Waiting for love

Capítulo 11: "Mil horas hacia el mañana"

Agradezco mucho que hayas llegado hasta el final de esta pequeña novela. Por lo que quise agregar un poco mas de sentimentalismo físico. Cuando llegues a la línea estarás leyendo contenido R18+, por lo que el asunto es un poco mas explícito. Espero te haya gustado, y no dudes en poner en los comentarios una pequeña retroalimentación o agradecimientos.

Saludos!

Había terminado por fin con aquella historia de la cual creí que jamás podría salir. Pero había llegado el momento de restaurar algo que estaba pendiente, mi amistad con Santiago.

Luego de haber puesto fin a mi historia con Rebeca, fui a buscar a Santiago; tal vez la amistad no se pueda recuperar, pero en realidad quería hablar con él. Fui directamente a su casa y al llegar su madre me dijo que él no estaba; ya que se había ido de intercambio por todo un año.

Intercambio... era de esperarse, tal vez no quería verme ni tampoco a Rebeca y decidió irse, su madre me había dicho que el intercambio duraba un año, por lo que todo ese año espere a que regresara. Aunque en ese año de cualquier manera busque a Paloma para enmendar todo. No podía ser feliz con ella sabiendo que tenía el asunto pendiente con Santiago; soy esa clase de persona que no puede dormir cuando tiene algo pendiente; me considero de esa forma. A pesar de ser un hombre.

Pasado al menos una semana desde el encuentro con Rebeca, me tope en el edificio a Paloma y la invite a comer conmigo. Llegamos a la cafetería de la escuela donde el ruido de los alumnos, el sonido de la televisión en un canal de noticiero se podía escuchar en el área donde estábamos nosotros. El olor de la comida que se preparaba, todo eso aunado a la presencia de Paloma, quien me había dado la oportunidad de hablar nuevamente con ella.

Comencé a hablar y decirle sobre lo sucedido en la plática con Rebeca, le explique que por fin había aclarado mis sentimientos y lo que en verdad quería. Y que la quería a ella sin importar que. Pero que para poder estar tranquilo con conmigo mismo necesitaba aclarar las cosas con Santiago, olvidar el odio que sentí por él.

-No te preocupes yo te entiendo; y sé que una amistad que tuvo buenos frutos no debe de perderse solo por una persona que les hizo tanto daño.

Pero quiero que sepas que yo tal vez puedo considerarme por muchas personas como una idiota, por esperar a un hombre indeciso, cabeza hueca y que me lastimo de muchas maneras; pero que aun así siempre he amado. Joel, en verdad te agradezco todo esto, me siento feliz que a pesar de todo me hayas elegido a mí.

-Eras la indicada.- Le dije. –Te prometo que jamás te volveré a hacer llorar, que siempre estaré junto a ti; solo quiero pedirte un favor por última vez. Quiero que seas mi soporte para lo que sea que pase con Santiago, porque a pesar de todo aun lo considero mi mejor amigo.

-Claro que sí, siempre estaré contigo Joel, porque te amo. –Muchas gracias, Paloma; en verdad eres mi diosa.

De alguna forma la madre de Santiago me consiguió su número de celular y por esa forma pude comunicarme con él. El tiempo en que el regresaba cada vez estaba más cerca, comenzaba a preparar las palabras indicadas para decirle. En menos de lo que canta un gallo el año se había cumplido; y Santiago estaba por llegar a su casa junto a su madre, había llegado el momento en el cual tenía que estar lo suficientemente listo como para enfrentarlo, pues antaño él fue quien se me acerco y yo lo aleje.

Cuando me entere que había llegado a su casa, me dirigí a verlo; afortunadamente ese día estaba en su casa. Su madre me dejo pasar y él estaba sentado en la sala, volteo un poco su cabeza y sorprendido se levantó un pequeño momento en el cual ambos nos vimos a la cara y no decíamos nada, inundaba aquel espacio en el cual nos encontrábamos, se podía sentir el venir de los recuerdos, los gratos momentos que pasamos mientras aun éramos niños; todas aquellas escenas se vinieron a mi mente solo en el instante en el que estábamos frente a frente.