Apologize © [SUSPENDIDA]

Ed "Almost-Counselor" Waters

Amo hacer esto de escribir  despues de un milenio y subir el captulo en la madrugada, la verdad no soy una mala persona pero el caso es que aquí esta el CHAAAAAAPTER y que mentí no seran solo 2 más de Scott creo que serán más porque hay algo que quiero que sepan de la historia y abarcara como 2 capitulos o algo así. 

Voten y Comenten y Así.

Byeeee xx.

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Era el mismo camino todos los días, nada cambiaba y tampoco mis pensamientos, debía hacer algo, Anna no iba a llegar a mis brazos a decirme: “Tranquilo Scott, te perdono, ahora seamos una familia feliz.” Eso obviamente no iba a suceder, debía buscarla, encontrarla, pero no podía hacerlo solo. Nunca en mi vida había hecho algo sin ayuda de alguien así sea directa o indirectamente, y esta no sería la excepción, estaba buscando a alguien que había formado parte de mi vida por un largo periodo, un periodo de mi vida que recordaba con dificultad puesto que todos mis recuerdos de la época fueron borrados por mi loca y bruja esposa, que en paz descanse; en fin, el hecho era que si quería recordarla debía pedir ayuda a alguien que también la conociera y que me ayudara a buscarla, alguien que haya vivido en Boston durante este último tiempo y no hubiera perdido el hilo de amistad con Anna Carter, y sabía exactamente quien era esa persona. Edward Fitzgerald Patrick Waters. Iba a ser difícil convencerlo de eso estaba seguro, y no iba a soltar la sopa a menos de que le diera buenas razones, y argumentos validos para que lo hiciera, ya que como ustedes saben fui un bastardo y cualquier amigo o ex-amigo con dos dedos de frente, defendería a un chica con el corazón una vez roto del idiota que lo rompió (énfasis en idiota, ese soy yo).

Cerré la puerta de la camioneta una vez baje de ella para entrar a la casa de mi madre, que bien podía llamarla ahora mi casa, afloje mi corbata y deje mi saco en el perchero para luego dirigirme a la cocina donde mi madre me ve con una mirada desaprobatoria.

—Scott, ¿Qué día es hoy?

—4 de Marzo… Aja eso. —Dije confundido por su pregunta

—Día de la semana.

—Miércoles ¡Oh Mierda! Lo olvide.

—Leila, se quedo en casa de su amiguita Gwen, yo pasaré por ella después de ir al supermercado. —Me aviso mientras yo corría hacía la camioneta. Bueno por lo menos solo había dejado solo en la escuela a uno de mis hijos. Eso no tenía nada de bueno. Pise el acelerador con brusquedad, cuando las llantas tocaron el asfalto, la escuela de los chicos en un buen día estaba a quince minutos, en un día como hoy, a una hora como esta y con un tráfico como este, estaba fácil a 30 o 40 minutos.

El semáforo comenzaba desesperarme no era posible que tardara tanto en cambiar a verde y tan poco en cambiar a rojo, odiaba a los semáforos casi tanto como odiaba el trafico. No en realidad no, nada era tan odioso como el tráfico. Después de mi último gran arrancón dos calles atrás, llegué a la escuela de Ed en treinta y dos minutos. Sinceramente creí que me lo encontraría llorando en las escaleras de entrada por el abrumado descubrimiento de que  su papá lo había olvidado en la escuela, justo como yo solía hacerlo, pero en vez de ello, me lo encontré muy entretenido en la plática con una linda señorita de cabellos rojizos y difuminadas pecas; lo cual despertó el instinto de papá sofocante al aire, Edward era mi hijo y como todo hijo tenía que sufrir el penoso ritual de la primera novia.

—Eddie bebé, perdona que me haya olvidado de ti, pero veo que no te has aburrido mucho ¿Quién es la linda chica con la que platicas? —Pregunto esto último con una sonrisa agradable en mi rostro, Ed se encuentra total y completamente rojo por mi tono meloso usualmente usa do en bebes que había usado anteriormente con él, por otro lado su amiga reía ocultando su sonrisa bajo su rizado cabello rojizo.