3 "Decidido...me cae mal"

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Capítulo 3

-Hola chicos...Enana- me miro a los ojos, se sentó junto a nosotros y lo miré con las cejas fruncidas indicando que lo que me había dicho, no me gustó para nada.

-Hola amigos-Dijo la porrista con una voz que rompía vidrios de lo chillona que era. Se sentó y se bajo el escote para que se le vea más el pecho de lo que se veía...zorra.

Todos les respondieron con un "hola" sin ganas como si fuera que odiasen a la porrista.

-¿Cómo te llamas?- me preguntó la rubia.

-Keyla Thompson.

-Mucho gusto, soy Liv Smith- Me sonrió.

-¿De donde vienes?-Le dije que era de Washington.

-Que linda chaqueta,¿Dónde la compraste?

-Me la hizo mi mamá-alzó las cejas y me di cuenta que es de esas chicas que tenes que tener si o si ropa de marca.

-Ya está decidido...me cae mal- susurré en el oído de Lea y ella rió.

-Ya somos dos-Me dijo rodando los ojos y ambas nos reímos.

Noté que la mirada de Max se posó sobre mi.

-¿Tenes algún problema?- Le pregunté modulando con mis labios, pero él solo negó con su cabeza y sonrió. Me seguía mirando hasta que una voz chillona interrumpió:

-Max, amor, ¿Ésta noche nos juntamos?, estoy aburrida- le dijo mirando con una sonrisa maliciosa y al instante entendí sus asuntos.

-Si. Voy a tu casa-dijo rodando sus ojos y ella sonrió felizmente.

Seguí hablando con los demás y así pasó el tiempo del almuerzo. Tenía que ir a Geografía, pero la profesora había faltado, así que salimos Olivia, James, Max y yo, porque Lea y Liv se tenían que quedar en su clase de Matemáticas.

Salimos por la puerta y Olivia se fue en el auto de James despidiéndose de nosotros, Max y yo. Les dije adiós y me fui para mi casa y el auto arrancó. Escuché unos pasos que me seguían, miré hacia atrás y era Max.

-¿Qué mierda quieres ahora?-le pregunté con mala cara.

-Veo que te caigo mal-Me dijo sonriendo ¿A caso no le dolían sus mejillas de tanto sonreír?

-¿Recién te enteras?- y él se rió, pero yo no le veía la gracia-Yo creo que a nadie le cae bien una persona que te encierra en el gimnasio.

-No te iba a dejar para siempre.

Seguí caminando y el siguió mi paso.

-¿Por qué me sigues?

-No te sigo, mi casa queda para la misma dirección que la tuya, y mi auto se descompuso ayer.

-¿O sea que me tengo que aguantar todas las idioteces que hagas durante el camino?- y él asintió

-Thompson, ¿Te puedo preguntar una cosa?-asentí- ¿Por qué nunca te ríes conmigo?-Lo miré extrañado-Digo, siempre me miras con una mala cara.

-Por las idioteces que haces, como por ejemplo, golpear al pobre chico.

-Pero eso...

-Eso, no tiene excusa-lo interrumpí.

-Si te hago reír, significa que te caigo bien.

-Imposible-dije y empezó a pensar para ver qué cosa me iba a decir para que me causara gracia.

-¡Ya lo tengo! Te voy a contar un chiste. Pablito estaba escribiendo en una hoja cuadriculada en clase de Matemática, y le agarraron ganas de ir al baño, le pidió permiso a la profesora y fue. Cuando fue al baño se dio cuenta que no había papel para limpiarse y tenía que hacer el número 2. Volvió al a su clase y le dijo a su profesora: Profe no tengo hojas cuadriculadas, tengo hojas "cuadricagadas".

Me miró esperando que me ría y la verdad que no pude contener y se me escapó una sonrisa.

-¡Sonreíste! Eso cuenta, te gane.

-¡Es muy malo!-dije entre risas

-Bueno creo que tendrás que seguir tu camino. Esa es mi casa- Estábamos parados en frente de mi casa- Espero que disfrutes tu noche- Le dije, pero al parecer no entendió-Con Liv.

-Ahh... sí. Ella me cae mal, es una zorra-Lo miré extrañado.

-¿Y por qué sales con ella?- le pregunté confundida.

-Por sexo, pero en realidad no somos nada, ella dice que somos novios, pero no somos nada- Abrí la boca para responderle pero alguien me empujó de atrás, me volteé para maldecirlo hasta que vi que era un ciego que se guiaba con su bastón.

-Lo siento, de verdad, les pido disculpas- estaba preocupado, pobre, me daba pena.

-No hay problema- le respondí tranquila.

Cuando giré mi cabeza para despedirme de Max, nuestras miradas se cruzaron y vi que su rostro estaba a centímetros que el mío. Fue la primera vez que observo bien sus ojos QUE HERMOSOS OJOS, TIENEN UN COLOR MIEL QUE...Me sonrió. AY Y ESA SONRISA DIOS... ¿¡Pero que estoy pensando!? Estoy hablando de Max.

-Emm... bue...bueno...adiós-interrumpí el silencio.

-Adiós Thompson- me saludó y me guiñó el ojo.

Me quedé observándolo y entró a la casa de la de al lado mío. ¿Vivía ahí? ¿Éramos vecinos? Antes de que él entrara, me miró, me sonrió, le sonreí y me metí rápidamente en mi casa.

-Hola Ian-Saludé a mi hermano y me senté en el sillón junto a él que estaba viendo la televisión. No me respondió y le volvía repetir-Hola Ian-Se lo dije más fuerte para que me escuche. Y al fin respondió:

-¿Quién era el chico que estaba afuera Keyla?-Me preguntó con la mirada fija en la televisión.

-¿Hablas enserio?

-Muy enserio-Seguía con la mirada en la TV.

-Nadie que te importe-Salí del living y me fui a la cocina. Odio cuando mi hermano se ponía en modo protector, me aleja de los chicos.

Me preparé un café con leche y subí las escaleras para ir a mi habitación. Miré por la ventana de mi cuarto y vi la casa de Max. Me quede pensando con la mirada fija en su casa hasta que en una habitación se prendió una luz y Max entró a su cuarto. Y me tiré al suelo, para que no me viera. Esperé que pase unos segundos, y me levanté, cerré las cortinas y me acosté en mi cama. Estuve unos pocos minutos así hasta que el sueño me venció.

En multimedia: Lea Anderson

Gracias por seguir leyendo!! Aunque seamos MUY POCOS les agradezco un montón que me ayuden. Esta obra la comencé a escribir hace 3 días, así que tenganme paciencia que tengo las esperezas que vamos a ser muchos más. Gracias!!Las amo

Maldito RomeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora