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e l e v e n

– ¡Calum! – grite al sentir sus manos apretar mis caderas contra su regazo.

– Déjate llevar, ¿acaso ya no lo hemos hecho antes? – este susurro y me estremecí.

No respondí y deje seguir la acción.

Me deje caer en la cama y le observe quitarse con desesperación sus jeans, ya de por si había lanzado su camisa al suelo y se acercó a mi, comenzó con unos húmedos besos subiendo por mi pecho hasta el cuello, tenía la sensación de rascarme el cuello debido a su respiración en mi, respiraba profundo y se sentía un poco caliente hasta que por fin sus labios hicieron contacto en mi cuello.

Dejando marcas rojas sobre mi cuello sus manos bajaron a mi entrepierna pellizcando de estas un poco.

– No me digas que te duele. – este soltó una risita y sonreí.

– Bien, no te lo diré. – le saque la lengua divertida y enrede mis dedos en su cabello, le acerque y bese sus labios con energía mientras enrollaba mis piernas en sus caderas.

Introduje mi lengua entre el beso y este la acaricio con la suya, es como si estuviesen jugando, claro que mientras el beso sus manos que estaban en mi entrepierna se empezaron a acercar un poco más a mis panties.

– ¿Ni siquiera hemos empezado y ya estás mojada? – este murmuró y solté una risita pero sin responder.

Sin aviso sentí su pulgar frotar en círculos mi clitoris lentamente, yo solo cerraba los ojos y me contenía.

– Haz silencio, tal vez los vecinos se molesten.– este susurro y asentí.

Ahora introdujo sus dos dedos en mi mientras seguía frotando en círculos mi clitoris, soltaba uno que otro gemido pero me mantenía en silencio.

Mis uñas enterradas en su espalda cada vez que me arqueaba, ya estaba cerca.

– Creo que ya, estoy que me vengo Calum. – solté un fuerte gemido. – Rápido.– hice un puchero y este negó.

– No, todavía no gatita.– este gruñó y mordí mi labio inferior resistiendo.

Este bajo sus bóxers y con sus dos manos se introdujo en mi, solté un largo gemido sintiéndolo entrando lentamente, cerré mis ojos y con mis manos apreté mis senos y pellizcándolos.

– ¿Por qué haces esto? Me tienes mal Valerie, muy mal.– este susurro y salió de mi de repente, de nuevo entro sin previo aviso pero entro aún más fuerte y rápido, mordí mi dedo meñique para así no gritar y este mordió su labio, sus manos se ubicaron en mis caderas mientras así rápidamente daba sus embestidas, cada embestida tenía su gemido.

– Calum ya, más rápido.– apreté su brazo mientras cerraba mis ojos con fuerza, automáticamente mis manos se ubicaron en mi clitoris, frotaba de el fuerte mientras recibía las embestidas de Calum.

Hasta que por fin sentí como me corría, Calum salió de mi rápidamente y observé como mis piernas temblaban, este se agacho y con su lengua froto de nuevo mi clitoris rápidamente.

Lleve mis manos a su cabeza para que no se detuviera, mis piernas temblaban aún más rápido y gemidos salían de mi, no los podía evitar.

Definitivamente hoy había sido la mejor escapada.