YoonMin [The end]

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-¿Mejores amigos por toda la vida?
-Sí Hoseok-sshi
-Te quiero mucho~.
-Yo también~
-Nunca me dejaras ¿verdad, Jimin?
-Nunca, ahora adiós.
-¿Te irás muy pronto?
-Si Hobi, son más de la media noche y me siento cansado. ¡Disfruta la fiesta con Yoongi y los chicos!
-Oh... ¡Claro!

Y me fuí...


























De modo que aquí estoy.

Esta mañana.

Soy feliz, y a veces resulta verdaderamente difícil reconocerlo.

Voy en la moto con las flores entre las piernas, protegiéndolas para que su aroma no se pierda en el viento. Escucho música desde mi ipod. Loser, de Bigbang. Es genial. Conduzco lentamente entre el trafico fluido de esta fresca mañana de octubre. Es 9. Un día que me resulta simpático, ya que mañana es mi cumpleaños numero 23, y además, quizá porque, de alguna forma, señala la madurez. Y hoy me siento dulcemente inmaduro. Me he comprado un suéter nuevo, muy bello y fino. Siempre he pensado que hay que ponerse cosas nuevas cuando se trata de un día especial.

Llego a casa de Yoongi, aparco la moto, pongo el candado, porque no sé cuanto durará este día, quizás el y yo... ah. Y como un tonto me hecho a reír, me ruborizo por haber pensado en eso. A continuación me siento en un banco que hay allí cerca; apoyo sobre él las flores, la bolsa con el capuchino en el envase y unas galletas de fresa. Permanezco un rato así, literalmente adormecido, feliz y ensimismado, dejándome acariciar por el sol. Y nada. No logro quedarme quieto, siento un gran desasosiego. Sonrió una vez más, es normal sentirse nervioso, emocionado.

En fin, abro mi mochila y saco mi móvil, lo llamo y nada. Está apagado. Sonrío. Es cierto, se habrá acostando tarde luego de la fiesta de ayer; miro el reloj, son las 10:22 am. Me dijo que no lo llamase antes de las once. En estas cosas es bien preciso, en otras, no, pero en lo tocante a dormir, no atiende a razones. Entro a galería y me quedo mirando como tonto las fotos de Yoongi, y mientras lo hago me parece oír a lo lejos que su puerta se abre. Lo reconozco porque chirría un poco. Apago el móvil y miro en esa dirección. El lugar está vacio, no circulan carros, y la única persona que veo es un vendedor que se encuentra en cierta distancia ordenando los periódicos. Eso es todo. Me acomodo en en banco, me yergo y miro más lejos, me ha dado la impresión de oír un golpe en la puerta. Me tapa un coche que está delante de mí. Puede que me haya equivocado, pero mientras lo pienso, lo veo, es Yoongi.

Aparece delante del portón y habré las rejas que se encuentran ahí como si se dispusiera a salir, en cambio se detiene, gira lentamente la cabeza y sonríe. Está tranquilo, sereno y feliz. ¿Sera un familiar? ¿NamJoon? ¿De quién más podría tratarse? Y en un instante mi corazón comienza a latir a toda velocidad, cada vez más fuerte. Respiro entrecortademente. Tengo miedo, debo marcharme, quiero marcharme... No, lo que tengo que hacer es quedarme. Y ahora todo me parece un sueño. Yoongi está ahí, completamente despierto con una sonrisa en los labios, ¿a quién va dirigida? Pese que apenas pasan unos segundos, la espera se me hace interminable, es más, una eternidad.

Luego, aparece él. Con el cabello húmedo. Hoseok. Se detiene al lado de él, junto a la puerta, le sonríe, y se aproxima a él, poco a poco, cada vez más. A mí me gustaría gritarle que se detuvieran, decirle algo. Pero permanezco mudo, incapaz de articular una palabra. Sólo logro mirar.

Y al final, veo que se besan.

Y yo me siento morir. Siento que me desmayo, que desaparezco. Que me disuelvo en el viento. Mudo, con la boca abierta y el corazón despedazado. Es como si el cielo se hubiese teñido de negro o el sol hubiera desaparecido. Oscuridad. Oscuridad absoluta.

one shots ♫ bts; ship'sWhere stories live. Discover now