6. Evidencia

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-¡Mamá! ¿Cuántas veces te dije que toques la puerta? -gritó Ignacio ofuscado.

-¡Perdón! Quería saludar a los chicos -respondió Romina, la mamá de Nacho, dándole un beso a los amigos de su hijo-. Ya me voy.

-Me hiciste cagar del susto vieja -dijo Ignacio Sánchez cuando su mamá ya no podía escucharlo.

-¿Quién piensan que puede ser T.A.I? -preguntó Julián intentando remontar el tema anterior.

-Tiene que ser alguien que nos conoce bien -contestó Lucas-. ¿Y si es del colegio?

-Entonces yo soy Brad Pitt, cara de verga-saltó Sebastián.

-Marmota, pensalo bien. No conocemos a todos los de la escuela como para asegurar que no hay un loco entre nosotros -reaccionó Lucas buscando que su amigo entienda lo que estaba planteando.

-Bueno, en eso te doy la razón -respondió pensativo.

-¿Y vos, Juli? ¿Qué pensás de todo esto? No dijiste mucho -interrogó Lucas.

-Puede que sea uno del colegio como puede que no. Todavía no tenemos información como para acusar a nadie -dijo.

-¿Tu viejo no sabe nada de la investigación? -volvió a arremeter Lucas.

-El Grupo Halcón no se involucra en este tipo de situaciones. Son una fuerza especial -respondió Julián-. Igual desde que murió Pablo mi viejo ya no es lo mismo.

-¿Querés hablarlo? -preguntó Nacho compasivo.

-La verdad que no. Cambiemos de tema -contestó Julián tocando la pulsera azul que tenía en la mano izquierda.

-¿Jugamos un FIFA? -saltó Sebastián.

-Claramente perri -agregó Nacho prendiendo su Play.

Fue en ese momento que se perdió la seriedad de la conversación, y el recién estrenado FIFA 2018 consumió la atención de los chicos por horas.

Tras compartir todo el fin de semana juntos, el lunes tocó volver a la escuela. Y ninguno tenía intenciones de volver.

Las nuevas instalaciones de seguridad ya estaban presentes en la entrada del colegio secundaria Alfonsina Storni, con Damián Barrios presente y otros dos oficiales acompañantes.

Mientras los chicos pasaban por la dirección, lograron escuchar la conversación que Pablo Ficader estaba teniendo con el profesor de historia, el Sr. Desteño.

-No podemos permitir que continúes tus clases en nuestra institución. Fuiste el que podría haber previsto la muerte de Mariano y decidiste ignorarlo. Sos uno de los principales sospechosos, y lamento decirte que vamos a prescindir de vos -vociferó el director de la escuela.

Esta vez, solo había catorce alumnos presentes. Martina Laverde se ausentó con el pretexto de presentar vómitos.

Los chicos se sentaron en sus bancos, aterrados por encontrar una carta debajo.

Pero esta vez, nadie tenía una. O al menos no lo gritaron como Mariano lo había hecho.

El asiento del alumno Campos yacía apartado del resto, y la profesora de Biología casi dijo su nombre en la toma de asistencia. Tras un cambio de horarios con la profesora de literatura, ahora el comienzo de la semana vendría con una dosis de biología en ella.

Fue un golpe fuerte.

Recreo. Todo marchaba con normalidad.

Pero la normalidad comenzará a ser subjetiva.

¿A que llamamos normalidad, cuando uno de tus compañeros murió en el aula en la que estás la mayor parte del tiempo?

Pedro se sentó en su banco, chequeó la hora en el teléfono: 10:26 AM.

Y al lado de su teléfono, una carta.

Los demás no tardaron en notar la coincidencia, y descifrar que Pedro estaba leyendo una nueva amenaza de T.A.I.

El alumno la abrió y leyó con apuro, como si no le importara lo que la carta contuviera. Sus amigos observaban en silencio, conscientes de la situación.

Pedro tomó el sobre con la carta incluida y salió del aula sin pronunciar palabra. Todos los chicos lo siguieron detrás, ignorando los gritos de la profesora de Matemática.

-Acabo de recibir esta carta. Te la entrego como evidencia. A mí no me va a pasar nada, y si el conchudo este se me acerca lo cago a piñas -dijo Pedro Olea al comisario Damián Barrios.

-Guau. Muchas gracias por tu... Ayuda. ¿Necesitás algo más?

-No. Solo que encuentren al idiota que está haciendo todo esto.

La soberbia y el orgullo de Pedro lo llevaron a tomar decisiones inesperadas.

Y nuevamente, han roto las reglas.

Y nuevamente, han roto las reglas

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(FanArt de Ignacio Sánchez. Y no, no juega al tenis, pero está bueno igual)

Tu amigo invisible #1 [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora