C. 14

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Narra Paulina

Estas muy loco- dije comiendo.

No estoy jugando Paulina, no puedes salir así, es peligroso- dijo, parecía que caminaba hacia alguna parte, al fondo pude escuchar una moto.

No te preocupes, estaré bien- dije terminando la llamada.

¿Nos mataran cierto?- pregunto Lisa con cara de terror.

No digas eso, ahora vamos al cine- dije, nos levantamos de nuestros asientos.

Caminamos hasta la boletería y compramos la taquilla.

Me encantan las películas de terror- dije sonriendo.

Pues, a mi no mucho- dijo Lisa mientras nos poníamos en la fila de las palomitas, empezamos a hablar y no nos dimos cuenta de que no había nadie al frente de nosotras.

¿No piensan caminar?- hablaron a mis espaldas, era un chico súper pálido.

Cállate, idiota- dije para luego enseñarle mi dedo del medio, rodé los ojos y pedimos nuestra orden.

Entramos a la sala de películas, todo estaba oscuro y Lisa venia detrás de mi rezando para que no le pasara nada

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Entramos a la sala de películas, todo estaba oscuro y Lisa venia detrás de mi rezando para que no le pasara nada.

Ya Lisa, no seas dramática- dije girándome en mi lugar para poderla ver.

Seguimos caminando hasta conseguir nuestros asientos, la película empezó todo estuvo muy bien, a la mitad de esta me llegue a asustar pero luego estalle en risas. 

Cuando terminamos de ver la película, salimos del cine cuando de repente veo a Dylan y a Francisco buscándonos por las tiendas.

Hay están- dijo Francisco, en su rostro se podía ver enojo, ira y molestia, sin duda estaba mas que furioso.

No volverás a salir de esa manera- dijo tomando fuertemente mi antebrazo, en cambio a Lisa solo la abrazaban, se ven tal lindo juntos pero el duro agarre de Francisco me saco de mis pensamientos.

Fran me saco del centro comercial a la fuerza, no quería que me tratara así.

Suéltame- dije zafando me de su agarre.

Ponte el caso- dijo prendiendo la moto, a nuestro lado aparecieron Dylan y Lisa montados en su moto, no dije nada y me puse el casco, Francisco se monto y yo atrás de el.

Dio marcha a la moto y salimos del centro comercial, todos los músculos de Fran se tensaron, esta muy enfadado. 

Note que ya estábamos llegando a la manada, los portones se abrieron al escuchar rugir las motos, cuando por fin la moto se apago me baje de ella, no tardo ni un segundo y ya Francisco me tenia agarrada del antebrazo.

Me lastimas idiota- le dije mientras subíamos la escaleras, el no decía nada, solo tenia su cara de molestia, abrió la puerta de nuestra habitacion y me tiro a la cama.

Sera la ultima vez que saldrás de aquí- dijo tirando la bolsa con el traje que había comprado.

No me puedes dejar encerrada- dije parandome de la cama, estaba molesta.

¡¡CLARO QUE PUEDO, ERES MÍA!!- grito dándole un fuerte puñetazo a la pared, me asuste demasiado, estaba frente a un monstruo. 

Me subí a la cama y me tape de la cabeza a los pies con la sabana, segundos después sentí la puerta abrirse para luego cerrarse.

Me senté en la cama y vi que ya no estaba, mire la pared, tenia una pequeña grieta.

¿Se abra roto la mano?- me pregunte en voz baja, le reste importancia y entre al baño, me bañe y lave mi cabello, cuando salí pude ver a Lisa sentada en la cama.

¿Estas bien?- dijo preocupada, no sabia si lo estaba o no, pero siento que mi corazón esta destrozado por la manera en que Francisco me hablo y trato.

Si- le dije tratando de sonreír pero creo que mas bien fue una mueca.

¿Y que te dijo el pequeño idiota?- dije secando me el cabello.

Me dijo que estaba preocupado por mi y que por favor no lo hiciera de nuevo- dijo tomando la bolsa donde estaba mi vestido para guardarlo en el closet.

Que bueno que al menos no te grito ni se molesto contigo- dije poniéndome mi pijamas.

Me senté en mi cama con ella.

¿Tocas el piano?- le pregunte cambiando de tema.

Si- dijo, pude ver un brillo especial en sus ojos.

Pues yo también y también toco el violín- dije sacando mi celular.

¿De verdad?- dijo impresionada.

Si,creo que por uno de los salones de esta casa ahí un piano vamos a ver- dije parandome de la cama, ella me imito y salimos de la habitación.

Caminamos por toda la casa, abriendo y cerrando puertas, hasta que por fin pudimos ver un hermoso piano de color blanco.

Caminamos por toda la casa, abriendo y cerrando puertas, hasta que por fin pudimos ver un hermoso piano de color blanco

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¿Quieres empezar tu?- le pregunte, muy emocionada asintió y se sentó en la silla del mismo color del piano.

Rozo las teclas con sus dedos y se preparo para tocar esta canción.

(Dale play al vídeo)

Me senté para escuchar la hermosa melodía, era hermosa esa sensación.

¿Como lo hice?- pregunto Lisa sonriendo.

Genial, me a encantado- dije aplaudiendo.

Es tu turno- dijo levantándose de la silla.

No gracias- dije levantándome de mi asiento.

Vamos, seria genial escuchar como tocas- dijo emocionada e ilusionada.

¿Quien te manda a abrir la boca Paulina?- dijo mi conciencia.

Cállate quieres- le dije algo molesta.

No quedaba de otra, la ponía triste o me daba por vencida y tocaba el piano.

Vamos- dijo esperando a que me sentara en la silla.

Rode los ojos con fastidio y camine hasta la silla, me senté y observe por un momento las teclas del piano, los recuerdo llegaron a mi, el día en que mis padres murieron.

No se si hacerlo- dije mirándola.

¿Porque te niegas a tocar?- pregunto sentándose a mi lado.

No se si contarle lo que paso ese día pero es mi única amiga.

Esta bien, tocare una de mis canciones favoritas- dije enderezándome.

Mi Mate, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora