Capitulo 15

770 100 62
                                    

Hola mis pequeñas saltamontes jejeje he aquí el siguiente capítulo, es algo corto por qué el otro será larguisimooooo ya que pues...será el capítulo lemon del que les hable jajajajja espérenlo y bueno espero sea de su agrado.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Aioria por qué hiciste eso, por qué me hiciste eso, ahora mi cabeza era un caos lleno de indecisión y duda, lleno de amor y desamor, de esperanza y de desilución.

—¡Maldición! -grite algo frustrada mientras escondía mi rostro en mi almohada, me odiaba en este momento por sentir lo que sentía, por recordar sus labios en los míos y sentir como mi corazón se aceleraba al pensarlo. Yo ya lo había superado, ya había pasado por esto,¿por qué ahora era diferente? ¿Por qué el me tenía dominada de esa forma? No lo sabía pero lo que si era seguro era que no iba a caer en su juego, no me dejaría llevar como una chiquilla enamorada, por qué no lo estaba, no estaba enamorada de Aioria de leo, o ¿si? Y lo más importante, el no estaba enamorado de mi...o ¿si?.

Seguí divagando por unos minutos más hasta que un golpe en mi puerta hizo que me sobresaltara, suspire y me dirigí a abrir, allí estaba Milo, para ser honesta no era la persona a quién quería ver ahora.

—¿Hola? -dice el pasando su mano por mi rostro a lo cual sacudí mi cabeza volviendo a la realidad así fuera solo por un momento.

—hola Milo -dije sonriendo levemente.

—¿Ya estás lista? -pregunta sonriendo.

—¿Lista? Para que? -pregunte confundida a lo que Milo frunce el ceño, hoy era mi día libre y no había dormido nada para ser honesta.

—ibamos a ir a entrenar solos tu y yo -dice sonriendo de lado de una forma encantadora.

Honestamente lo había olvidado por completo y para ser sincera ahora no tenía ánimos de nada.

—Milo...creo que debemos dejarlo para otro día -dije suspirando, el frunció el ceño y me tomo la mano.

—ven aquí -dijo mientras me jalaba hasta llevarme al sillón sentándose a mi lado dedicándome una mirada que me escrutinaba detalladamente.

—se que algo te pasa, dime qué es -dice el con sinceridad en su voz, sus ojos azules tan honestos y tan dispuestos como siempre hacían que mi corazón se estremeciera, no podía mentirle, no cuando él había sido tan especial conmigo, el no se merecía eso.

—ahm... -tome un gran respiro, era lo correcto, el me miraba espectante, como siempre con una sonrisa alentadora en su rostro, le sonreí levemente para empezar a hablar.

—Aioria estuvo aquí -dije directamente a lo que el frunció el ceño de inmediato

—y ¿que quería? -pregunto ahora con una mirada seria, su mano aún sostenía la mía.

—el..-dude un poco —el...vino a preguntar por lo nuestro- dije bajando mi mirada y creo que el con ese simple gesto supo lo que vendría despues, soltó mi mano y suspiro.

—y que le dijiste -pregunto suavemente.

—yo...yo le dije que todo iba bien pero... -suspira mientras levanté mi mirada para verle a los ojos, el no dijo nada y solo me observaba con sus labios en una fina línea y sus ojos zafiro puestos en mi.

—el...me beso -dije en voz baja, casi en un susurro, sus ojos se abrieron en sorpresa y su ceño se frunció en lo que solo puedo describir como disgusto.

—y...tu ¿qué sentiste? -pregunto algo temeroso de lo que yo pudiera responder, lo observé por unos segundos, ¿que había sentido? Ni yo sabía exactamente qué había sentido, pero lo que sabía con certeza era que ahora necesitaba tiempo, a solas, para descifrar lo que debía hacer ahora, así que tome fuerzas para lo que iba a decir, esperando lo mejor.

—no lo sé Milo, no se lo que sentí, pero ahora me siento muy confundida y...-suspire- no quiero que te vayas de mi lado pero creo que ahora no puedo ofrecerte nada más que mi amistad, no me siento capaz de avanzar con esta confusión, tú no te mereces a alguien confundido, si no a alguien que tenga la certeza de que quiere estar contigo -dije con toda sinceridad, me odiaba por hacerle esto y me odiaba por sentir está confusion, por no permitirme ser feliz con el, y más que todo odiaba a Aioria por  hacerme sentir de esta forma. El me miró por unos segundos y una pequeña sonrisa apareció en su rostro,lo mire confundida, frunciendo el ceño, pero luego senti como el me atrapa a en sus brazos, me sorprendí pero sonreí y me apegue a el, era reconfortante y cálido estar en sus brazos.

—Entiendo pequeña -dijo suavemente mientras acariciaba mi espalda —solo quiero lo mejor para ti, sea lo que sea y no me alejaré, ¿como podría? Siempre estaré aquí para ti como tu amigo revoltoso y apuesto -dice riendo un poco a lo que yo también solté una risilla aunque las lágrimas que salían de mis ojos recorrían mis mejillas lentamente.

—no llores, ya verás que todo estará bien ¿si? -decia el dulcemente a lo que me separé un poco para verle a los ojos, cómo podía ser tan afortunada y a la vez tan desdichada, ¿por qué no podía lanzarme a sus brazos y ser feliz con el? El destino nunca me juega una buena pasada pensé.

—Te quiero Milo -dije sonriendo con algo de melancolía a lo que el me devolvió el gesto.

—y yo a ti preciosa -dice acariciando mi mejilla —ahora debes descansar ¿si? Ven acá -dice mientras toma mi mano de nuevo y me recuesta en su regazo acariciando mis cabellos tan suavemente que causó que cerrara mis ojos de inmediato, sentí como mi respiración se relajaba y como el sueño invadía mis sentidos.

Tercera persona POV

Milo se quedó con ella hasta que estaba profundamente dormida, con cuidado se levantó y la cubrió con una manta, le beso la frente y salió de su cabaña, había alguien con quien quería hablar.

No había podido dormir en toda la noche, el recuerdo de sus labios lo perseguía en todo momento, la deseaba, ahora más que nunca la quería para el y para nadie más, no iba a dejar que nadie se la arrebatará, se sentía confundido, el la adoraba, era como una hermana para el, ¿por qué la deseaba de esta forma? ¿De verdad era solo un capricho como ella lo había dicho? No no lo era, el no sería capaz de hacerle daño, ¿que debía hacer ahora? Darle su espacio y esperar que todo se calmara? Eso era lo más sensato, pero no era lo que su corazón le decía que hiciera. El joven rubio suspiro mientras caminaba por su templo frotando su oriente con sus dedos con algo de frustración.

—¡Aioria! -escucho un llamado algo enojado para luego ver al caballero de escorpio entrar abruptamente en su templo, su mirada fría clavada en el, Milo lo tomo por el cuello de su camisa poniéndolo contra la pared.

—Eres un bastardo Aioria -dice entre dientes el caballero de la octava casa, a lo que el ojiverde toma los brazos que lo sujetaban y los aleja de el con fuerza safandose de su agarré.

—¡que te pasa Milo! -dice el rubio algo enojado por la repentina intrusión.

—No te hagas el idiota -dice Milo mirándolo fijamente —yo sé que tú no la amas... Y ella no merece a un bastardo como  tu... te voy a advertir una cosa...no te atrevas a hacerle daño...ya bastante has hecho, si me entero de que hiciste algo más te lo aseguro... -dice acercándose peligrosamente a el —no habrá lugar en el universo donde te puedas esconder -dice para luego empujarlo con fuerza y salir de allí de la misma forma como había entrado, hecho una furia.

Aioria parpadeo por unos segundos sorprendido ante los eventos sucedidos, frunció el ceño pensando en sus palabras, tenía razon, había causado mucho daño pero quería arreglarlo, quería compensarlo, ¿por qué era todo tan difícil?

—jamas le haría daño -dice para sí mismo, tratando que convencerse de aquellas palabras de las cuales aún no tenía certeza.

Decisiones (Saga X Lectora X Aioria) ((#SaintSoulAwards))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora