-¡¿Qué coño fue lo que dije nada más irme?! ¡¿No hablo claro aquí?! -gritó Negan mientras empezaba a marearme.

Sus ojos transmitían un enfado que no había vuelto a ver desde la muerte de Aaron y mi padre.
Se acercó a Carlos, le agarró del cuello y estaba segura de haber visto cómo le levantaba del suelo. Aflojó la mano y el cuerpo inerte cayó al suelo. Después de eso, machacó la cabeza de aquel hombre con el bate como si nada.
Carl había llegado a mi lado justo en el momento en el que estaba a punto de derrumbarme. Me rodeó con sus brazos mientras yo mantenía la mirada perdida. Se quitó la camisa y rompió una de las mangas, que luego utilizó para vendar mi brazo mientras sus manos se manchaban de rojo. Tomé el colgante que reposaba sobre mi pecho y lo apreté. No sabía por qué lo hacía realmente, pero sentí la fuerza de papá junto a mí.

-¿Negan? -Rick había llegado.

Vi a la latina detrás de él. No lo pensó dos veces y corrió hacia mí.

-¡____! -cogió mis cara entre sus manos. -¿Qué ha pasado?

-No lo sé, acabo de llegar. -respondió Grimes a mi lado.

-Rick, -anunció Negan como si nada hubiera pasado.- al fin.

El jefe miró el cadáver en el suelo y después miró cómo Rosita y su hijo me ayudaban a no desmayarme.

-¿Qué ha ocurrido?

-Un pequeño incidente, pero tranquilo, ya está solucionado. -respondió sonriendo apuntando el cuerpo con el bate.

La mirada del padre de Carl se cruzó con la mía. Estaba pálido, con ojeras y más delgado que de costumbre.

-Mis médicos la tratarán con amor. -anunció Negan.

-No puedes llevártela.

-Lo siento, Rick. Pero la pequeña y yo hemos hecho un pequeño trato, así que, sí puedo.

Rick volvió a mirarme con una cara que me decía a gritos <<¿Qué coño has hecho?>>.
Rosita me hablaba, me regañaba, pero no podía escucharla, en mi cabeza solo había un ligero pitido que iba intensificándose cada vez más.

-¡____!

Fue lo último que escuché.

***

Me desperté en una sala totalmente blanca. La única luz que había salía de una ventana a mi lado derecho. Me froté los ojos, acostumbrándome a la luz y noté que algo me tiraba del antebrazo. Tenía una vía inyectada, la cual me proporcionaba sangre.
Bostecé, estaba muy cansada y mi cuerpo dolorido. Recordé el corte de mi brazo y vi que estaba vendado y perfectamente limpio. Me fijé en mi vestimenta, llevaba una bata muy rara, como si estuviera en un hospital.
No se escuchaba ningún ruido y estaba sola en aquella habitación.

-____. -escuché en un susurro detrás de mi oreja.

Giré la cabeza hacia la ventana y mi padre estaba sentado en el alféizar de ésta. Miraba al exterior y parecía muy tranquilo, como si no se hubiera percatado de mi presencia.

-¿Papá?

Poco a poco mi padre fue girado su cabeza, receptivo a mi llamada. Me horroricé cuando vi su rostro. Era uno de ellos.

Everything's going to be okay. II | Carl Grimes. |Where stories live. Discover now