❛04❜

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Cada vez que pasábamos todos los días por la misma esquina donde estaba el contenedor de basura público, tenía que pelear conmigo mismo y resistirme de no acercarme y botar el bolso de la universidad ahí mismo. Con todo y cuadernos, libros, todo. Y meter la excusa de que me atracaron, qué bello sería.

Siguiendo la misma ladillosa rutina de siempre, me despedí de mis convives y entré a mi casa con un hambre del coño de su madre, como todas las tardes. Pero desgraciadamente no había un coño de comer, y tampoco me iba a tomar la molestia de hacerme algo porque si le volvía a escoñetar algo a mi mamá, me agarraba a coñazos con el cepillo de barrer. La cicatriz que me dejó en la frente aquella vez se me quitó a las semanas, así de duro fue.

— ¡Llegó el lacrita mayor de esta vaina!—pegué el grito de guerra que daba a todos los lados a los que llegaba.

Después seguí con lo mismo. Unas peleas con mi mamá, unas arrecheras con mi papá, unos minutos dándole amor y consintiendo a mi preciosidad, Holly, el único ser que nunca me hace arrechar, que me ama y el único ser con el que quito mi cara de culo porque se lo merece.

Seguía viendo mi teléfono sonando puesto ahí en la mesa, ahí estaba yo sentado y sin la más mínima gana de contestar. Me estaba jartando una coca-cola directo de la botella de litro, porque quedaban eran dos dedos y me la iba a terminar.

—Se te va a caer el teléfono de tanto que está vibrando—se quejó el cuñado mío, si era de ser salío este se llevaba el premio mayor.

— ¿Cómo?—me hice el loco.

—Que se va a caer de la mesa de tanto que está vibrando.

— ¿Qué dijiste?

—Verga, que está vibrando demasiado...—insistió, todavía viéndome desde la cocina y señalando el celular arriba de la mesa, que no dejaba de vibrar por la llamada entrante.

—No te oigo.

— ¡Qué el mardito teléfono está vibrando mucho!

— ¿Que a ti te está vibrando mucho? A bueno, otra voz...

Vi satisfecho como me sacaba el dedo desde la ventana de la cocina y me reí en su cara, cómo me encantaba ladillar a los pendejos que me rodean.

—Dale uso...

Lo último que hizo antes de cerrar la ventana fue susurrarme algo, le leí los labios y descifré que me lanzó un 'mamaguevo'.

Terminé mi bebida y el teléfono estaba recibiendo como la vigésima llamada, hasta que finalmente contesté para que dejaran de ladillar a una persona que solamente trata de descansar de su pesada rutina siendo uno más en este país y víctima de la situación actual. Ya no hay consideración ni respeto por la gente, verga.

—Coño de la madre, Hoseok, qué ladilla eres.

—A bueno, vale, tú no puedes recibir bien ni una sola llamada de tu mejor amigo, coño... tu compañero, tu otra mitad, tu luz, tu todo, chico. ¿Dónde tenías ese teléfono, nojoda?

—Lo tenía metido por el...

—Ya, ya, ya, ya, cállate. Hay niños presentes y estás en altavoz, cuida tus palabras—interrumpió, anticipando lo que iba a decir porque es una de mis frases célebres.

— ¿Para qué llamas, mariquito?

—Tú todo el tiempo con tus malas ganas y tu humor tan de lo último... bueno, después de lo que te avisemos vamos a ver si te activas más.

Rápidamente reaccioné, si estaba hablando en plural era porque a lo mejor estaba con el combo reunido, lo que podía significar una posible rumba, una escapadita, un cuadre de culitos grupal, una invitación a beber... las posibilidades eran infinitas con esos.

—Ya va, te paso a Namjoon—habló.

Escuché varios sonidos por el auricular, supe que se estaban pasando el teléfono entre toditos, o se lo estaban forcejeando porque también se escucharon gritos y unos insultos.

—Habla, causa—saludó el negro fiestero.

—Que lo qué, vale ¿qué hay por ahí?

—Bueno mano, ya que nos dijiste que hoy no ibas a trabajar, te cuento el betulio...

Empezó a hablar y a explicar un poco de vainas a las que no presté atención, no solo porque no quisiera, sino porque en tanto me hablaba a mí también se dedicaba a gritarles vainas a los que estaban con él, controlando gente y mencionando a la mamá de fulano. Todo hasta que escuché la frase que me activó de una.

—Sabes que te he conseguido el culito...—terminó, poniendo énfasis en la palabra «el» para remarcar que se trataba de algo bueno, de algo bello, de algo bien hecho.

Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.Onde histórias criam vida. Descubra agora