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Tengo frío.
Mis labios se encuentran violetas y me tiemblan las manos sobre tu pecho.
Pero no necesito tu sudadera.
No me ofrezcas tu abrigo, ni me rodees con tus brazos para sentir el calor de tu cuerpo.
Es mi alma la que está helada, es ella la que perdió la guerra.
No intentes esforzarte, no hay manta que temple mi espíritu.
Haz arder mi alma con un mechero y algo de gasolina; sentiré lo mismo que mirar una pared húmeda secarse.
Seguiré teniendo frío.  

Si supieras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora