Capitulo 5

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Aunque no lo quería aceptar...

Muy adentro de mi sabía que estaba celosa, pero en mi mente trataba de ocultar ese sentimiento con otras posibles razones por las cuales me sentía de esa forma.

Simplemente no podía aceptar ver a mi mejor amigo de otra forma, me negaba a que las cosas cambiaran, todo era perfecto en nuestra relación de amistad y no quería que fuera diferente.

Sin embargo no podía evitar sonrojarme cada vez que me miraba con esos bellos ojos esmeralda o cada vez que había un pequeño contacto de su piel con la mia, no podía contener los pensamientos que llegaban a mi cabeza cada vez que lo tenía cerca, ni tampoco las aceleradas palpitaciones de mi corazón que provocaban en mi su mera presencia.

No sabía en qué momento me había pasado esto, en que momento me había enamorado de mi mejor amigo, pero definitivamente no me gustaba, además, era evidente que mis sentimientos no eran recíprocos...

Así que trate de hacer lo que cualquier persona con un poco de sentido común haría, negar mis sentimientos, tratar de reprimirlos para así lograr volver a ver al caballero de leo como solo un amigo.

Cada vez que lo veía con Marín, en mi mente repetía una y otra vez, es solo mi amigo, yo soy solo su amiga, estoy feliz por el, pero no daba mucho resultado, ya que aquellos celos que trataba de esconder en el fondo de mi corazón, se hacían evidentes en mi expresión.

Honestamente mi situación era horrible, estaba hecha un desastare, con todos esos sentimientos dentro de mi, y para completar, estaba en la mitad de aquella pareja, a un lado estaba mi mejor amigo del cual estaba enamorada y al otro lado mi buena amiga y compañera,¿que puede ser peor?

—y entonces, después de caminar y caminar y caminar, llegue y a que no adivinas que encontré –dije emocionada mientras contaba una anécdota que me había pasado recientemente a un distraído Aioria, parecía que el suelo era mucho más entretenido que lo que yo le decía.

—¿que cosa? –respondió el caballero de leo desinteresado mientras levantaba la mirada para ver hacia el horizonte, el sol se estaba ocultando y desde donde estábamos, la vista era simplemente espectacular.

Me quede sin palabras, los tonos anaranjados del atardecer se reflejaban en los brillantes ojos de Aioria, el viento hacia mover sus rubios cabellos y los rayos del sol hacían que este brillara como si estuviera hecho de oro.

Creo que esa imagen era una de las cosas más hermosas que había visto en mi vida...

—que cosa ______ -dijo Aioria sacándome de mi trance, dirigiendo su mirada hacia mi y como ya era de costumbre últimamente, un tono rosa cubrió mis mejillas.

—¿que cosa que? –dije obviamente distraída
—que cosa encontraste –dijo Aioria sin darle importancia dirigiendo su mirada nuevamente hacia el el horizonte.

—ah si, la cosa –dije mientras me aclaraba la garganta —pues me encontré de frente con ¡un oso! –dije enfatizando las palabras haciendo gestos con mis manos —¡era enorme Aioria! Me dio algo de miedo a decir verdad pero lo más increíble de todo fue que el oso me miró, y luego siguió su camino, ni si quiera se me acercó. –dije sonriendo levemente, mi mirada posada en el apuesto caballero que estaba sentado al lado mío, expectante a su respuesta —ah, genial ¿no? –dijo el en tono desinteresado, mi sonrisa se desvaneció inmeditamente, sabía que mi historia no era súper interesante pero el siempre ponía atención a todo lo que yo le decía, igual que yo a él, pero al parecer algo había cambiado...

—______ ¿te puedo pedir un favor? –dijo Aioria en un tono más animado dirigiendo su mirada hacia mi.

—si claro –dije sin dudarlo por un segundo, me era imposible decirle que no.

Decisiones (Saga X Lectora X Aioria) ((#SaintSoulAwards))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora