Miradas Asesinas (Primer Libro)

capitulo 6

Camino sin rumbo por las calles  desiertas de la cuidad.
El cielo está nublado como de costumbre por estos lugares, hace poco salí del gimnasio, pensé en ir a casa a investigar, pero caí en cuenta de que necesito despejar mi mente, así que salí a caminar.

—Demonios, ojalá tuviera un mapa, creo que me perdí.—

~Que inteligente eres Ain~me reprendo mentalmente hasta que escuchó unos gritos de desesperación y llantos.

—¿Qué mierda será?— susurro llena de curiosidad, espero no morir por ser tan metiche algún día.
Suspiro caminando hacía donde provienen los gritos.

—Dejamos en paz— grita una pequeña voz que cada vez se escucha más cercana.

—No te muevas escuincla, después de todo lo que te pase a ti no le importaría a nadie.—

Veo como un hombre toma de los cabellos a una pequeña niña, la golpea duramente en el rostro y por si eso fuera poco, el jodido cabrón mete las manos bajo su vestido o lo que resta de el, y es ahí donde siento hervir mi sangre.

Doy pasos rápidos hasta llegar a ellos

—Sueltala— expreso sin rodeos.

Rápidamente voltea hacía donde estoy,  mirándome aún con la niña en manos.

—¿Quién crees que eres para decirme lo que debo hacer?— inquiere con cara molesta— ¿O es que acaso tú quieres tomar su lugar? Contigo podría ser aún más divertido— insinúa jalando del pelo a la niña para después caminar directo a mi con una sonrisa socarrona

~este pendejo ya aseguro  su muerte.~

—Acaso no escuchaste lo que dije— profiero comenzando a perder la paciencia que me quedaba

—oh vamos, hare lo que me pides pero deberás hacerme feliz de muchas maneras pequeña zorra, si es que te importa está inútil— habla prepotente soltando a la niña mientras se acerca cada vez más a mi cuerpo.
Antes de que pueda tocarme, le propino una patada en la entrepierna,justo en sus partes nobles, veo como se retuerce y golpeó sus costillas con mucha fuerza haciendo que grite de dolor.

~ Creo que a alguien se le rompió una costillita~

Lo tomó de la cabeza y obligó a hincarse
—Yo creo que sí me importa— le susurro al oído mientras sonrió, seguido de eso giro su cabeza escuchando un ¡Crack!, Acabando con su inútil vida

Me pongo de pie y busco con la mirada a la pequeña hasta que la encuentro abrazando una canasta.
Camino con pasos firmes hasta ella que solo hace lo posible por ocultar el objeto tras ella.

—¿Cómo te llamas?—pregunto observando su estado, esta algo sucia y desaliñada.

Me observa dudosa por un momento y duda en responder o no.

—Mi nombre es Ainara—digo para ganar algo de confianza—¿cuál es  el tuyo?—me quito los lentes y le sonrió suave

—Jacq...Jacquelin—su miedo es palpable

—y tu mad... —

El llanto de un bebé interrumpe mis palabras, y fijo mi vista en el canasto que tiene detrás suyo.

Intento acercarme a ver en vano pues la niña lo impide colocándose frente

—No por favor no le haga daño a él—me detiene y cubre aquel bulto, sus ojitos aguados me confirman el miedo que aún tiene.