Miri se sentía atraída por el ruido que hacían las ruedillas, así que se mantenía pegada a la carriola, con la lengua por fuera mientras avanzaba con sus delgadas patas.

¡PIPI!-- gritó al llegar con sus hermanos al tiempo que apretaba el chillante claxon, imitando el sonido. Miri se acercó y se apoyó en sus patas traseras para asomarse a la carriola, ladrando al ver a Jungkook --¡Sentado!

Y volvió a obedecer, manteniendo la lengua fuera de su hocico. 

--¿Por qué yo tengo una?-- volvió a tirar de la correa --. No es justo.

--Eso dirían tus hermanos, así todos o ninguno.

--¿Y por qué Jungkook no tiene una?-- preguntó Yoongi, quien se había estado quejado de esa cosa desde que se la pusieron. Él ni siquiera se iba corriendo como sus hermanos.

--Porque tiene su carriola, y de ahí no saldrá.-- explicó Namjoon. Jin se cruzó de brazos y se preparó para ver esa discusión.

--¡No es justo appa!-- se quejó, y en ese momento Tae se puso en cuatro y le ladró a Miri, quien se acercó para jugar.

Se puso a "imitar" al can, riendo cuando este se acercaba y lamía sus mejillas.

--Nam, quítales eso.-- pidió Seokjin, con calma.

--¿Y qué se vayan corriendo y caigan al Río?-- preguntó, negando con su cabeza al final.

--No seas un exagerado-- ahora habló el hermano de Jin --, estamos los tres. Se las habían arreglado perfecto sin esas cosas, no creo que las necesiten.

Namjoon volvió a mirar a sus hijos. Jimin seguía mirando al río tomando la mano de Hoseok, como había hecho meses atrás cuando estaban en las cabañas. Yoongi miraba a Tae al igual que Jungkook, como ladraba y jugaba con el perro.

--Tae, te vas a ensuciar el pantalón.-- Jin le dijo, y enseguida se puso de pie, pero continuo jugando con el cachorro.

--Ves, son obedientes, ¿Verdad que tengo razón niños?-- cuestionó Unyong con una sonrisa.

--¡Sí!-- Yoongi fue el único en responder. 

--Ponérselo a Yoongi fue un poco exagerado también.-- Seokjin señaló, y se acercó a su pequeño para comenzar a quitárselo. 

Se hincó tras el niño, y le retiró el seguro para liberarle. Gritó feliz al ya no sentir a correa, y se apresuró a mantenerse apartado de sus hermanos, al lado de su tío --¡Yo también quiero que me lo quiten!-- pidió Jimin, dando unos saltitos en su lugar --. Ya no me voy a perder.

--Mejor sigamos caminando, ¿Quieren una frituras? Hay una tienda de conveniencia cerca.-- ofreció Unyong, y Seokjin rió dejando la correa en la parte inferior de la carriola.

--¡PIPI!-- Jungkook le pitó a sus padres y hermanos, para volver a avanzar. Seokjin comenzó a caminar empujando la carriola, con el niño golpeando una y otra vez el claxon de juguete, mientras "conducía".

Tae volvió a correr, dejando que la correa estuviera tensa y él inclinado hacia adelante. Jimin prefirió seguir de la mano de Hoseok, y este no se quejó en absoluto. Caminaron al menos cinco minutos más antes de que encontrasen esa tienda que mencionaba el hermano de Jin. Compraron varias cosas para sentarse un momento en el césped, bajo la sombra de un árbol. Namjoon finalmente cedió, les quitó las correas a todos y sacaron a Jungkook de la carriola para que pudiesen jugar. 

Aunque no terminaron de comer, la emoción de estar en ese espacio verde les hizo ponerse a jugar entre los cinco y el perrito, correteándose mientras los adultos les observaban. Yoongi al parecer ya estaba contento, no dejaba de reír y hasta cargaba en la espalda a sus hermanos, a pesar de que Seokjin le pedía que no lo hiciera porque podrían lastimarse. Ese día no dijo nada. 

Namjoon sintió el familiar calor que desprendía la mano de su novio cerca de la suya, y sin pensarlo mucho las entrelazó, mirando a su amado. Se observaron un momento y sonrieron, acercándose para darse un dulce y corto beso. Después Nam se inclinó para apoyar su cabeza en uno de los anchos hombros de su hombre.

Unyong recordó las tardes en las que venía con Jin a pasearse en bicicleta cuando eran adolescentes, recorrían la misma ruta que ese día y se detenían a ver el anochecer mientras conversaban. Sonrió al ver tantos cambios en sus vidas, y le fue imposible no fotografiar a los niños que se divertían con su perro.

Siguieron pasando un momento muy tranquilo hasta que Jungkook volvió a tirar de la cola de Miri, y está vez el can sí alcanzó a morder su mano, no fuerte pero sí le dejó una pequeña marca que se borraría en días.  El niño lloró mucho en brazos de Namjoon, mientras Jin sobaba su manita y le explicaba que no debía hacer eso porque lastimaba al perro, pero Jungkook estaba muy necio y solo le echaba la culpa. Le gritó que le odiaba, y que jamás iba a volver a jugar con él. Fuera de eso, fue una tarde muy calmada y agradable.

Cosas De Padres - NamjinWhere stories live. Discover now