6 - Chanyeol Vs. Italianos...

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Tan solo con mi short y mi blusa de tirantes azul, salí descalza de la habitación. Crucé el largo pasillo, yendo directamente hacia la puerta, la cual estaba cerrada solo superficialmente, sin cerrojo. La abrí de golpe, y me encontré con Chanyeol arreglando quien sabe cosa de su moto, con una máquina molesta que hacia un ruido incesante

- ¡¿Tendrías el mínimo respeto por los que aún dormimos?! - pregunté casi gritando, para luego llamar su atención y que me mirara

- Lamento haberte despertado. - dijo apenado, cosa que bajó mis humos de enojo en un instante, pero luego volvieron con más fuerza cuando él, ignorando lo que había dicho, siguió con su máquina sobre la moto.

- ¡Hey! ¡¿Acaso no escuchaste?! - el bufó irritado, volviendo a apagar esa cosa. Yo tan solo lo miraba con cara de pocos amigos.

- Ya estás despierta, ahora puedo hacer lo que yo quiera sin necesidad, ya no hay nadie dormido.

- Mis abuelos lo están.

- Te crecerá la nariz como a pinocho. Tu abuela fue al mercado, y tu abuelo fue a la florería. - yo bufé ofendida, y seguí a la defensiva colocando mis brazos bajo mi pecho.

El viejo negocio de la familia, era una florería en la zona costera del pueblo. Allí, después de que mis abuelos decidieran dejarle ese negocio a alguno de sus hijos, ellos iban solamente de vez en cuando, para ver cómo iban las cosas. Aun así, mi abuelo seguía teniendo su pensión del gobierno, y mis tíos les pagaban una que otra cosa a mis abuelos.

- No hagas ruido.

- No prometo nada preciosa. - dijo él riendo en tono de burla. Yo lo miré ofendida, y sin más caminé de vuelta a la casa. Apenas cerré la puerta detrás de mí, aquel sonido apareció otra vez.

...

El resto de ese día, Chanyeol desapareció, lo cual para mí fue más que positivo para poder tener la casa sola y gritar a los 4 vientos sobre mi bloqueo emocional al escribir. "Si no logro escribir algo romántico en Italia, no podré escribir algo romántico en ningún lugar". Pensé para mi desgracia.

Mi abuela se apareció en la casa junto a mi tía Dinn, y mis primas Isabella y Paulette, a eso de las dos de la tarde. Venía cargando costales con vegetales y condimentos, así como un pescado que había comprado. Ese día realmente comeríamos delicioso.

- ¡Hola! - dijo torpemente Paulette. Yo reí y la saludé.

- Hola Pauly. - dije sentándome en la silla del comedor. Mi abuela y mi tía entraron en la cocina, mientras que nosotras tres nos quedamos afuera. Isabella sonrió.

- Y... ¿Dónde está el chico que chocó el otro día? ¿Chanyeol? - me sorprendí el que la pequeña Isabella preguntara por él. Intercambió una mirada con Paulette, y rieron chuscamente.

- Ehm... Creo que salió, no sé dónde esté.

- ¿Lo has visto en ropa interior? - mis ojos se salieron de las orbitas, mientras que ellas solo se miraban y reían.

- Vamos _______, no me diga que no te causa tentación... - me retó Paulette. Yo no sabía del porqué mis primas estaban tan emocionadas con ese chico, habiendo tantos chicos guapos alrededor suyo... ¡Vamos! ¡Es Italia! ¡El hogar de los italianos!

- La verdad, no. No nos llevamos... Bien que digamos.

- Es una lástima. - Isabella alzó la ceja. - Quizás pueda hacer que se lleve 'bien' conmigo. - sonrió pícaramente para después ponerse roja. "¡¿Qué le pasa?! ¡Tiene 16 años!" - ¿Sabes qué edad tiene?

- ¿Veintiuno? - Isa chasqueó la lengua, mientras que Pauly reía victoriosa.

- Todo mío escarabajo... - dijo la rubia con ojo verde a la morocha con ojo azul. - Lo siento, no creo que le gusten las quinceañeras.

- Tengo dieciséis tarada, no quince.

- Sea como sea, ya es muy hombre para ti. - Pauly entrelazó sus dedos entre sí con su codo en la mesa, y sobre aquel puente de dedos colocó su mentón. - Mañana llega la feria... Le invitaré un helado.

- Le invitarás un faje. - dijo Isabella. Yo seguía en shock: "¡¿En serio?! ¡¿Prefieren a Chanyeol que a un Italiano?! ¡Son italianos!"

- Eso a ti no te incumbe - declaró la veinteañera roja de las mejillas. Yo solo bufé, mientras que esperaba a que ese día acabara pronto.

...

La comida pasó rápido. Chanyeol no llegó hasta la noche, cosa que a Pauly definitivamente le había decepcionado. Sí, era atractivo, mucho, pero era un completo Idiota. El primer indicio de eso, era que conducía una moto con chaqueta de cuero, sin nada de responsabilidad al querer conocer toda Italia en ella. No era... ¿absurdo?

Pauly, Isabella y mi tía Dinn se fueron de la casa, dejándonos solas a mi tita Nina y a mí, mientras que yo le ayudaba lavando los platos, aunque claro, como siempre no quería que yo hiciera nada.

- Nina... - comencé a hablar mientras que yo tallaba unos vasos con la esponja sobre el fregadero. - ¿Y Chanyeol? – pregunté un tanto curiosa. – Que raro que no se haya quedado a comer.

- Oh, ______... - suspiró mientras sacudía sus manos sobre su mantel de flores – No se siente totalmente en confianza como para quedarse a dormir y aparte a comer. – suspiró, como si le causara tristeza. - ¿Crees que lo presiono mucho?

Miré sobre mi hombro, y vi su cara de consternación. En verdad que a mi abuela le importaba, y no era nada especial, ya que ella siempre había sido así, queriendo ayudar a todos, tratando de hacer lo mejor, y ayudar a alguien que lo necesite dándole amor y cariño. Si, la mejor abuela, madre, amiga y confidente del mundo.

- No tita, no. – sonreí. – Creo que es normal que se sienta así – ella hizo una mueca mirando hacia el suelo. – No te pongas así, que Chanyeol tan solo está tratando de no aprovecharse de tus bondades. – No podía creer que estaba defendiendo al chico que interrumpió mi sueño donde Donghae tomaba mi mano. ¡Vamos! ¡Es Lee Donghae! Debía realmente de amar a mi abuela si lo "defendía" después de eso.

- Bueno... - suspiró vencida – solo espero que al final entienda que para mí es un fascino tenerlo aquí. - ¿Fascino? ¿Qué hay de encantador en tener a un desconocido en tu techo? – Ahora, tú dime. – me miró, y yo la miré confundida. - ¿Tú te sientes... incomoda? – y supe de qué tipo de "incomodidad" hablaba. Negué con la cabeza, entre sonrisas. – Solo que, bueno, no me gusta ser despertada por una incesante maquina en el jardín. – Mi abuela echó una carcajada, mientras iba hacia el comedor para recoger el mantel.

una escritora sin amor || chanyeol y túOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz