Huérfanos.

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              Mientras Scott y Liam permanecían en la escuela para hablar con Noah y Rafael, los hermanos Stilinski llevaron a Brett a la veterinaria de Deaton, donde se encontrarían con Derek y Peter.

-¡Ayúdanos!- Exclamó Stiles, cargando un pequeño porcentaje del peso del adolescente, mientras que su hermana mayor cargaba el resto.

      Derek se acercó a ellos, ayudando a su novia a colocar a Brett sobre la mesa. Este se movía de forma abrupta, como si sufriera un ataque de epilepsia, por lo que el trío intentó sostenerlo contra el metal.

-¿Qué diablos le sucede?- Preguntó Stiles, desesperado, al ver la espuma amarilla saliendo de la boca del lobo adolescente.

-Fue envenenado con una especie rara de acónito.- Le respondió Destiny.

-Necesito hacer una pequeña incisión y tienen que inmovilizarlo tanto como sea posible.- Pidió Deaton, con un bisturí en mano.

-Eso intentamos.- Protestó Stiles entre dientes.- Derek, nos vendría bien algo de fuerza de hombre lobo.-

-No soy el único con fuerza aquí.- Comentó, lanzando una rápida mirada a Peter.

-Si no lo inmovilizan podría matarlo.- Interrumpió Deaton.

        Los ojos de Destiny se tornaron verdes mientras utilizaba toda su fuerza sobre los hombros de Brett, inmovilizando su torso y haciéndole la tarea más fácil a Derek y Stiles para sostener sus manos y piernas.

-¡Peter!- Gruñó ella, al verlos esforzándose demasiado. El aludido rodó los ojos, pero sostuvo los tobillos del beta de todas formas.

       Deaton se acercó al adolescente para crear una incisión justo a la altura de su corazón, de donde escapó el veneno que fluía en su sistema. A su vez, Derek observó su antebrazo, donde Brett había logrado arañar mientras él ayudaba a Destiny a recostarlo; la herida era pequeña, lo cual le llamó aún más la atención ya que no sanaba como lo haría normalmente.

       La mujer tigre también lo notó, dándole una mirada que le advertía sobre la conversación que tendrían una vez terminara todo.

-Chicos, creo que intenta decir algo.- Avisó Stiles, observando a Brett mientras este movía sus labios.

-El sol... la luna... la verdad... El sol... la luna... la verdad.-

-Tres cosas que no se pueden ocultar: El sol, la luna, la verdad. Es budista.- Señaló Deaton. Peter, Derek y Destiny se miraron entre sí.

-Satomi.- Nombró el mayor.

-¿Quién es Satomi?-

-Es una de las mujeres lobo más anciana con vida, el Alfa de la manada.- Respondió Destiny a su hermano.

-Puede estar en peligro, lo mejor será que la busquen.- Comentó Deaton.- Yo me encargaré de Brett.

        Derek y Destiny siguieron el rastro de Satomi hacia el bosque, guiados por el olfato de la mujer tigre.

-Para aquí.- Pidió ella. Ambos se bajaron del vehículo en cuanto se detuvieron.- ¿Hueles algo?- Preguntó con un deje de preocupación en su tono.

-No.-

-¿Y por qué yo puedo?- Murmuró, pateando unas hojas con su pie.

-¿Qué quieres decir?-

-Si algo le sucede a alguno, también debería pasar con el otro, ¿Verdad? ¿Por qué sigo teniendo mis poderes?-

-No lo sé, pero es mejor así. No quiero que te suceda algo.- Destiny rió por lo bajo.

-He sido humana antes, Der...- La joven se interrumpió de repente, concentrándose en los olores que llegaban a sus fosas nasales.

-¿Qué sucede? ¿Qué hueles?-

-Pólvora.- Destiny bajó la vista, buscando entre las hojas del suelo con ella, hasta que encontró un cartucho de bala vacío.

-Si la manada de Brett estaba aquí. No era para reunirse.-

-Era para ocultarse... Debemos encontrarlos lo antes posible.-

-Des, podrían estar ocultando sus rastros.-

-Lo sé, pero debemos intentarlo... Y rápido.- Destiny comenzó a caminar, siguiendo el rastro de pólvora en el aire, con Derek siguiéndola de cerca.

        Ambos caminaron a través del bosque por varias horas, deteniéndose sólo cuando Stiles llamó a Destiny para explicarle que el plan de rescate de Violet habría salido a la perfección de no ser por un par de Berserkers que surgieron de la nada y la llevaron a quién sabe dónde luego de asesinar a Garret. Su padre y Rafael, quienes eran los encargados de llevarla a prisión, afortunadamente habían sufrido heridas leves.

-Tenemos que hallarlos.- Gruñó Destiny con exasperación, pasando una mano por su cabello.- Y oscureció y no hay otro rastro que nos guíe a ellos.-

-Quizás deberíamos pensar de otra forma.- Señaló él, colocando una mano sobre el hombro de la mujer tigre.- Averiguar dónde podrían estar.-

-Bueno... No solo eran hombres lobo, también eran budistas. ¿Dónde se escondería un budista?-

-Al Este... Cuando Buda se sentó bajo el árbol Bodhi, buscó la iluminación hacia el Este.-

-El Mirador...

[...]

                  Cuando arribaron al Mirador, la pareja se llevó una gran sorpresa al encontrar a todos los miembros de la manada muertos.

-Oh, mi Dios.- Susurró Destiny, acercándose a uno de ellos.

        Las venas alrededor de sus ojos y boca estaban negras, y brotaba sangre de las mismas, sus orejas y nariz; el color oscuro contrastaba con la palidez de su piel. Destiny recorrió los demás cuerpos con la vista, asegurándose que todos lucían igual.

-El veneno los habrá matado.- Señaló girándose hacia Derek, quien observaba a los licántropos frente a ellos con pena. Destiny se acercó a él, colocando una mano sobre su mejilla para que mirara sus ojos en lugar de la masacre que habían hallado.- Le avisaremos a mi padre que han habido más asesinatos de... Sabes que no es nuestra culpa, ¿Verdad?- El hombre lobo asintió, pero no dijo nada más, dedicándose a reclinar su rostro contra la palma de la joven, entrelazando sus dedos con los de ella.

        Ambos se giraron para regresar a la camioneta, pero entonces Destiny se paró en seco.

-Escuché algo.- Susurró antes de correr hacia la fuente de aquel sonido casi inaudible, el cual se trataba de los latidos de Braeden, que se encontraba tendida en el suelo con un disparo en su torso.

-Llevémosla al hospital. 

SOULMATES 4 || Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora