Capítulo 6.1: "RENCUENTRO". NARRADO POR PALOMA

4 0 0
                                    

Dentro de cada uno de nosotros, hay un mundo, un mundo que es inexplorable por otras personas; un mundo que solo nosotros conocemos, algo que nadie más que uno; puede saber, nuestros secretos más tétricos y horribles, se encuentran rezagados dentro de cada uno.

Por eso, nadie más que yo, puede saber que estuve enamorada de mi hermano.

Muy dentro de mí misma, comprendo el sentimiento que tiene Joel, el sentimiento de que alguien te quiera y seas correspondido, pero como podemos expresarnos; mi hermano, no es del todo mi hermano, pues mi papá se separó de mi madre cuando tenía cinco años. Y la señora con la que mi papá se juntó también tenía un hijo de su antiguo matrimonio, su nombre era Armando; cuando nos presentaron a ambos, fue como un flechazo; un niño no muy alto, sus ojos eran más o menos rasgados pero grandes, y su cabello era muy liso, caía su flequillo por su cara, y sus labios eran pequeños; tenía una mirada agradable y una personalidad tranquila, ambos supimos que íbamos a ser hermanos al inicio; todo iba bien, pero poco a poco el convivir con él su voz tranquila y los cuidados que él me brindaba; me trata como si en verdad fuera su hermana menor.

Me defendía de todos aquellos que me lastimaban, porque sabía que podía confiar en él.

Paso el tiempo y Armando creció y se convirtió en un chico que a muchas chicas les agradaba, su personalidad de niño tranquilo se hizo más varonil y su cuerpo también cambio. Ambos cambiamos; nuestros cuerpos tomaron rasgos que nos identificaban como hombre y mujer.

Un día cuando mi hermano regreso de la escuela estaba yo esperándolo; llego y se recostó en la cama; estábamos solos... Nuestros padres habían cumplido años de estar juntos y era su aniversario. Armando se recostó y me pregunto por la cena, con sus ojos cerrados. Calle un momento y me acerque a él. Mi corazón latía a mil por hora, lo bese.

Nuestros labios se tocaron por primera vez, Armando; se despertó y ambos nos quedamos callados, un ambiente de tensión se sentía por toda la casa, habíamos hecho algo que no debíamos, o mejor dicho, hice algo que no debía hacer; cruce esa línea que nos dividía, línea que no podía ser tocada por ninguno de los dos. Y yo, la rompí; me sentía tan bien conmigo misma, porque me había restringido por tantos años hacer algo así, mi hermano, era el hombre que yo amaba. Mi primer amor.

Sin decir nada, poco a poco me moví de su lado, y al decir verdad; dentro de mi esperaba que el me tomara de la mano y me besara y olvidara que éramos hermanos; pero no lo hizo. No dijo nada; me había dado cuenta que yo era quien siempre mantuvo estos sentimientos que jamás podrán volverse realidad.

Durante esa etapa conocí a Joel, no era el mejor chico del mundo y vivía en su propia bola de cristal. Desde el punto de vista externo era obvio que estaba enamorado de Rebeca, esa niña que se la vivía detrás de Santiago; ¿Cómo conocía sus nombres? Ellos estaban cerca de mi clase, y pasaban la mayoría del tiempo hablándose. Era obvio que me sabía sus nombres; me frustraba cuando veía que ella no correspondía a Joel, porque cuando lo miraba me veía a mí misma junto a mi hermano.

Una día mientras estaba la formación la prefecta me llamo la atención y me paso al frente como castigo, y note que había regañado a alguien más; no era nada más ni nada menos que a Joel, por estar platicando con sus amigos lo pasaron al frente; cuando ellos habían iniciado la conversación. Mi interés por Joel subió el día que lo escuche sin querer, pues yo estaba saliendo de la sala de maestros a dejar un recado a una profesora.

Lo escuche decir que estaba decidió a realizar su confesión a Rebeca. Y con la duda en la cabeza lo seguí. Me escondí y quería saber que era lo que ella le iba a decir. ¿Lo aceptaría o lo rechazaría?

Waiting for loveWhere stories live. Discover now