a la ventana, observándole. Cuando el alzo la vista y la miro, se quedo mirándola unos minutos y después asintió, como saludándola y siguió con sus asuntos.


Eara suspiro. Se aburría, se aburría demasiado y el aun no parecía interesado en saber más de ella.


Se giro y camino hacia la puerta, la abrió y salió al pasillo, miro a ambos lados y se encogió de hombros. Ya que el conde se había molestado en situarla en un ala de la casa lo bastante lejos, ella se permitiría bien conocer aquel lugar. Camino por el pasillo, observando las estatuas, los cuadros y los estándares con el escudo de la casa Winxton. Llego a una puerta y apoyo la mano en la manecilla, dudo unos segundos, pero finalmente la abrió. Una inmensa sala se extendía ante ella, se adentro en ella y miro a su alrededor. Parecía una sala de té, los sillones y la mesa se encontraban cubiertos con sabanas, a otro lado de la sala, un gran bastidor de madera, para bordar. Un mueble con cristalería ocupaba el fondo de la habitación, y a su lado, juegos de té. Había jarrones vacíos por toda la sala, que un tiempo atrás, supuso ella, habrían estado llenos de flores.


-Señora -Miltred apareció en la puerta, mirándola con el ceño fruncido -¿Busca algo?


-Eh -se giro hacia ella, consciente de que la mujer seguía desconcertada al ver que no mostraba su rostro -Lo cierto es que no, estaba recorriendo el castillo. -volvió a mirar a su alrededor -¿Puede decirme porque esta sala así?


-Oh -ella miro a su alrededor -No tiene utilidad alguna, cuando la esposa del anterior conde murió, el ordenó cerrarla y como el Conde Alexander no se ha casado.... Pasa igual con la biblioteca grande y la sala de música.


-¿Sala de música? -sonrió oculta -¿Podría mostrármela?


-Eh -asintió y se aparto de la puerta-Claro


Caminaron por el pasillo en silencio, al llegar a una preciosa puerta de madera blanca, Miltred la abrió y entro haciéndose a un lado. Estaba demasiado oscuro para poder ver bien, Eara espero a que su vista se adaptara a la oscuridad y camino hacia el ventanal, apartando las cortinas para que entrara la luz. Se giro y miro a su alrededor.


-Podría decirme -giro su rostro hacia Miltred -¿Donde se encuentra el Conde?


-Eh -ella frunció el ceño -Esta con los hombres en las caballerizas señora.


-Gracias -y salió de la sala pasando por delante de ella.





-Es un buen ejemplar -Alexander palmeo el lomo del caballo


-Si, señor -asintió sonriendo, entonces su mirada se poso en la puerta de las caballerizas y la curiosidad se reflejo en su rostro.


-Lamento interrumpirles, señores -La voz de Eara sonó baja, como de costumbre.


El CondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora