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- No, guacala, yo no me voy a tomar eso

- Si no te quieres enfermar tienes que tomartelo

- Prefiero enfermarme, eso se ve asqueroso

- Te recuerdo que a partir de ahora seré tu maestro y no quiero que estés enferma de la garganta ¡Porque si no no podrás cantar!

Tome la cuchara y trague la medicina la cual estaba asquerosa, nunca me a gustado la medicina y nunca me gustará;el fantasma me acercó un vaso con agua, lo agarré y me lo tomé todo de un solo trago, quería quitarme el sabor amargo de la medicina de mi boca.

- Por lo menos te la tomaste, ahora entra a la ducha, necesitas tomarte un baño

- Y -Puse el vaso en la mesa- ¿Dónde está la ducha?

- Cerca de mi cuarto, ven

El fantasma comenzó a caminar, yo lo seguí, pasamos el comedor y pude observar dos puertas, supongo que una es la del baño y otra es la de su cuarto.

- Este es el baño -Dijo señalando la puerta de la derecha- No te tardes mucho, recuerda que hay que ahorrar agua

- Te prometo que no me tardaré más de dos horas

Sonreí y el fantasma tensó su rostro, ahora no le había caído bien mi broma, deje de sonreír y bajé la mirada.

- Me tardaré cinco minutos, te lo prometo

- Los estaré contando

El fantasma se fue y yo entré al baño, pequeño pero elegante, me comencé a desvertir, la ropa la puse en el piso ya que no tenía un lugar en donde acomodarla, luego entré a la ducha y abrí la regadera.

El agua estaba caliente, pero no demasiado, mientras mojaba mi cuerpo agarré los productos de baño del fantasma, un shampoo y un jabón que parecían sacados de una revista; abrí el shampoo, el cual olía extremadamente bien, me llené la mano de shampoo y luego lo unte en mi cabello, comencé a bañarme tranquilamente.

Cuando había terminado de bañarme tomé una toalla y envolví mi cuerpo en ella, pero antes de que saliera del baño tocaron a la puerta fuertemente.

- Ya pasaron los cinco minutos -Dijo el fantasma- Tienes que salir ahora

- Si me deja abrir la puerta salgo, si no me quedo encerrada aquí hasta que tengas que entrar al baño a hacer tus necesidades

- Recuerdas que hay un lago afuera ¿no?

-Si, pero eso que tiene que ver

- Soy hombre así que no necesito

- ¡No me digas más!  Ya entendí

Levanté mi ropa del suelo y abrí la puerta del baño, al abrirla vi al fantasma, se había quitado el saco así que solo traía la camisa blanca, el pantalón y la máscara encima.

Fantasma, fantasma, fantasma, todavia no lo concozco y ya quiero dejar de llamarlo fantasma; no es un fantasma, hace un momento lo dijo: Soy un HOMBRE, así que si es un hombre debe tener un nombre.

- Tengo un poco de ropa por aquí, sigueme

Comencé a seguirlo.

- ¿Tienes ropa de mujer?

- Si

- Es extraño, no me digas que es para Christine

- Entonces no te digo

El fantasma abrió una puerta, era un cuarto, tenía una cama y un armario.

- En ese armario hay ropa de mujer, puedes ponerte la que desees

- Genial ¿Hay jeans?

- No, las mujeres deben usar falda y vestidos

- Pero es el siglo XXI

- Eso no importa, una mujer se ve más linda si usa ese tipo de ropa

- Entonces me pondré la ropa que traía

- No lo harás, esta mojada y no querrás volver a tomar medicina ¿verdad?

- Verdad

- Bueno, dame tu ropa

- ¿Qué vas a hacer con ella?

- Nada

- ¿Seguro? -Dije mientras le entrega mi ropa, la cual tomó rápidamente.

- No

Y salió corriendo dejando enfrente del cuarto con los brazos estirados, parecía un niño pequeño jugándole una broma a sus amigos.

Entré al cuarto y cerré la puerta, abrí el armario, en él solo había vestidos, muy bonitos por cierto, así que no tuve opción que sacar uno de ellos, aunque mi ropa interior no está.

¡Por dios! Le di mi ropa interior al fantasma y ahora quien sabe en donde este toda esa ropa.

Salí del cuarto y comencé a buscar al fantasma, debía encontrarlo para poder recuperar mi ropa interior.

Busqué por todos lados pero no había rastro alguno de él, entonces llegue a donde se suponía es su cuarto, el me dijo que el baño estaba a un lado de su cuarto así que la puerta que esta al lado izquierdo del baño debe ser la de su cuarto.

Abrí la puerta de su cuarto, el cual era completamente negro, y tampoco estaba ahí.

- ¿Dónde te metiste fantasma?

- Aquí

Me sobresalte soltando mi toalla, la cual cayó al suelo, no esperaba que el fantasma estuviera detrás de mi.

Un momento.

¡Se me cayó la toalla!

Instantáneamente tape mi cuerpo, pero supongo que es inútil ya que él está detrás de mi así que no puede verme por enfrente.

- Ten

Dijo mientras me daba algo por mi lado derecho, gire levemente mi mirada hacia donde estaba su brazo y pude ver que me estaba dando la toalla; rápidamente la agarré y me enrolle en ella.

Quería que la tierra me tragara, de todo me a pasado hoy, casi me ahogó, casi muero ahorcada, estuve apunto de pescar un resfriado. conocí a un “fantasma” y, ahora, quedé desnuda enfrente del fantasma.

- Aquí te dejaré el vestido que sacaste del armario -Dijo mientras colocaba algo en su cama- Dejaré que te cambies, puedes sacar ropa de mi armario ya que tu ropa anterior está hecha cenizas

¡¿Cenizas?!

Quemo mi ropa, quemo mi ropa, quemo mi ropa y era nueva.

El sonido de la puerta cerrándose se escuchó detrás de mi, aún no podía asimilar lo que me había pasado, creo que estoy en shock.

Soledad Bajo TierraWhere stories live. Discover now