Capitulo 10

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" Y es que, ¿hay algo más grande y puro que el amor de un niño? Ni el amor más pasional de un amante se compara con el de un alma inocente que ve la bondad a través de tus ojos".

«...»

Camisas de vestir en la parte izquierda, pantalones de vestir a la derecha, corbatas; azul rey, negras y grises junto con calcetines negros y azules oscuros en el medio. Busca en su baño todos los productos de higiene que necesitará y va directo al equipaje para guardarlos.

—¿Qué haces? — Elisabeth tiene medio cuerpo asomado mientras viaja su mirada de su padre a la valija— ¿Vas a un viaje de negocios? —pregunta triste. Elliot le sonríe y le hace un ademán con la mano para que se acerque. Ella se sienta y ella hizo lo mismo, pero en su regazo.

—Va a ser un viaje muy corto, lo prometo.

—Pero tú siempre me llevas a tus viajes, papá.

Elisabeth era la niña de sus ojos, no había sonrisa ni mirada llena de amor ni ternura dirigida hacia ella que fuera falsa, era capaz de bajarle el cielo y las estrellas si así ella se lo pedía, por eso le preocupaba excesivamente dejarla sola, pero no se arriesgaría a llevarla a un lugar no apto para ella.

— Lo sé, pero recuerda que ya empezaste tus clases y no puedes faltar, además, ¿qué ocurriría con la señora Rupert y las clases de piano? Me contaste que se acerca un recital-a la niña se le iluminó el rostro al oírlo. Asintió efusiva, dándole la razón—¿Qué te parece si hoy hacemos tu postre favorito antes de irme? Pero sin decirle a la señora leila, sabes cómo se pone si te doy dulces tan tarde.

—¡¿Pie de manzana?!— chilla entusiasmada y él asiente con una sonrisa —. ¡Oh si!.

Harina, leche, huevos, manzanas verdes, canela y un sin fin de ingredientes para hacer el postre estaban sobre el gran mesón de mármol blanco de la cocina, Elliot se encargaba de la masa mientras Elisabeth preparaba las manzanas.

—Oye, papá—comenta la niña, luego de que su padre le contara varios chistes malos que le hicieron soltar risotadas.

—Dime

—Bueno...yo...yo...— balbuceó—. Hice una nueva amiga—dice finalmente, expulsando el aire que tenía contenido junto con las palabras.

—¿En serio? — toda su atención se posa sobre ella — ¿Cómo es? ¿Dónde la conociste?

—Es pupila de la señora Rupert. Ella es súper genialosa, es buena, bonita y...

—Sabes que no me refiero a eso, Elisabeth.

—No entiendo.

—Elisabeth...

—¡Te digo que es genial!

—Si no quieres contarme nada más allá de su «genialidad» por algo será. No te quiero cerca de ella—toma el bowl lleno de manzanas y arma el poste, ignorando la mirada ofendida de su hija.

—¡¿Por qué?!

—He dicho que no, Elisabeth Levine.

—¿Qué importa si no es de buena familia o si es diferente a mí? Todos en mi colegio tienen amigos de diferentes partes, Lisa tiene un amigo que es de la india y le cuenta como—

— Lisa es Lisa y tú eres tú, y recuérdame cambiarte de colegio— mete el pie al horno y luego la encara. —. No lo repetiré dos veces, Elisabeth Cárter, no quiero que tengas amigos cualquieras, si no me obedeces, te sacaré de esas clases de piano.

—¿Y por qué tu si puedes y yo no? —le pregunta llorosa.

—No son mis amigos, son compañeros de trabajo. Si no me juntara con ellos, no estuviésemos aquí preparando un postre.

DULCE ATADURA (EL AMOR DE MIS VIDAS#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora