Ahora recuerdo porqué no me emborrachaba...

1.5K 122 1
                                    

7; Ahora recuerdo por qué no me emborrachaba...
Haneul

Después del tercer vaso de cuarenta y tres con cacaolat ya no sabía ni quien era, ni donde estaba, ni que hacía encima de la mesa del salón bailando.

Tampoco sabía cómo había llegado allí pero como Min se encontraba a mi lado imitando mis movimientos muy enérgicamente, supuse que esto era obra suya.

Con las pocas fuerzas que me quedaban traté de bajar de la mesa después de que acabara la ruidosa canción. Tropecé con la esquina de la mesa al pasar mi tacón y, como estaba segura de que me estamparía con el suelo, cerré los ojos rápidamente para no ver mi dramática y ridícula caída pero, cuando los volví a abrir el suelo estaba bastante más lejos de mi cara de lo que pensaba y fue entonces cuando noté como unas manos estaban puestas en mi cintura y yo encima de la espalda de alguien. «Pero que mierda...» pensé antes de voltear la cabeza y abrir los ojos como platos.

─Bájame ya.─ comencé a gritar en su oído mientras le daba patadas con los tacones. Y... Creo que aún borracha tengo buena puntería ya que lo escuché gemir de dolor mientras intentaba seguir manteniendo el equilibrio para que no acabáramos los dos en el suelo.

Me bajó lentamente mientras seguía teniendo cara de pánico y se ponía las manos en la entrepierna. «¡Joder que puntería!» pensé mientras hacía una mueca. Aunque no me cayera bien, no tenía la intención de hacerle daño o no por lo menos en esa zona crítica para los chicos. ─Lo siento, no pretendía...─ me intenté escusar a lo que él me frenó.

─No te preocupes, sé que no lo hacías adrede, pero sin duda tienes buena puntería borracha. Lo tendré en cuenta para la próxima vez─ masculló e intentó sonreír aunque sabía que era forzada para que no me preocupara.

─Ven, será mejor que te sientes. No controlo mucho eso pero, supongo que sentado se te pasará e incluso si quieres te puedo traer hielo─ me ofrecí cogiéndolo del brazo arrastrándolo hasta una de las butacas libres de la sala.

─No hace falta de verdad, ya me he acostumbrado aunque, jamás me lo había hecho una chica tan guapa─ Vale, aquí vamos de nuevo.

─De verdad que no te entiendo, te acabo de dar una patada en las pelotas y aun así intentas ligar conmigo. Es que... ¿Acaso no has escuchado los rumores que circulan por el instituto de mi?─ lo miré seria, pero él solo esbozó una sonrisa sincera y para decir verdad, tengo que admitir que era bastante bonita.

─Es como soy, no le puedo hacer nada─ se excuso ahora él.

─Esta bien, me duele la cabeza y no voy a discutir─ me senté a su lado y suspiré mirando al suelo. ─ Voy a por otra bebida, ¿de seguro que no quieres que te traiga hielo?─ pregunté y él me respondió negando con la cabeza─ Entonces ahora vuelvo. No te muevas que no quiero que te pongas peor─ noté un cierto tono de preocupación en mi voz. Dios, como se notaba que esa no era yo, sin duda el alcohol sacaba otra parte de mi que no sabía que existía. Osea... ¿Desde cuando me preocupaba yo por un chico?.

Volví a la mesa de bebidas y mientras estaba haciendo una mezcla rara de botellas que ni sabían lo que eran, se me empezó a revolver el estómago. «Esto no pinta bien» pensé buscando a Min con la mirada, sin éxito. Iba a vomitar y no tenía a nadie que me ayudara. ¡Min, aparece de una vez!

Creí haber escuchado su risa por encima de la música y el alboroto de gritos de los presentes, entonces giré sobre mi cuerpo y la encontré, a unos metros de mi con Mark, ¡besándose!. Parpadeé varias veces antes de entender que ahora estaba sola y que no la vería hasta mañana en la mañana, cuando entrara en la habitación con la resaca de todos los fines de semana.

Espera un momento... ¡También tendré resaca! El estómago me dio otro vuelco y me apoyé en la mesa para mantener el equilibrio. Salí lo más rápido que me permitieron mis pies de aquello hasta llegar al patio trasero donde en un árbol lejano a la fiesta eché todo lo que había tomado de una vez.

─¿Estás bien?─ escuché en mi espalda y la misma persona me ayudó a aguantarme el pelo.

─ Ya recuerdo porque no bebía─ me sinceré con él.─ Verás que resaca tengo mañana en la mañana─ Por su parte solo hubo una risa poco notable para mi oído.

─Es algo normal eso. Si no tuvieras resaca o no hubieras vomitado entonces sí que me preocuparía─

─Pues ya no tienes de que preocuparte entonces. Creo que acabo de echar todos mis nutrientes de las últimas semanas─ volvió a reír y me ayudó a incorporarme. ─ Gracias, supongo─ era la primera vez que le hablaba sin mostrar nada de desagrado en mi voz y también la primera vez que lo miraba a los ojos directamente. Era de un marrón oscuro tirando a negro y tenía un brillo especial en los ojos. Tenía que admitir que era bien guapo el chico y ni siquiera sabía su nombre. «¿¡Por qué diablos quieres saber su nombre?!» preguntó mi subconsciente sorprendido.

─...entonces. ¿Qué me dices?─ oí decir cuando volví a la realidad.

─¿Qué te digo de qué?─ respondí confusa... ¿De qué diablos me está hablando? Eso me pasa por embobarme en sus ojos. ¡Tonta, tonta!

─De ir a dar una vuelta. Ya que no me diste la oportunidad de conocerte el otro día en la cafetería, ahora que veo que estás de mejor humor conmigo y no me hablas tan fríamente como antes me gustaría que me dijeras que sí─ Lo miré boquiabierto. «Este chico lo suelta todo sin pensar» me digo a mi misma mientras parpadeo intentando procesar cada palabra.

─Em...─ suelto mientras mis manos se posan detrás de la nuca e intento mirar para otro lado. Si sigo mirándole a los ojos de seguro que le digo que sí, sin pensar. Entonces, cuando miro a nuestro alrededor, me doy cuenta que somos el tema de la fiesta.Miles de chicas y chicos dirigen sus vistas para nuestra dirección susurrándose cosas al oído entre ellos. Sin duda no están hablando bien de nosotros, o mejor dicho de mí. Puedo notar las miradas de las chicas celosas y a punto de asesinarme en sus cabezas, si es que no lo han hecho ya.─Creo que... No es buena idea─ respondo al fin cuando sincronizo toda la información: «Chicas celosas asesinándome con la mirada + Dar una vuelta con "el chico nuevo más popular" = Haneul no vuelve a ver la luz del sol.»

─¿Por qué? Y yo que pensaba que me dirías que sí─.

─¿De verdad que no te has dado cuenta?─

─¿Cuenta de que? Oh, espera, no me dirás ahora que tienes novio, porque no lo tienes. ¿O sí?─ ¿Novio? ¿Yo? De verdad que se nota que no me conoce. En la escuela me llaman Haneul la re-sabionda, dudo que con ese nombre consiga novio, al menos mientras siga aquí. ¿A caso es que no sabe mi apodo?.

─No, no tengo novio y tampoco tengo pensamiento de querer uno. Me estaba refiriendo a las miradas asesinas que vienen en dirección hacia mi. ¿Es que no te has dado cuenta que te has vuelto el chico popular de toda la zona Universitaria?

─Oh, así que eso eso. Que susto y yo que pensaba que tenías novio y que Min me había mentido. Suerte que no es nada importante.─ No se si es que no me escucha o que acaso no se quiere enterar. «Imbécil, si salgo contigo estoy muerta y enterrada!» me dan ganas de gritarle pero me trago mis palabras.

─Claro... Total, tu no acabarás en una olla mientras las brujas que circulan por aquí día sí, día también te echan una maldición a la vez que te asesinan en la mente. Tienes razón, no es nada importante entonces.─ espero que note toda la ironía que le puse en las palabras. Si no lo nota, empezaré a pensar que en verdad es algo corto.

─Mujer, si lo pones así, entonces si es algo de que preocuparnos─ ¡Al fin! ─Pero... Yo puedo remediar eso─ «Oh, no. Esto no me va a gustar»

Antes de que me diera cuenta me tenía agarrada del brazo e hizo un silbido fuerte para que las pocas personas que no estaban atentas a la escena de nosotros dos le prestaran atención. Cuando las palabras salieron de su boca lo único que pude hacer es quedarme helada mirándole mientras notaba como miles de flechas─lanzadas por las chicas mentalmente─ me atravesaban una a una. Reaccioné pocos segundos más tarde y, cogiendo a el nuevo del brazo, lo arrastré hasta la puerta principal donde seguramente no habría nadie.

«Lo mato, de verdad que lo mato»

𝖣𝗎𝗅𝖼𝖾 𝖲𝗎𝖾𝗇̃𝗈; 𝖠𝗆𝖺𝗋𝗀𝖺 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora