Sesshomaru: [espero no encontrarme con uno de los sirvientes de mi padre o estaré en serios problemas]

Escucho como alguien se acercaba y busco un lugar donde esconderse, vio una mesa con un mantel lo suficientemente largo para ocultarlo, corrió hacia ella y después se agacho para evitar golpearse en la cabeza acomodo el mantel y se hizo ovillo. Escucho y espero a que los sirvientes pasaran.

Haruka: no debiste responderle así al Rey ¿en que estabas pensando Yuki?

YUKI:

Yuki: ¿Qué querías que hiciera? Me lanzo el té encima

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Yuki: ¿Qué querías que hiciera? Me lanzo el té encima

Haruka: pero aun así debiste guardar silencio

Yuki: oye no fue mi culpa que estuviera molesto simplemente porque el rey del país vecino no apoyo sus planes

Haruka: sea como sea no vuelvas a hacerlo, el rey no se tocará el corazón solo porque eres mujer

Yuki: alguien debe ponerle fin a esto

Haruka: estás loca nadie en su sano juicio se atrevería a revelarse en contra del rey

Yuki: ya sé, pero tal vez...

Sesshomaru escuchaba lo que ambas mujeres decían de su padre, por un lado, le molestaba que la mujer de nombre Yuki deseara que lastimaran a su padre, pero sabía que su padre no era un santo y era por eso que la gente lo miraba con odio y miedo. Cuando ya no escucho las voces de las mujeres, salió de su escondite y se apresuró a salir del castillo. Ya no tuvo tantos problemas en salir ya que todos los sirvientes fueron llamados por el rey al salón del trono.

Sesshomaru: ya casi llego

Llego a la puerta que conducía al jardín esta estaba abierta así que aprovecho para salir sin hacer ruido. Cuando salió contemplo el jardín, aunque ya lo había visto varias veces no dejaba de admirarlo le gustaba estar ahí.

Rin: hola ¿Quién eres tú?

Sesshomaru dirigió su vista al lado derecho del jardín y vio a la misma niña que había visto en el comedor, ella sostenía una maceta con una pequeña rosa amarilla y vio en su mirada curiosidad, pero su rostro cambio de expresión por una de ¿miedo?

Rin: perdón no lo había reconocido príncipe

Sin soltar la maceta Rin hizo una reverencia y así se quedó. A Sesshomaru le dio un poco de gracia la reacción de la niña, pero también le preocupo mucho la forma en la que después lo vio.

Rin: perdóneme por favor le aseguro que no volveré a faltarle al respeto [que bien Rin otra vez metiste la pata]

Su madre le había dicho que debía ser respetuosa con los reyes y con el príncipe, siempre tenía que hacer una reverencia ante su presencia y no hacer o decir algo a menos que ellos se lo ordenaran. También le advirtió que si no lo hacia los reyes la castigarían.

Sirvienta del MalHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin